Su sueño de niño fue ser un luchador como su ídolo Lizmark, el geniecillo azul, pero creía que la lucha libre no era deporte, sino un espectáculo de mentiras, hasta que un amigo le hizo una apuesta: el que aguantara un entrenamiento, se ganaba una cena, perdió, pero de las cenizas nació la leyenda del campeón tamaulipeco: Fuego Latino.
Con 40 años de edad, el luchador comenzó a entrenar siendo apenas un niño, y en su adolescencia se forjó un nombre, primero como Llamarada 2, y desde hace 15 años como Fuego Latino.
Ha alternado en el cuadrilátero con figuras como Abismo Negro, Psicósis, Hijo del Santo, Hijo de Blue Demon, y su mentor Johnny «El Pulpo», e incluso, logró su sueño de luchar con su ídolo Lizmark.
Hoy, Fuego Latino es el campeón estatal de lucha libre, y la figura más representativas del pancracio en Tamaulipas.
¿Cómo nace Fuego Latino?
«Como luchador tenemos 23 años, y como Fuego Latino acabamos de cumplir el 30 de abril 15 años, estamos chavitos. Yo tengo 40 años, bueno cumplo en julio. Cuando inicié en la lucha libre fue una apuesta, yo era de las personas que pensaba que la lucha libre era mentira, tenía un amigo que era boxeador y donde él entrenaba box también entrenaban lucha libre, entonces dije; «bueno, vamos a hacer algo, a ver si es cierto lo de la lucha libre», apostamos una cena a ver quién aguantaba un entrenamiento de lucha libre, no lo aguanté la verdad, pero allí me quedé. Posteriormente empiezo a ir a la arena José Sulaimán, y veo al señor Lizmark, que era mi ídolo».
¿Y tu nombre cuándo surge, cómo lo eliges?
«Anteriormente yo solía llamarme Llamarada dos, después me lastimo y tuve una lesión en uno de mis brazos, la cual me alejó un poco. Yo hacía mancuerna con un primo de Monterrey, él se retiró y como homenaje a él me pongo el nombre de Fuego, y mi hermano le agrega Latino. Fuego Latino no es un luchador 100 por ciento técnico, Fuego Latino es un luchador que arriba de un ring muestra un poco de rudeza, de técnica, un poco a ras de lona, y vuelo aéreo, pero peleo en el bando técnico».
¿Cómo se llega al lugar donde estás?
«Con mucho sacrificio porque la lucha libre te absorbe demasiado, te absorbe tiempo con tu familia, con tus amigos, son demasiados sacrificios los que lleva a cabo un luchador para seguir en esto».
-Desde 2016 eres el campeón estatal de lucha libre, ¿cómo fue el proceso?, y ¿con quién ha luchado el campeón?
«Vamos a cumplir un año con el campeonato estatal, se llevó a cabo aquí, y me tocó ganar contra un luchador de Nuevo Laredo, el Killer Boy, y gracias a Dios salimos representando a Ciudad Victoria y ganamos. Antes me ha tocado compartir cartelera con mis ídolos; con Lizmark, yo me acuerdo que era un niño cuando me empezó a gustar la lucha libre. Conocí a Lizmark y le dije que yo quería ser como él, entonces posteriormente con el paso de los años me tocó luchar al lado de Lizmark, le mostré la foto que me había tomado con él, y me la autografió, y tuve la satisfacción de luchar con mi ídolo.
Hemos estado también enfrentando a Abismo Negro, Psicósis, Hijo del Santo, Hijo de Blue Demon, por mencionar algunos. De Monterrey Big Neurosis, Símbolo, Rey Demonio, muchísimos. También en una ocasión con el Villano Tercero».
¿La lucha libre es un negocio redituable económicamente?
«Ya no, ya no es negocio la lucha libre en ningún lugar. Ya cualquier muchacho que se ponga una máscara, con un cuerpo bonito, van y luchan hasta gratis. Ahorita un luchador de luchas iniciales está ganando de 250 a 300 pesos es lo que está ganando lamentablemente, y de mil 500 a dos mil de luchas estelares».
Además de luchador y entrenador de luchas, ¿tienes otro trabajo?
«Sí, si no, nos morimos de hambre. A mi gracias a Dios la lucha libre me ha llevado a la televisión, tenemos un show que se llama Aventuras Enmascaradas, sin ser un show agresivo o violento, es un show de animación infantil y familiar donde tratamos con los niños, no llevamos golpes, al contrario, por medio de canciones se divierte a los niños y a toda la familia».
¿Cuál es el escenario actual de la lucha?
«Ha cambiado demasiado, anteriormente el luchador se forjaba en el gimnasio, se forjaba arriba de un ring, le costaba el subirse y ponerse una máscara, ahora lamentablemente no, hay ahorita luchadores de papel, de facebook, que porque tienen un cuerpo bonito, o porque se avientan un giro arriba de la tercera cuerda ya los consideran excelentes. Lamentablemente eso le gusta a la gente, pero antes el luchador era de respetarse, ahora son muy pocos».
¿Qué ha pasado con las grandes carteleras que había en Victoria?
«Hay mucho luchador bueno, pero ya no ves aquellas luchas de antaño, luchadores como El Brazo, El Villano, como los hermanos Dinamita, El Satánico, Los Infernales, a lo que es hoy. Lamentablemente los mexicanos somos un poco de copiar a la lucha extranjera, de los Estados Unidos, y no nos queda, la lucha libre mexicana siempre la hemos tenido como lo mejor del mundo, entonces yo creo que debemos de mantenerla. Hay carteleras muy buenas, yo no desprecio ninguna cartelera, pero yo pienso que las mejores carteleras están en la Arena México y los luchadores independientes. Lamentablemente hay situaciones que han incurrido mucho en eso, y han hecho que la gente se aleje un poco de las arenas».
¿Hay algo que te gustaría decirle a la afición?
«Primeramente agradecerle a la afición, a toda la razita, que ha mantenido la llama de mi máscara encendida. Ya son 15 años como Fuego Latino, es algo difícil seguir en el gusto de la gente, y agradecerle a todos ellos, a mis compañeros e instructores, y que sigan creyendo en el luchador local, que sigan creyendo en el talento local, que vean lo que es la Escuela Municipal de Lucha Libre, que pueden venir desde los seis años, hombres y mujeres».