Irónica y fatalmente, el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México y en otras regiones del país creó una línea sísmica que ha puesto en jaque a los políticos y a las políticas de México.
Se agrega el juego que todos jugamos del TLC donde lleva mano el gobierno norteamericano y sus políticas migratorias y el muro como estandarte del Team de Trump. Esto acompaña a la burla de los políticos, los desaciertos del presidente Peña y la lucha por el poder con un enemigo común para el PRI, el PAN, los Frentes
Ciudadanos de aceite y agua del PAN, del PRD y el MC. En el tropel, Margarita Zavala, Mancera y Moreno Valle. Se trata de MORENA, el partido de López Obrador, por el que ninguno de este licuado de líderes con y sin partido se apresuran a cerrarle el paso para negarle su llegada al poder.
Se une a los “los corifeos” los candidatos independientes saca puntos, y eventualmente tasadores de votos.
El fenómeno sísmico en la escala de PRIchter, colocó a todos de panza para arriba y boca bajo.
Los puso en evidencia, mostrando sus flaquezas de corrupción y desvergüenza. Todos corruptos todos demagogos. Unos preparan las talegas para las Islas Caimanes y otros con el pejelagarto al festejo si le va bien en la tómbola.
Cierto es que los políticos son igual de desvergonzados y ladrones. Pero la cadena sísmica es impredecible. En el 2018, un terremoto se pronostica en México y sus secuelas serán fatales para el país. Sin la protección civil y la justicia, y el respeto al voto, seguramente brotará la violencia…