Aquello de “arreglado Matamoros” está muy lejos de aplicarse por estos días a la administración que encabeza Jesús De la Garza Díaz del Guante, quien tiene serios problemas financieros que pueden derivar en la ‘quiebra’ de ese municipio y a él bien le valdría voltear al caso aquel de Óscar Pérez Inguanzo que terminó en el Penal.
Así es mis queridos boes, hoy en Matamoros la situación está sumamente complicada con los dineros públicos, esta quincena no se les pagó a 2 mil 700 empleados, lo que por sí solo es un síntoma de que el tema es muy grave.
El equipo de Chuchín trató de justificar la falta de pago a una falla en el sistema cibernético que le provee una empresa de Querétaro, aunque la realidad es que la lana ‘se acabó’ antes de tiempo.
No pagar los sueldos de los empleados municipales es el peor error que puede cometer alguien que administra un municipio, porque si hay un gasto fijo, seguro es el de la nómina, que se supone se presupuesta desde un año antes.
¿Dónde quedó el dinero de la nómina?, es una pregunta que el Alcalde no ha respondido, que no va a responder porque no hay suficientes argumentos como para explicar que todo ahí es un desorden.
Todavía recuerdo, en Tampico muchos lo recuerdan cuando faltaban semanas para que terminara la administración de Óscar Pérez Inguanzo, todo marchaba más o menos normal, el alcalde casi no estaba en el puerto, asistía algún día a la quincena, le tomaban fotos por todos lados y luego las dosificaban en boletines para aparentar que estaba.
Se entendía entonces, porque dicen que sobre él había serias amenazas contra su seguridad, pero el ayuntamiento en términos muy generales funcionaba.
Pero llegado diciembre la bomba estalló, meses antes Pérez Inguanzo había recibido la promesa de Eugenio Hernández Flores, entonces gobernador, de enviarle algo así como 5 millones de pesos para liquidar alguinaldos de los trabajadores, nunca llegó ese dinero.
Por ahí se reventó el chirrión y OPI salió huyendo, porque no sólo dejó colgados a los empleados con el aguinaldo, sino a decenas de proveedores de pagos por servicios prestados.
Luego lo detuvieron, lo llevaron a la celda municipal, lo pasearon como en la Edad Media para que el pueblo le gritara y lo escupiera, más tarde ingresó al penal de Altamira, después movido al de Mante y de regreso.
Terminó su proceso en un hospital ‘enfermo’ hasta que salió bajo fianza y luego hasta le absolvieron de los cargos que le imputaban; eran los tiempos del PRI, donde todo era político.
El caso es que OPI estaba saliendo de la administración y si lo comparo con Chuchín de Matamoros es porque la situación en ese municipio fronterizo es igual o peor de delicada.
Porque resulta que a De la Garza Díaz del Guante le falta un año para terminar la administración y ya anda igual de ‘embroncado’ que OPI cuando ya se iba; puede entonces resultar peor la cosa.
Insisto, porque una cosa es la nómina que no se pagó, pero ya vienen los aguinaldos y habrá que hacerle frente.
Lo peor de la situación es que al alcalde matamorense se le juntará ese problemón con el de los servicios públicos, luego de que a la empresa PASA le deben al menos 3 millones de pesos y retiró de la circulación la mitad de los camiones de recolección de basura.
Reitero, lo que se asoma en Matamoros es un escándalo de proporciones mayúsculas si alguien no acude al rescate de Chuchín, que presumía de un grupo de súper asesores entre los que se incluyen ex secretarios de estado, ex alcaldes y demás.
Entre la lista de los ‘asesores picudos’ que ganan no menos de 50 mil pesos al mes y a los que por supuesto no se les retuvo el pago, destacan: Mario Zolezzi y Homar Zamorano, ambos ex alcaldes; Alejandro Ostos, ex titular de SEDESOL estatal; Salvador Treviño, Ulises Pérez y Mundo Lozano, entre otros que además de cobrar tienen negocios con el Municipio.
La gran pregunta aquí es ¿si ahora la administración de Jesús De la Garza Díaz del Guante está casi en bancarrota, porque no la han decretado, cómo piensa en buscar la reelección?.
Está bien claro que si el PRI le postula en medio de los escándalos financieros, a menos que los arregle de aquí a febrero, Chuchín será ‘pan comido’ para Carlos García, el líder del Congreso local que se perfila para la candidatura albiazul para esa alcaldía.
Al paso que vamos, creo que el alcalde priísta tendría que estar pensado primero en resolver el problema en que está metido, olvidarse de aparecer en la boleta el año que entra, porque si no, pronto tendría que estar contratando abogados, como lo hizo OPI en Tampico, con la diferencia de que ahora no gobierna en el Estado un priísta y podría no haber quien lo salve. Insisto, por el bien de Matamoros, ojalá que pronto alguien ponga orden.
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