No podemos quedarnos cruzados ante el desafío que representa las expectativas de las elecciones del 2018. Y los caminos de la cultura en el país y en nuestro estado.
En lo nacional estamos preocupados por lo que ofrezcan los tres candidatos: PRI, el PAN-Frente y Morena.
La cultura como armazón de la conciencia crítica y la creación artística explosiva y desbordante en el arte y la literatura.
Atentos, convictos, participamos desde nuestros frentes creativos en el arte nacional.
En nuestro Estado de Tamaulipas esperamos el empujón que nos ponga al frente en el Siglo XX1.
A lo largo de tres décadas hemos vivido la timidez en las tareas del arte promoviendo a artistas foráneos que Conaculta reparte en los estados condicionados en una red de negocios y usura de los directores de cultura.
Los resultados han sido nefastos, sepultados en el olvido. Los jugosos presupuestos no llegaron a las tareas de los artistas.
Los artistas, y sus talentos destilados en el tiempo son condenados a la muerte espiritual.
Como estado hemos olvidado a la extraordinaria frontera de Instituciones de Cultura, Universidades y centros promotores de imaginación en los Estados Unidos.
La oferta es extraordinaria y hemos sido incapaces como instituciones públicas (gobiernos y universidades) para ofrecer a nuestros artistas una plataforma ideal correspondiente a sus expresiones.
Seguimos padeciendo la improvisación y la actitud del “Dedo” como la elección de la inteligencia y la capacidad.
Se une a esto la pobreza cultural y crítica de nuestros artistas incapaces de proponer ideas y hasta seleccionar sus obras como producto competitivo.
En el Siglo XXI, jugamos “a la víbora de la mar y al bebeleche.”
No hay un programa ambicioso, transformador. Se requiere el brote de las ideas, de la crítica, de los valores del arte y la cultura. No es la alharaca de la castañuela. Es la vitalidad del arte por los artistas, la causa de los “12 Magníficos” de nuestro Estado. Así le llamo a los artistas que dentro del estado y país, junto a otros en el extranjero, integran el más potente bastión creador del Tamaulipas contemporáneo.
Necesitamos coraje y guevos para cambiar la historia.
Mi propuesta es personal, sin apoyos, busquemos alternativas. Yo continúo mi trabajo y mis objetivos son claros.
No estoy atenido a nadie, no soy político profesional, soy un artista que cree en su trabajo, que expone y que se prepara ante los nuevos desafíos. Confío en mi fuerte formación cultural y creativa. No me dejo llevar por el hueco sonido de la castañuela.