Una amiga me envió un video como muchos de los que aterrizan en nuestra pantalla. El baño de videos es un frenesí desde que amanece hasta que amanece. El ciberespacio es lo infinito de lo finito, de tal manera que somos acribillados por las células de luz de millones de celulares. Yo no soporto videos babosos y estupidez vegetativa y menos truculencias sexuales para idiotas.
La verdad es que los borro de boleto y de volada. Sin embargo, en la tanda de videos amarzan videos de lo extraordinario de los seres humanos, de las cosas de la naturaleza, de lo inédito, del espectáculo de la imaginación y el pensamiento.
Hace unos días me enviaron un video del pez globo. Ese pez que nos mira con sus ojos “virolos” y que parece señora gorda comprando tortillas en Grande o en el Oxxo.
Y sucede que este pez globo, que ni anuncia a ninguna panadería ni nalga alguna cuando enamora es un verdadero pez en el agua.
Me sorprende su calidad en el diseño que ejecuta y la alegoría matemática para conquistar a su pez de oro. La esférica, la ovoide “Pez Globa” que lo mira con sus ojos desorbitados de aleta a cabeza.
El formidable pez, un adelantado de hace millones de años de la globalización nos crea un “performance”, un esquema de alto relieve con una precisión de lo maravilloso de las especies que tomarán el mando de la tierra cuando se cumplan los designios de la fatalidad humana y seamos desperdicios en el gran yonque universal.
El pez globo, sin intimidarle ante su pareja globa, dibuja con su aguda trompa una especie de estrella de arena que adormece en elíptica situación a la pez globa, cuyas nalgas esféricas se contraen sin recular ante la emocionante instalación de este artista de escama libre que nos remite a los esquemas del gran Leonardo.
La gordita de Tota o Tigre, se queda perpleja y anonadada de este Orlando Enamorado en los arrecifes del tiempo. Me pregunto: ¿cómo puede este
Gordinflón marear a la Gorda Del Mar?
Si no usa Resta de cuero Cueruda.
Ni se le ve el fuste, ni calza del 9, y solo con su extraordinario diseño le quita los paracaídas sin los ardides del durazno ni el chupamirto?
La naturaleza tiene sabia bruta y elaborada. Es demasiado sabio para nosotros sabios de peluquería.