MATAMOROS, Tamaulipas.- Voceador de periódico Expreso fue arrollado y muerto casi frente a elementos de la Marina por una mujer que, en estado de ebriedad, se echaba de reversa en su automóvil frente a la caseta de cobro del puente Nuevo Internacional.
Los hechos se registraron a las 5 de la mañana con 50 minutos en uno de los carriles del citado cruce, según señalaron autoridades que hicieron presencia en el lugar.
Tirado sobre el pavimento y sin vida, quedó el cuerpo del vendedor de periódicos identificado como Alberto Rodríguez quien tenía 65 años.
Las investigaciones apuntan que el ahora occiso tenía su domicilio en las calles Herrera entre 12 y 13 del primer cuadro de la ciudad, aunque a la Policía
Investigadora le proporcionaron un domicilio de la calle 10.
Con relación al accidente, testigos señalan que fue un vehículo Nissan, de color blanco, sin recordar modelo que era tripulado por una mujer en estado de ebriedad.
Aseguran que dicho vehículo iba hacia el lado americano y se detiene a la altura de la caseta de cobro para pagar el peaje.
Debido que ni traía para pagar el cruce y además andaba tomada, la dama le da de reversa a su unidad motriz y es cuando atropella el voceador hasta arrojarlo con todo y periódicos, los que quedaron esparcidos en el lugar.
Lejos de detener su marcha para auxiliar al sexagenario, busca la manera de dar la vuelta y escapa a toda velocidad.
Al escenario del homicidio llegaron elementos de la Policía Investigadora a realizar las entrevistas con testigos y personal del puente.
Para revisar el cuerpo del infortunado vendedor llegaron elementos de Protección Civil pero se percatan que ya no tenía signos vitales.
También hizo presencia personal de Servicios Periciales para el levantamiento de pruebas y del cadáver para trasladarlo al Servicio Médico Forense donde se le practicaría la autopsia de ley.
Por último llegó al lugar del accidente la Policía Federal Preventiva para tomar conocimiento de lo ocurrido.
Conocidos del ahora occiso señalaron que Alberto vivía con su esposa en un vecindario de las calles Herrera, 12 y 13, pero también tenía familiares en el fraccionamiento Quinta Real.
Es importante destacar que pesar que el recinto federal está vigilado por elementos de la Marina y de la Aduana, nadie pudo impedir que la mujer ahora homicida escapara.