CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La ex hacienda Tamatán es sin duda espacio emblemático para los victorenses, la historia alrededor de su desarrollo forma parte del patrimonio cultural de Tamaulipas.
Con una extensión territorial de 6 mil 400 hectáreas, ubicada al suroeste de la ciudad, se estableció como la más grande de la región y pese a que sus límites son imprecisos, se sabe que aproximadamente hacia el sur llegaba al margen del río San Marcos, hacia el oriente a la vía del ferrocarril y al poniente a la boca del cañón del Novillo.
Según el historiador Francisco Ramos Aguirre, cronista de Ciudad Victoria, se tiene documentado que en 1838 nace como tal la ex hacienda Tamatán, propiedad de Francisco Lerma, aunque anteriormente ya se conocía como un potrero con el nombre de ‘Aranjuez’.
“Es un sitio histórico importante porque es el referente del primer asentamiento muy efímero que hicieron los colonizadores con Escandón, poco antes de que se trasladaran al lugar donde ya fue el sitio de fundación de la Villa de Aguayo en 1750. También histórico porque de ahí partió un cortejo fúnebre con los huesos de Agustín de Iturbide, ahí se entregaron a un militar llamado Francisco Molina que venía de Tampico por parte del ejercito, fue ahí el inicio del recorrido hasta la capital del país”, detalló Ramos Aguirre.
Desde finales del siglo XIX Tamatán ya estaba destinado a ser un lugar de entretenimiento y esparcimiento, cuando pasó a ser propiedad del tamaulipeco Manuel del Refugio González Flores, quien la convirtió con el paso de los años en un referente turístico.
Manuel González Flores, originario de Matamoros, fue el único tamaulipeco Presidente de la República por elección 1880-1884.
“Se convirtió en un sitio referente propio para los paseos, desde entonces era un lugar para la recreación por las arboledas que había ahí y una alameda muy
importante, por la siembra de muchos arboles frutales pero sobretodo el río, donde permanente había movimiento de agua y aprovechándolo ahí organizaban comidas, tertulias, reuniones con gobernadores, políticos, militares e incluso el clero”, mencionó Ramos Aguirre.
El general González Flores fue trasformando la hacienda en un sitio de atractivo para los victorenses y turistas nacionales y extranjeros, que a veces llegaban a la finca de descanso, acondicionada para huéspedes.
“Por eso el hacendado tenía a parte de su residencia, de las huertas y las tierras para la agricultura, billares y cantinas privadas, también construyó una alberca, además existía un tranvía que comunicaba a la hacienda y eran de los pocos particulares que tenía un teléfono, habían muy pocos y ahí pusieron uno para
comunicarse”, comentó.
En 1922 el gobernador del estado, César López de Lara adquirió los terrenos de la hacienda con el objetivo de establecer la Escuela Granja de Agricultura “Presidente Manuel González”.
“Lotifican el predio y parte de esas hectáreas la compra un hermano del gobernador López de Lara, quien construye después la escuela de agricultura en el casco de la hacienda, probablemente la primera (de su tipo) del noreste mexicano, pero fue un proyecto muy efímero porque sale el gobierno de López de Lara con motivo de la rebelión delahuertista y entonces al tiempo recupera ese proyecto Emilio Portes Gil y él inicia otro tipo de escuelas ahí”, explicó el historiador.
El casco de la antigua hacienda es el edificio más antiguo del complejo, fue rehabilitado a principios del siglo XX, para ser inaugurada la Escuela Normal Rural de Tamatán en 1926 por Emilio Portes Gil.
Con el paso de los años, ya en la década de los cuarenta se construyó una escuela primaria, una capilla y se realizó un reparto de tierras, también empezó a funcionar la cárcel estatal, un lienzo charro y se proyectó un espectacular centro recreativo, que finalmente se convirtió en el Zoológico de Tamatán.
Ya para finales del siglo XX se dio un nuevo impulso a la zona regularizando colonias populares y proyectando espacios públicos donde se construyeron oficinas de gobierno y lo que actualmente es el Hospital Infantil.
Miles de recuerdos llegan a la mente de los victorenses que han sido testigos de la urbanización del lugar, donde todavía se pueden apreciar las fachadas de los edificios principales, en uno de los cuales se colocó un reloj y un mecanismo de campana, así como un grabado del año “1926”, fecha en que fueron inaugurados.
Los edificios principales tienen las fachadas aplanadas, distribuidos sus campos, anexos, aulas y laboratorios en un predio aproximado de 70 mil metros cuadrados y construidos en casi 5 mil metros cuadrados.
Tamatán es un patrimonio cultural conformado actualmente por el río San Marcos, La peñita, el Camino Real a Tula, junto con sus emblemáticos edificios, tales como: la escuela Matías S. Canales, el monumento a Portes Gil, el lienzo charro, la iglesia de San Isidro, el parque y Zoológico de Tamatán, entre otros. Así como
oficinas de gobierno, el Centro de Readaptación Social y el antiguo cuarto de máquinas de la Comisión Federal de Electricidad.
Un lugar poético, que evoca a la nostalgia de los victorenses que aún recuerdan a su ciudad ‘chiquita’, pero grande por el corazón de su gente.
1926 Casco Modificado de la antigua Hacienda de Tamatán
1926 Escuela Normal Rural de Tamatán
1926 Normal Rural al fondo edificio Norte de la Calzada
1910 Ex Hacienda de Tamatán
1937 Plaza y frente del edificio
1942 Plaza, fuente y las hermosas palmeras símbolo de la escuela