El menor de los cuatro hijos de Andrés Manuel López Obrador, el que tuvo con su actual esposa Beatriz Gutiérrez Müller, se llama Jesús Ernesto.
Los dos nombres del menor (quien tiene 9 años de edad), por supuesto, tienen un significado ideológico:
AMLO le puso ‘Jesús’ a su hijo por su abierta admiración a Jesucristo y ‘Ernesto’ por su simpatía con la causa de Ernesto ‘El Che’ Guevara, argentino convertido en símbolo de la revolución cubana.
Aunque el análisis del materialismo histórico se fundamenta en la evolución humana, los vínculos entre cristianismo y socialismo no son nuevos. La conexión estriba en la lucha por los pobres y, por ende, por las causas de la clase trabajadora.
Segunda década del siglo 21, tiempo de mezclas y combinaciones ideológicas: López Obrador se declara ‘guadalupano’ y ‘juarista’. El fundador y presidente del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), afirma, incluso, que no existe contradicción en su postura.
En ese contexto, se pacta la alianza electoral entre Morena y el Partido Encuentro Social (PES), una organización cuyo primer concepto ideológico es el siguiente: ‘Fortalecer la institución familiar’.
Al respecto, el PES, cuya coalición con el lopezobradorismo generó múltiples críticas de los sectores liberales y progresistas, va más allá: Se autodefine como ‘el Partido de la Familia’.
Fundado en octubre de 2006 en Baja California, el PES participó por vez primera en un proceso electoral al año siguiente. Lo hizo en alianza. ¿Saben con quién? Con el Partido Acción Nacional (PAN). Felipe Calderón ya era presidente electo.
En esa coalición establecida en el estado fronterizo también participó el Partido Nueva Alianza (PANAL), organización que en ese tiempo respondía a las instrucciones de la controvertida profesora Elba Esther Gordillo, ahora en prisión domiciliaria tras ser detenida en los inicios del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Identificado con una ideología conservadora que está en contra del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo, el PES está conformado por una estructura ligada a las Iglesias que profesan el cristianismo evangélico.
Sin embargo, Encuentro Social propone otros conceptos ideológicos que, en esencia, son los que sustentan su alianza con Morena: ‘Retomar el régimen democrático bajo pilares éticos’ y ‘propiciar la reconciliación y la pacificación nacional’.
Un concepto más es punto de encuentro entre ambos partidos: ‘Promover una ideología sustentada en las libertades individuales, pero que promueva intensamente las causas sociales’.
Esas son las conexiones ideológicas entre Morena y el PES, pero lo que existe en el fondo de la coalición electoral pactada entre ambos partidos (y el PT) es algo más, un factor que ronda, en cierto aspecto, los criterios de la geopolítica, como suele suceder en este tipo de jugadas en busca de la anhelada presidencia de la república.
Se trata de un mensaje estratégico de Andrés Manuel López Obrador para ‘El Vaticano’ y las Iglesias.
Al estilo de Manuel Ávila Camacho, el mensaje de ‘El Peje’ es claro: ‘Soy creyente’. Además, ya lo dijo, es ‘guadalupano’.
En otras palabras, no impulsará la agenda liberal de la izquierda progresista, es decir, ni aborto, ni matrimonio entre personas del mismo sexo. Nada de eso. El guiño a El Vaticano y a todas las Iglesias es evidente.
Y ojo, mucho ojo: El Vaticano juega, desde su origen, a la política de primer nivel. Su opinión, en términos históricos y globales, cuenta.
Las demás Iglesias, las cristianas evangélicas, hasta tienen un partido político en México, alentado en su origen y formación ni más ni menos que por (¿el panista?) Felipe Calderón Hinojosa.
En las democracias modernas, la obtención del poder se obtiene a través de los acuerdos con los diversos grupos de poder e interés.
Juntos, a través de negociaciones, llegan a las urnas con un candidato que, como sucede en la gran mayoría de las campañas, trata de quedar bien con todos los que lo ayudaron.
Andrés Manuel López Obrador ya envió su mensaje político a El Vaticano a las Iglesias. ¿Recibirá, en su momento, ‘el visto bueno’ desde Roma y anexas?… Esta es una de las preguntas a responder en el inquietante 2018.
Y PARA CERRAR…
Aunque el PES no tenía derecho a proponer candidata a la diputación federal por el Octavo Distrito, con cabecera en Tampico, intentó hasta el último momento en meter en la encuesta el nombre de la ex diputada local (¿priista?) Olga Sosa Ruiz, hoy convertida en ‘socialité’ porteña de Facebook. ¿Qué tal?
¿Morena habrá aceptado de última hora la recomendación de Encuentro Social de postular a una externa? Pronto lo sabremos.