Ni los mejores, ni los peores, simplemente una valiosísima oportunidad desaprovechada. Así es como se puede calificar el arranque de Correcaminos en este Apertura 2017.
Y es que luego de haberse presentado con un triunfo en su visita a la U de G, tenía un marco inmejorable en su casa, ante su gente, con una buena entrada si la comparamos con los torneos más recientes, donde cinco mil personas se fueron con la insatisfacción de ver a su equipo perder.
¿Las formas cuentan?… usted tiene la mejor opinión. Correcaminos estará peleando durante todo este año futbolístico por no descender, ya que se ubica dentro de los últimos en la tabla de cocientes, misma que tiene al día de hoy al cuadro de la Jaiba Brava del Tampico Madero como principal candidato a irse a la Segunda División.
Si bien el juego ante Alebrijes de Oaxaca fue por momentos parejo, los dos goles que vinieron como relámpago a la portería de Velázquez, enfriaron el partido a tal grado que Irving Rubirosa planteó de forma inteligente un parado defensivo que apenas permitió el gol del descuento, pero que después se convirtió en impenetrable para la ofensiva del conjunto local.
Iba a decir azul naranja, pero de naranja ya no tiene nada y ese azul es tan morado que se confundía con el uniforme de los árbitros, a tal grado que Sergio Rosas le reclamó al central y para el segundo tiempo salieron de amarillo… bueno, continuemos.
Me esperaba más de Chalá y Rivas; el primero lo dejaron quieto con una buena marca y al segundo le cuesta aún mucho jugar al ritmo que se requiere, al menos en su posición como volante, pues se le nota habilidad y velocidad, sólo que a destiempo.
Le preguntaba a usted si esta temporada irá a ver espectáculo o resultados, digo, a quién no le gustaría que ambas se fusionaran para admirarlas en el lienzo verde al mismo tiempo, pero supongo que eso es un lujo para un equipo que pelea el descenso y que al día de hoy no tiene posibilidades de ascender.
A Ricardo Rayas se le puede exigir muchísimo, no es cualquier técnico, pues aunque no es ganador, tiene en su palmarés mucho protagonismo en los torneos recientes y se le armó un equipo a su gusto y bajo su planeación, aparte tengo entendido que sin problemas de billetera, pues nunca se le restringió la contratación de jugadores, mismos que él quería con un perfil de hombres, no de nombres -la clásica- y mucho menos se escatimó en su sueldo.
Ni el juego ante Juárez puede ser un parámetro para evaluar hasta donde podría llegar a Correcaminos, porque no se le puede ilusionar a usted que ha seguido a este equipo desde siempre, el reglamento es claro y no hay ascenso, la única meta este año es no descender, por lo que no se va a calificar el desempeño, sino el resultado y esto no quiere decir que se esté excusando al equipo de Victoria, sino que sin importar la historia ni lo que pasó antes de
la llegada de todos los que hoy defienden esta camiseta, cargan sobre sus hombros la responsabilidad de que esta institución no pierda la categoría.
Y agárrese, en una semana estaremos hablando del clásico tamaulipeco que se avecina, donde de por sí las formas no cuentan, en este menos, será una auténtica guerra deportiva por esos tres puntos que quedarán en la historia si es que alguno de los dos cuadros tamaulipecos desciende en el ya no tan lejano verano del 2018… las emociones van a estar de a peso.
Vejez y viruela
Lamentable y bochornoso espectáculo el que protagonizaron hace un par de sábados, dos equipos de la Liga de Futbol de Veteranos la cual dirige por los siglos de los siglos, Javier Hernández Martínez.
Resulta que se armó tremenda bronca en los campos de la Unidad Deportiva Revolución Verde que al parecer nadie dice nada y lo comentan sólo como simple anécdota.
Recordemos que hace unos meses, el Instituto del Deporte sancionó con mano dura a la Liga Santander por un hecho similar y hasta el día de ayer, no había fijado una postura tras este episodio de violencia en un escenario deportivo de su competencia.
Ojalá que ahora que regresaron de vacaciones, Carlos Fernández y su chaviza investiguen cómo estuvo el abarrote, quién contra quién, cuál de los dos “puso” y de plano que le pongan un estáte quieto a Javier Hernández que desde siempre se ha sentido dueño de esos campos, que por cierto ahorita están para llorar.
Ahí les platico si hubo o no castigo, que si revisamos la Ley Estatal del Deporte, el INDE es el obligado -como ya lo hizo alguna vez- en sancionar y con mano dura a los responsables.
Nos leemos el próximo miércoles y aguas, porque tengo ojos en todos lados.
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