Más allá de las recientes encuestas electorales que se han realizado en Tamaulipas, como en el resto del país, existe una realidad que no se debe pasar por alto en la toma de decisiones para los aspirantes a obtener una candidatura por cualquier partido político. Arrancado el proceso presidencial, los pronósticos en los municipios tamaulipecos más importantes es el claro reflejo de la complejidad que se afrontará en las diferentes regiones de México.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras la derrota por la gubernatura de Tamaulipas pasó de la depresión a la incertidumbre de un rumbo no definido por el que debe caminar su militancia, actualmente continua deambulando entre las dudas de las traiciones y los temores de la persecución política. Mientras tanto, el Partido Acción Nacional (PAN) empoderado por el triunfo estatal avanza con un paso desigual entre la inexperiencia de algunas dirigencias, así como el fortalecimiento de proyectos municipales robustecidos.
Tal como lo referí la semana pasada en este mismo espacio, ninguna presidencia municipal tiene garantizada la reelección de cualquier partido político del que emane. La realidad es compleja por los tiempos que vive la política actual, aunada por los tinglados internos de cada proyecto que se verán impactados por el polémico alud que envolverá la carrera presidencial.
Conforme al humor social de Tamaulipas, no por las encuestas demoscópicas, destaca que la alternancia partidista se vuelve asomar particularmente en los municipios fronterizos, no así en los ubicados en la zona central del estado. Bajo esa óptica, este es el recuento:
Nuevo Laredo aun con el incansable trabajo que está haciendo Enrique Rivas Cuéllar, el PAN afronta divisiones internas y empieza a surgir en la ciudadanía un ánimo de regresar al PRI; empero el priismo está muy fraccionado, presentando un halo de desconfianza muy fuerte entre ellos mismos, un valor –confianza- que todo indica no tiene ningún personaje –visible- para enarbolarlo.
Reynosa el encanto de Maki Ortiz desapareció muy rápido y es quizás donde se pudiera dar la batalla campal de Tamaulipas, ahí la única forma que el PAN puede retener las posiciones políticas en las siguientes elecciones sería con todo el peso del grupo de Francisco Javier Cabeza de Vaca, que es el feudo donde nace su proyecto estatal; pero no olvidemos que persiste el movimiento de Oscar Luebbert y le alcanza una porción del dominio de Edgar Melhem.
Matamoros con los desaciertos de Jesús de la Garza que saben más a desilusión que salvoconducto por las precarias condiciones en la que tomó la presidencia municipal. Tanto el PRI, como el PAN, se encuentran fragmentados por sus propios liderazgos; pero el panismo está tomando más forma.
En Ciudad Victoria el humor social le favorece a Oscar Almaraz, quien su trabajo de sol a sol está redituando a favor del PRI; con todo el empoderamiento que actualmente tiene el PAN, pocas posibilidades presentan para remontarse. En Mante sucede exactamente lo mismo, el PAN se empoderó de tal forma que poco podrá hacer el PRI para regresar. ¿Usted qué opina?
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