Como dispone la legislación electoral, el fin de semana las autoridades, en el caso de Tamaulipas, del IETAM, dieron la voz de arranque al proceso electoral 2017-2018 que culminará el primer domingo de julio del año que viene con la renovación, además del primer mandatario de la nación, de los miembros del Congreso de la Unión y en lo que concierne a nuestro o Estado, de los 43 ayuntamientos.
La novedad de la contienda, además de que la elección de los alcaldes y cuerpos de gobierno se realizará simultáneamente con la de los integrantes de las Cámaras de Diputados y de Senadores de la federación, será la reelección de los presidentes municipales y de los cabildos que presiden, figura que estará a prueba y que, como todo en la vida, tiene pros y tiene contras.
Cuando, por ejemplo, un gobernante es corrupto pero carismático, que gracias a los medios de comunicación ha logrado crearse una imagen positiva entre los ciudadanos y hacer creer a sus representados que es una blanca paloma, o de uno honesto pero inepto, la medida permitirá alargar la comisión de fechorías, torpezas y el consecuente daño a la comunidad.
Viéndola por el lado amable, la reelección mejoraría la experiencia, la del alcalde, la de sus colaboradores administrativos y de los propios ediles, en los asuntos públicos, que ayudaría a servir con más eficacia a los gobernados.
Pero ¿cuál es la opinión de los ciudadanos sobre la idea de que se reelijan los munícipes y los integrantes de los cuerpos de los gobiernos?
Las opiniones son variadas, sin embargo, predominan las que no ven con buenos ojos la disposición. Incluso aquellos que reconocen que los gobernantes en turno son honestos y está haciendo bien las cosas, cuestionan la reelección y consideran que es necesario que se le la oportunidad de gobernar a otras personas.
El día de las votaciones se sabrá cuáles fueron los pareceres, si los de los que respaldan o los de los que se oponen a la continuidad de los funcionarios públicos en los cargos de elección popular, que predominaron.
Cambiando de tema, el mes de septiembre es el mes de la patria, pero ahora también de los informes de gobierno. Además del presidente de la República y de los gobernadores de varias entidades federativas, en la tierra tamaulipeca dieron cuenta del estado que guardan las administraciones municipales, como exige la ley, los presidentes municipales de los 43 ayuntamientos de la entidad.
Hay algo, no obstante, que vale la pena destacar. Desde que tengo uso de razón y de ejercer el periodismo nunca he escuchado a ningún mandatario federal, tampoco a ningún titular del ejecutivo estatal, ni, por supuesto, a alcalde alguno, que haya reconocido que su obra fue menos benéfica que la de su antecesor en el cargo y todos, al menos verbalmente, aseguran que realizaron obras y proyectos sin precedente, superiores a las de todos los que les
antecedieron.
La triste realidad demuestra, lamentablemente, que si fuera verdad la mitad de lo que los presidentes, gobernadores y jefes de los gobiernos municipales afirman a la hora de informar a la ciudadanía de los resultados de las gestiones, México sería una nación con mejores condiciones de vida que Suiza o de cualquier otro país desarrollado.
Se deduce, pues, que gran parte de lo que se afirma en la lectura de los informes gubernamentales son verdades o mentiras a medias.
Otro hecho desafortunado es que, además de que las ceremonias que año con año se organizan para cumplir con la obligación legal de informar a la
sociedad de las actividades y resultados que realizan los titulares de los tres órdenes de gobierno, son primordialmente eventos destinados a enaltecer el culto a la personalidad y la promoción de la imagen de los servidores públicos para ponderar o magnificar lo que es o tienen la obligación de hacer.
El fin de semana, por otra parte, fue un periodo de rumores.
Desde el viernes empezaron a circular versiones que aseguraban que había sido dado de baja el Comisario de la Comapa, Fernando Alzaga Madaria, que parece que es veraz, igual que la subdelegada de seguridad pública, Graciela Guadalupe Tovar Trejo, y que otro funcionario que se encontraba a punto de correr la misma suerte era el Jefe de la Oficina Fiscal del Estado, Luis Alonso Mejía García, quien en cualquier momento, dicen, será separado del puesto.
Este lunes se confirmarán o se desmentirán, en su caso, las aseveraciones.
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