CIUDAD VICTORIA, Tam.- El graffiti desde hace años se ha convertido en un problema social y aunque no es tan grave como otros delitos del fuero común, su manifestación está resurgiendo en varios sectores y calles céntricas de la ciudad.
En un recorrido realizado por Expreso desde la calle 8 hasta la 15, se contaron más de 50 paredes, cortinas de negocios, puertas, registros de luz e incluso en las vistas de un segundo piso con graffitis.
Otro medio centenar se aprecia en la calle Juárez donde los “artistas callejeros” aprovechan negocios que están cerrados para expresarse a través del graffitis.
Pocos de ellos son dibujos y la mayoría se limitan a estampar sus firmas con garabatos.
La avenida 17 no se escapa a esta expresión urbana, en un recorrido a pie se constató que casas antiguas como la localizada en el 17 Juárez y oficinas de gobierno ubicadas en el sector no escapan a los graffiteros.
Después de las pintas realizadas en el nuevo Cinépolis, las redes sociales estallaron en contra de los responsables y además aprovecharon las tribunas para denunciar que los graffiteros han ‘atacado’ en diversas colonias como; las Flores, Dirección de Tránsito, Adelitas; incluso porque han dañado murales como el del cerro del Bernal y el Correcaminos que se ubican bajo la joroba.
Pese a que este problema debe ser atendido por seguridad pública, autoridades municipales exhortan a los jóvenes a buscar áreas que ellos disponen para que puedan expresarse sin dañar el patrimonio público, ni particular.
Joaquín Larrañaga, director de Conservación Áreas Verdes, explicó que gracias a la vigilancia de grupos de vecinos, los parques y plazas recuperados no han sido vandalizados; sin embargo, están enterados que domicilios particulares sufren estas pintas.
Desarrollo Social del Municipio explica que esta práctica ronda entre el arte y actos ilegales, debido a que pintar sobre un área turística o no, sin permiso puede ser sancionado por autoridades.
Hace dos años la ciudadanía expresó su enojo, porque un joven con el apodo de “Refri” realizó garabatos sobre el atractivo natural “El Salto” el cual se ubica en el municipio de Palmillas.
Aunque el problema de los graffiteros es del área de Seguridad Pública, el departamento de Desarrollo Social del municipio tiene un programa para que jóvenes graffiteros puedan expresar su arte de forma legal sin incurrir en vandalismo.
Además tienen que identificar dos puntos importantes; los jóvenes que ven esta práctica como arte y aquellos que nada más llegan y rayan unas letras porque si.