De cara a la inminente designación de candidatos a las alcaldías, diputaciones federales y senadurías, en Tamaulipas, al interior de la parcela del equipo azul ocurre un fenómeno que tendría que ser atajado antes de que se convierta un problema y salga de control: la división entre cabecistas y panistas, porque aunque parece lo mismo algunos se entercan en que no lo sea.
Así es mis queridos boes, habría que hacer un poco de memoria, no tan lejos, hasta ahí de dos años, un año y medio pues, cuando el actual gobernador estaba en pos, primero de la candidatura y luego de la gubernatura, ambas conseguidas, eran tiempos de sumar y volver a sumar para la causa de Francisco Javier García Cabeza de Vaca y su proyecto.
En ese tenor, el ex alcalde de Reynosa tuvo la habilidad de convencer a los panistas de que era la mejor opción, pero también sabía que había que asegurar
el triunfo, por lo que salió a la pepena de apoyos de todos los colores.
Fue por eso que desde campaña llegaron tricolores renegados o despreciados en ese partido, perredistas y de otras nomenclaturas, además, por supuesto de personajes que no estaban identificados del todo con alguna marca electorera, sino más bien bajo el sello de la iniciativa privada.
El caso es que hoy, como es normal, muchos de los que sudaron los calorones de la campaña junto al antes candidato y hoy gobernador, están en la estructura gubernamental, los hay igual que en aquellos días de todos colores y de ahí se deriva mi análisis.
Resulta que muchos de esos recién llegados al equipo azul no han entendido del todo que pertenecen a un gobierno, a un grupo que ganó bajo las siglas del PAN.
“Yo no soy panista, yo soy cabecista”, he oído en el sur, en Victoria y más allá, sobre todo de los jóvenes maduros que sin ser efectivamente militantes del partido por el que pedían el voto en la primavera del 2016 y que hoy levantan la mano para ser candidatos o para apoyar candidaturas.
El “yo no soy panista”, es recibido por los panistas que si militan, que tienen décadas perdiendo muchas elecciones y ganando otras, como en Tampico, como en Victoria, con molestia, con el enojo de quien se siente no reconocido.
Porque si bien en el 2016 ganaron, lo hicieron todos, tal vez los panistas de siempre no hubieran ganado solos, pero seguramente los recién llegados menos lo hubiesen hecho sin la estructura azul que se enfrentó muchas veces a elecciones ganadas por el PRI mucho antes siquiera de que comenzaran.
He oído las versiones de ambos lados y creo que a los no panistas, pero bien cabecistas, se les olvida que el gobernador es bien panista.
¿Ya se les olvidó (o no se enteraron) que Cabeza de Vaca ha sido panista desde hace casi 20 años, en los que ha hecho talacha en la calle sin ser candidato, por Vicente Fox y de ahí para adelante?, ¿habrá que recordarles que ha sido Alcalde y diputado local y federal y senador todo bajo las siglas del PAN?, ¿deberán anotar que fue funcionario federal en una administración panista?
Por eso creo que cuando subrayan que no son panistas; cuando cobran como funcionarios en una estructura que llegó al poder cobijados por la bandera albiazul es como desconocer de alguna manera la trayectoria y la propia militancia del gobernador.
Es cierto; en el PAN es como muy difícil ser militante, porque en ese partido han tenido episodios de puertas cerradas o elitismo, pero subrayar, recalcar, poner brecha de por medio ente ellos y los militantes de ese partido lo que ha logrado es enconar las relaciones entre ambos grupos.
Insisto en que es un error de cálculo que los recién llegados al PAN renieguen del partido que quieren que los postule, lo que sólo ha provocado que los grupos panistas que en el pasado estaban enfrentadas se armen en un solo bloque para contener el paso de los nuevos.
No sé si las diferencias entre los nuevos en el equipo y los panistas de siempre vaya a llegar a rupturas o escándalos que trasciendan más allá de los comentarios al interior, pero lo que sí sé es que aún hay tiempo de que una situación así se ataje y se desacate que la sangre azul llegue al río.
Hoy los pinos del sur…
Hoy estará el gober Cabeza de Vaca y la señora Mariana en los tres municipios de la zona conurbada, lo harán para encender los pinos navideños y poner en marcha las pistas de hielo y con ello dar el banderazo oficial a las fiestas decembrinas.
En esta zona el gobernador siempre cae en blandito, la raza lo recibe con porras, se la pasa bien y creo que él ha correspondido con obras y grandes proyectos.
Por estas tierras hay que reconocer también que el trabajo que ha hecho Miguel Gómez Orta como representante del gobierno de Cabeza de Vaca ha sido muy eficiente y eso se nota con la coordinación entre las autoridades locales y las del Estado. Miguel es un tipo con agenda llena y resultados a la vista.
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