¿Le parece a usted que aún falta un largo lapso para llegar al 2018?
Muchos responderán que sí, pero no es una convicción entre quienes han hecho de la política su medio de vida. En algunos casos, muy buena vida.
Cuando en términos cronológicos parece que aún resta mucho tiempo para el año entrante, los aspirantes a puestos de elección popular, alcaldías y diputaciones federales –el Senado es tema por separado– dan la impresión de que el mañana ya es hoy.
Expondré algunos argumentos para respaldar esa percepción, germinada en el mar de especulaciones desatadas en ese sentido. Tome entonces con reservas los siguientes datos. Empezaré con Reynosa.
Desde ahora, en el PRI asoma una creciente llamita de unidad en torno a Ernesto Robinson, quien para muchos, aunque no se reconoce aún de manera pública, ya tiene sólidos amarres para buscar la Presidencia Municipal. Si en este mes fuera la definición tricolor él sería el candidato, sin rival que se le acercara.
No está solo “Neto” en lo que se refiere a la actividad de los demás partidos, sobre todo en el PAN, en donde Francisco Javier Garza de Coss ha lanzado ya varias avanzadas en colonias populares para “calar” el ambiente preelectoral y medir sus alcances frente a su adversario más significativo, José María “Chuma” Moreno.
¿Significa acaso lo anterior que dentro del panismo la alcaldesa Maki Ortiz ha cedido la estafeta en forma anticipada y renunciado a una posible reelección?
Sí. Pero también no.
La aparente contradicción nace, conforme a los cercanos a la dama, a una aparente maniobra de reconciliación de la jefa de comuna con el grupo leal al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
En este escenario, el “sí” se deriva precisamente de que ella no luchará por tres años más en la silla municipal, para dejar espacio a la decisión del mandatario, pero el “no” nace de que a cambio Maki tiene como presunta condición la postulación de su hijo, Carlos Peña Ortiz, como candidato a una diputación federal. Un acuerdo que dejaría a los dos grupos con una amplia sonrisa.
Pero como dicta la voz colectiva, no son todos los que están ni están todos los que son.
En las filas de Morena un grupo de raíces priístas –en donde es protagonista Serapio Cantú Barragán– pretende clavar una pica también rumbo a la Presidencia Municipal. Los nombres de Omar Ku y Omar Cantú sostienen una interesante danza en torno al ex alcalde, junto al aparente indeciso empresario Camilo Martínez, pero sobre todo, al la sombra de quien en la superficie parece el más encaminado en las huestes lópezobradoristas: Ramón Gómez Reséndez, el “JR”, a quien un apellido de cuna también priísta lo patrocina: Zertuche.
En ese mar de versiones, llama la atención el que hay quienes juran que Serapio juega cartas dobles, porque mientras impulsa a algunos ahijados en Morena, él trata de obtener una candidatura del PRI a diputado federal.
Y si alguien piensa en Reynosa que las figuras de corte independiente están esperando en una esquina el autobús, está equivocado.
No faltan aspirantes en este juego de nombres, apellidos, trayectorias y muchas ambiciones, pero hasta ahora quien más llama la atención es Rigoberto Garza Faz, quien arañó la candidatura en la elección local anterior y ahora, afirman, podría buscar la alcaldía sin siglas ni colores.
Como puede ver, tiene sustento la sensación de que en política electoral el futuro ya es el presente. Y ojo, preste la atención que se le pegue la gana a todo esto, al fin que como se acostumbra decir en este terreno, sólo estamos platicando…
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