A la presentación del Corre que se celebró la semana pasada, le viene a la perfección el meme que circula en redes sociales que dice “Aún y cuando no espero nada de ustedes, logran decepcionarme”.
A muy pocos les causó gracia el acabar de un plumazo con la identidad de este equipo, sepultar el color naranja en el fondo de un baúl de rencores y en un acto por demás burdo, atiborrar de acarreados el recinto donde se celebró el evento.
Rafael Flores Alcocer, presidente del equipo victorense, confirmó que el proyecto le queda bastante grande; lo dicho: quiso ser él el protagonista, puso por encima su presencia que la de los jugadores, la historia y la identidad del club, tirando un rollo que a lo mejor ni sus amigos de la prensa foránea le creyeron.
El guanajuatense vive un idilio, se siente soñado, y como no si se sacó la lotería al recibir en bandeja de plata al equipo de mayor presencia en el circuito de ascenso del fútbol mexicano. Insisto, la bronca no es que el esté al frente, sino que no sepa que hacer con esta institución.
A la gente que está cerca se les olvidó decirle que el naranja no tiene ningún tinte político, son los colores representativos del equipo y de la universidad, eso es identidad; si bien había muchas cosas que cambiar al interior del club, como la falta de apertura, de transparencia, de cortesía, de estrechar lazos con la aficion y medios, pero sobre todo la falta de objetivos deportivos ambiciosos, eso era lo que se tenía que modificar, con un proyecto bien sustentado, no un escudo, una bandera, un himno, una camiseta, ni mucho menos los colores.
A la gente cercana se le olvidó comentarle que este equipo tiene una muy noble afición, a la que cuando se le habla de frente y de forma honesta, pero sobre todo con mucha humildad, por sí solos se van a acercar al estadio, a los entrenamientos y a todo tipo de actividad que organice.
Pero eso de que se les olvidó comentárselo es solo una suposición mía, porque sé de buena fuente que al interior del club y del centro de formación, su ácida personalidad y humor negro, es el repelente ideal para que se le acerquen, es un escudo que lo protege hasta del técnico que trajo, Ricardo Rayas.
Misma situación que también está pasando en Reynosa, cosa que me enteré ayer precisamente y de primera mano, pues los que están ya mejor piensan en hacer maletas, que tolerar su forma de ser.
Pero en los temas que en verdad importan, el sábado que los naranjas jugaron contra Murciélagos también se confirmó que la dupla Chalá, Rivas, además del aporte futbolístico de César de la Peña, serán de lo más interesante que muestre este equipo bajo la idea futbolística de Rayas.
Los pocos que asistieron confirmaron que es en el bloque ofensivo dónde está el principal baluarte de Correcaminos, no así en la defensa que es donde aún quedan dudas y a ver si no terminan extrañando a valores locales como Rolando Sena y Orlando García.
¿Para qué va a alcanzar?, eso solo lo dirá el tiempo, aunque eso sí, para ascender no; y no es que se le desee algo malo al cuadro azulnaranja, sino que el reglamento es muy claro, mientras no se cumpla con los requerimientos de la LigaMX, este equipo no tiene derecho a subir y por lo que sabemos, todavía no hay un proyecto real de ampliar el estadio o construir uno nuevo.
Su nuevo “rostro”, la nueva administración (buena, regular, mala o pésima), su forma de conducirse, prácticamente hacen de este equipo uno nuevo, aunque se quiera hacer la finta que respetan el pasado.
Por eso también resulta increíble que manden a los medios un manual de identidad, mejor envíen un proyecto, respeten a los medios, no los manden hasta la última fila y privilegien a los que hablan o escriben en medios nacionales y que se van a acordar cada 500 años del Corre; eso señores, eso si les dará identidad.
Nos leemos el próximo miércoles y aguas, porque tengo ojos en todos lados.
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