A menos que ocurra un milagro, hoy se oficializará lo que había ocurrido desde hace meses de facto, el quiebre en el PAN y la salida de Margarita Zavala con todo y marido y un puñado de senadores y con ello irán y vendrán versiones y pronósticos de todo tipo, siempre sesgados por el cristal desde el que se les mire.
Así es mis queridos boes, tendríamos que partir en este tema de lo que es real: el PAN se divide, se parte, se irán de él figuras de primerísimo nivel: una primera dama, un presidente de la república, ex secretarios de estado y senadores en funciones, por lo menos.
En el papel eso es lo que se lee, sin análisis de por medio, pero el análisis es obligado porque la ruptura se da en pleno arranque de un proceso electoral en el que está en juego la presidencia de la República y es entonces donde se tiene que medir las consecuencias que tendrá el cisma azul.
Y entonces, a reserva de esperar lo que diga hoy a las 14:00 horas Margarita Zavala, tendríamos que decir que la esposa de Felipe Calderón se va del PAN, porque quiere ser a costa de lo que sea candidata a la sucesión de Enrique Peña Nieto y que su única opción para estar en la boleta del 2018 es haciéndolo por la vía de independiente y el plazo para registrar ese deseo vence este domingo.
Margarita hoy dirá, digo no tiene uno que ser adivino para saberlo, que Ricardo Anaya le ha hecho daño, mucho daño al PAN, que se apoderó de todo, que es juez y parte, que quiere la candidatura presidencial para él, que ha falsificado documentos y que sepultará a ese partido.
En la versión de la ex primera dama y casi casi ex panista, tendrá, tiene verdades y mentiras, pero le servirán de pretexto para irse antes de que le den el portazo.
Porque hay que decir que al interior del PAN, Margarita y Calderón fueron perdiendo posiciones, se las fue ganando de hecho Ricardo Anaya, al que ninguno de sus malquerientes en ese partido le puede negar que durante su gestión ha logrado ganar más gubernaturas que nunca.
Eso le ha permitido, por añadidura, controlar las estructuras formales del PAN en casi todo el país, ser cuate de la mayoría de los diputados federales y alcaldes.
Bajo esas condiciones, siento que Anaya también aspira, aunque no lo reconozca abiertamente, a ser candidato en el 2018, Margarita no tenía casi ninguna posibilidad de que los panistas le eligieran como su abanderada.
Desde hace muchos meses se había dado cuenta, ella y los suyos: Ernesto Cordero, Javier Lozano, Salvador Vega Casillas y claro su marido Felipe Calderón.
Por eso, estos panistas tienen desde hace meses una guerra declarada contra Anaya, apoyada como lo vimos por Televisa y EL UNIVERSAL, que al menos hasta ayer no le había hecho el daño que esperaban al llamado ‘Joven maravilla’.
Pero además, cuando en su calidad de presidente del PAN y con el visto bueno de su consejo Anaya comenzó a conformar el Frente Ciudadano al que se unieron PRD y Movimiento Ciudadano y está por arrimarse el PANAL, Margarita se dio cuenta que sus aspiraciones por el blanquiazul recibían el tiro de gracia.
Porque sería imposible pensar que el PRD aceptará a la esposa de Felipe Calderón como su abanderada.
Cuando se oficializa el Frente, quedaban de hecho firmada la ruptura entre los panistas y vinieron las rabietas de los calderonistas en el Senado y Cordero se alió con los del PRI y estos lo hicieron presidente de esa cámara, mientras la mayoría de los panistas le tachaban de traidor.
En otras palabras, la división del PAN no se dará hoy a las 14:00 cuando Margarita la anuncie, se dio hace semanas, por lo que para los contrarios a esa corriente no será una sorpresa, por más espacio que la televisora de siempre le de horas de difusión.
¿Es un terremoto que desmorona al PAN?, para algunos priístas lo es, o al menos tratan de que la opinión pública lo lea así, pero la realidad es que un terremoto no avisa, llega, tumba y sepulta y la salida de los que hoy dejan el PAN está más anunciada que un llamado a misa.
Claro que le pega en imagen al PAN, desde luego que los pinta, a los dos bandos como hambrientos de poder, claro que los señala como peleoneros, pero el saldo creo aún está por verse.
Podría ser que con la salida de Margarita, el Frente batalle menos para encontrar candidato y se afiance la posibilidad y deseo de Anaya de ser el abanderado, podrían incluso estarle haciendo un favor.
En cualquier caso hay que esperar las consecuencias reales, podría ser que Margarita se lleve a muchos panistas que la situaban como la única que le podía dar batalla a AMLO o que se de cuenta que esos panistas la dejen sola cuando abandone las filas del partido que le permitió vivir en Los Pinos por seis años.
Puede pasar cualquier cosa, pero hoy, apostaría a que no hay terremoto político, muchas alertas sísmicas tal vez, pero terremoto no creo, porque anote lo que le adelanto desde ahora: en unos meses o semanas, los gobernadores panistas se pronunciarán por el apoyo, creo que unánime, para quien quieren sea su candidato a la presidencia, ya se imaginan quien será, flaco, cara de niño, pelos parados.
Comentarios:
meliton-garcia@hotmail.com
Twitter: @melitong