La verde simetría de los naranjos bajo el verano de más de 40 grados, daba la bienvenida en el kilómetro 22 y medio. El zaguán del rancho estaba abierto, y los vehículos entraban levantando polvo para seguir cien metros adelante, justo donde se levantaba la carpa del cumple años, y la música que envolvía aquel pequeño oasis. Un remanso de agua y de clorofila que parece recuperar por unas horas, el resplandor del priísmo que no se ha ido. Y que para muchos de los asistentes, se encuentra más vivo que nunca, a la espera de capitalizar las pifias del adversario.
La muchedumbre del convite, se agitaba en un mosaico de abrazos y de voces, mezclados con los olores del cortadillo, del chicharrón guisado de puerco, el arroz y los frijolitos. Cuando la gente se baja de los carros, siente de inmediato, el abrazo ardiente del solazo en plena cara.
Pero después, el calorón se olvida, y te vas metiendo en la dinámica de ese tumulto que se encuentra organizado en cientos de mesas, colocadas frente de un lago artificial, con una pequeña fuente al centro. Refrescos, alguna cervecita light o hasta un wisqui pasan volando en charolas, mientras los acordes de las guitarras, los violines y las trompetas empiezan a bailotear, al son del mariachi loco.
Pero esas solo son las formas. Porque en el centro, justo en las mesas donde se agrupan los personajes principales de esta trama, confeccionada de luz y tiempo, candidatos como Óscar Luebbert y su aliado Luis Enrique Arreola, así como Sergio Guajardo y Alejandro Guevara, van de un lado a otro, sopesando el ambiente, midiendo el terreno de una lucha interna que se encuentra inconclusa, y que tiene aquí en esta reunión a algunos de sus principales aliados y estrategas, tanto a favor, como en contra.
La senaduría parece reposar en el centro de este pastel tricolor: personajes como Óscar Almaraz, que llegó hace rato, van de mesa en mesa saludando a los invitados. Almaraz trae excelentes bonos entre el priísmo. Luebbert y Guevara, también son solicitados. Checo se observa un tanto rezagado. Marco Bernal se ha mantenido esta vez, más discreto. Nos da la impresión de que el psicólogo matamorense, quiere llegar como tercero, y apostarle al choque múltiple de trenes.
Baltazar Hinojosa Ochoa, el poderoso Presidente de la Comisión de Infraestructura, en la cámara de Diputados, viste una camisa azul pastel, mientras que Guevara y Melhem traen ambos, guayaberas blancas, impecables. Miguel González Salum trae una camisa a cuadros azules, blancos y rojos. Óscar Luebbert y su esposa, la diputada María Esther Camargo, visten ropa de mezclilla y algodón, en azul y blanco. La legisladora federal Yalehel Abdalá, a quien se le candidatea para la alcaldía de Nuevo laredo, traía un vestido negro, con escote.
Entre los asistentes, saludamos al alcalde de Victoria, Óscar Almaraz, a la reynosense Amira Gómez, a Marco Antonio Bernal, al cenecista Cruz López Aguilar, y al alcalde matamorense, Chuchín de la Garza Díaz del Guante. También se dejó ver, la guapa diputada federal maderense Montserrat Arcos Velázquez.
Tino Sáenz y Omar Zamorano Ayala, Pepe Benitez, Alejandro Martínez, “el Potrillo”, ex secretario particular del desaparecido y bien querido Rodolfo Torre Cantú. Otro de los asistentes a este evento, fue José Carlos Rodríguez Montemayor, el popular Coché. El médico Jorge Luis Zertuche, Jaime Seguy y Eugenio Benavides Benavides.
Otras figuras conocidas: Javier Villarreal, el ex titular de las finanzas de Comunicación Social del pasado sexenio, Jorge Tinajero y el victorense Federico, “Pico” Manautou. El ex comandante Porfirio Delgado y Gustavo González García, “el Chino” y el matamorense Walter García.
En su mensaje, el cumpleañero, quien festejó sus cuarenta y ocho años, mencionó a algunos de sus compañeros de la política priísta: a Baltazar Hinojosa, a
Cruz López Aguilar y a Marco Bernal, entre otros. También, por supuesto, destacó el cariñoso apoyo de su esposa Maritere Cantú, y destacó la presencia de su padre, el ex alcalde de Río Bravo, Moisés Melhem Kuri, que lo contemplaba orgulloso, desde una de las mesas.
Fue así como transcurrió otro festejo más del riobravense Edgar Melhem Salinas, un político tamaulipeco que sin duda alguna, estará entre los que
disputarán una candidatura a senador, en el 2018.
Melhem, se perfila sin duda, como una de las figuras más sólidas del priísmo que, tratarán de recuperar el poder en el aún lejano 2022.