Ni para un lado ni para el otro.
Esto quiere decir que ni es de izquierda ni derecha.
Según nota periodística, el Estado Vaticano suspendió la venta de cigarrillos a sus empleados y seguramente a miles de fumadores que compran en sus tiendas libres de impuestos.
Y es que los empleados se persignan 7 o 12 veces al día para perdonar sus pecados porque fumar con intensidad puede causarles la muerte.
Así el Vaticano sacrifica 10 millones de euros, que es un montón de pesos mexicanos de sus negocios en la Ciudad Vaticana y su área de control romana.
Y es que mi admirado y querido papa Francisco observó que era un negocio muy lucrativo pero nada respetable en cuanto que acarrea en carretilla o cajetilla de cigarros a 7 millones de personas en el orbe de supervisión de Dios porque al fin el Supremo es el que manda en el universo y él según vemos, ni fuma por ningún lado porque lo verían muy mal Los Ángeles custodios.
La salud es primero dijo el papa Panchito, basándose en las cotizaciones forenses de la Organización Mundial de la Salud.
A la que también está atento Dios Nuestro Señor, toma en cuenta las indicaciones en las fumarolas que afectan a segundos y terceros en cualquier sitio del mundo.
Dijo el vocero del Estado Vaticano.
La Santa Sede –dijo–, el papa Francisco, “no puede contribuir a una actividad que claramente perjudica a la salud de la gente”.
Y tiene razón el Vicario de Dios en la tierra, de origen pampero, aunque
sabe muy bien que los gauchos en la sabana Argentina, su te, mate y su grueso cigarro es imprescindible en sus largas jornadas del invierno tanguero.
Esto orden papal no limita a los clérigos vaticanos que puedan reventarse a discreción un tanguito en sus tiempo libres , si Dios los mira de la vista gorda.
“Dios Nunca Muere ” como el famoso vals pero tampoco fuma. Aunque en Italia moros y cristianos no pueden resistir a una invitación de un “Nazionale” o un grato Marlboro, del caballito de montaña.