Homero de la Garza es un ingeniero civil que ha ocupado importantes posiciones del poder altamente rentables en lo político y en lo económico, por lo menos durante los últimos 12 años, aunque la verdad es que la mayor parte de su vida profesional ha transcurrido en el servicio público y solo por breves temporadas incursionó en la iniciativa privada.
La última chamba que ocupó fue la dirección general del ITAVU, un organismo descentralizado con presupuestos multimillonarios que inclusive simultáneamente le permitieron a su titular utilizarlos como pasarela y palanca financiera para llevar a cabo una intensa y costosa campaña por los 43 municipios del estado en busca de ser candidato del PRI a la gubernatura.
Homero despertó de su sueño con el baño de agua helada que le significó una investigación en Estados Unidos por la procedencia sospechosa de una cuenta superior al millón de dólares.
El aspirante a la gubernatura, con el dolor de su corazón tuvo que renunciar a su chamba y a sus aspiraciones y tras permanecer un largo tiempo en la banca acaba de reaparecer sorpresivamente como empresario restaurantero.
Hoy es el dueño de la costosa franquicia de comida oriental denominada Nikkori, la cual ocupa los espacios más privilegiados de la plaza comercial Forum. Traerse un eslabón de esa cadena debió significarleuna inversión no menor de los diez millones, más lo que cueste la renta en este nuevo enclave de negocios, por ahora el más caro de Victoria.
Homero hace comunidad con el dinerito que ahorró ya que la mala suerte no le permitió hacerlo como el gobernador que quiso y no pudo ser. Desde la fría banca en que fue confinado por el escándalo ve pasar los días administrando éste y otros negocios.
Nikkori ocupa un espacio local en Forum, el centro comercial más nuevo de Victoria. Funciona desde hace meses pese a que sus espacios de estacionamiento son insuficientes. Construir la placita comercial requirió una inversión bastante elevada que ha sido posible gracias a un grupo de empresarios que le metieron su dinerito a este proyecto.
Se dice que el líder de esta sociedad es el ex alcalde victorense y ahora diputado federal Miguel González Salum.
Ambos personajes son figuras relevantes de una clase política lugareña que ha decidido ampliar su participación en el mundo de los negocios para aprovechar su tiempo y sus ahorros ahora que les ha llegado un sexenio sabático a consecuencia de la alternancia.
La ciudad, a pesar de vivir una de sus crisis económicas más severas ha sido elegida para inversiones multimillonarias en fraccionamientos, restaurantes, negocios dedicados a la construcción o a la venta de los insumos para esta industria por parte de ex servidores públicos que así le sacan la vuelta al ocio improductivo mientras les llega oportunidad de estar cerca nuevamente de la caja de las galletas.
Otros más, menos encariñados con la ciudad, prefirieron emigrar a Monterrey, Querétaro, Ciudad de México o el sur del país donde son ahora prósperos empresarios aunque no pierden la esperanza de retornar al negocio mayor, la política.
Ninguno de ellos ha caído en la tentación malinchista de llevar sus ahorros a otros países. Tal vez por que así se evitan amargas experiencias…
La década perdida
Fue un plazo de casi diez años el que tuvieron todos los estados del país para incorporar sus Procuradurías y su PoderJudicial al Nuevo Modelo de Justicia Penal.
Y son casi 10 años en los que el país ha sido el escenario de una encarnizada lucha contra los cárteles de la droga que propició el caos y la anarquía en materia de Seguridad Pública. Las policías locales quedaron desfasadas, superadas. La autoridad Federal tomó el poder desde hace años, con muy pobres resultados aún.
En el caso de Tamaulipas son más de siete años los que han transcurrido desde que prácticamente fueron disueltas las viejas estructuras de las policías municipal, estatal, ministerial e investigadora. Hubo momentos álgidos en que el estado tuvo cero elementos en la policía ministerial y la Federación tuvo que suplirla en ese papel largos meses, con muy mala suerte por cierto.
Han sido también años de mucha inversión federal y local para reparar daños y reimpulsar los aparatos responsables de Seguridad Pública y Procuración Justicia del Estado mediante el reclutamiento y formación de nuevos cuadro, más preparados, mejor equipados y ambientados en un nueva sistema con un marco normativo totalmente diferente a lo que existía.
El problema es que esta renovación del aparato de justicia es compleja y dilatada y que con frecuencia se dificulta al enfrentar casos de impacto mediático como el abuso contra un menor autista de una Casa Hogar o el asesinato de la ciudadana española.
Los retos mayores, las dificultades más evidentes han quedado en manos del Procurador Irving Barrios quien cuando tomo posesión seguramente rindió un parte de novedades con información sobre el desastroso estado en que encontró esa dependencia.
Y es que durante años la Procuraduría sufrió los embates de la delincuencia organizada que la desmanteló y moldeó de acuerdo a su conveniencia.
Los últimos procuradores Bolivar Hernández e Ismael Quintanilla, prefirieron instalarse en la comodina posición de dejar hacer y dejar pasar antes que asumir cualquier riesgo. Sus antecesores hicieron cosas peores.
Por eso se acumularon vicios y rezagos que tardará años eliminar y por eso mismo hay problemas y tropiezos cuando en condiciones complicadas se trabaja en la procuración de justicia. Es el gran reto del procurador Irving y a todos nos conviene que lo logre.