1.- La crisis que vive el sistema desde luego que traerá consecuencias políticas. Si nos concentramos en Tamaulipas con la sucesión estatal llegaríamos a la conclusión de que algún@s tienen sus aspiraciones en un hilo. Sea que dependerán de cómo les vaya a sus protectores o mejor dicho, a sus promotores, para que suene tan paternal. Y es que la fuerza del hartazgo social no sabemos cuántas víctimas pueda provocar. Más claro, varios son los funcionarios de alto nivel que en las próximas semanas estarían en riesgo de abandonar sus cargos.
No hace falta mucha ciencia para suponer que el presidente Peña Nieto está en la obligación de darle una sacudida al gabinete, entre otras medidas urgentes para tratar de recompones la dirección del barco que hace agua por todas partes. Son muchos los errores, ha sido demasiado el desgaste que llevó por ejemplo al procurador Murillo Karam a aceptar su cansancio, pero, ¿qué podemos decir del secretario de Gobernación o el de Educación, el de Hacienda incluso del titular de Comunicaciones y Transportes con la sospechota a cuestas por el caso del ferrocarril México-Querétaro?. En otro sentido, aunque dentro de la misma tragedia, ni cómo dejar fuera a Manlio Fabio Beltrones, a Emilio Gamboa Patrón o al dirigente nacional del tricolor César Camacho. Tan solo para nombrar algunos de los “próceres revolucionarios” que caminan por el filo del barranco.
De manera que la rebelión social que vive México pegaría también por estos andurriales reduciendo las posibilidades de gobernar la entidad a personajes como Marco Antonio Bernal, Merceditas del Carmen Guillén, Alejandro Guevara Cobos o Adrián Gallardo. Claro no son tod@s l@s que están ni están tod@s los que son porque ya sabemos que las circunstancias determinan las ganancias en río revuelto. ¡Y vaya que está revuelto!.
Frente a esto el establo local se fortalecería siempre y cuando se rindan buenas cuentas en las elecciones del próximo año. En caso contrario que nos agarre confesados san Juan Dieguito.
2.- Mientras tanto la república sigue temblando, pero ojo, que los medios tendenciosos y comentaristas con la misma inclinación, pretenden anteponer algunos hechos violentos a la indignación nacional por la desaparición de los jóvenes normalistas. Sobredimensionan incidentes “colaterales” lógicos en un movimiento de tal magnitud. Por supuesto que hay provocadores, como los que aparecieron en la quema de la puerta del palacio nacional, algunos de ellos detenidos y después liberados “porque no hubo denuncia” cuando es de creer que estos delitos se persiguen de oficio, máxime si fueron sorprendidos in fraganti, ¿qué raro, no?.
Por supuesto que gente extraña aprovecha el enojo popular aportando más confusión, sin embargo el asunto principal sigue el paradero de los estudiantes y desde luego el grado de responsabilidad del supremo gobierno para dar respuesta concreta como garante de seguridad, no como la que escuchamos de parte del titular de la PGR el fin de semana anterior, sino con pruebas fehacientes, concluyentes y reales, tal cual lo exigen los familiares de los desaparecidos y con ellos el resto de la nación.
Mientras tanto el Presidente Peña Nieto visita China acompañado de un centenar de periodistas que sólo reportan buenas y lindas noticias, empresarios, políticos, miembros del gabinete y algunos líderes (por ahí, se observó al petrolero Carlos Romero Deschamps como el mejor símbolo de honorabilidad sindicalista digno de ser conocido en Asia y muy probablemente en Australia).
El escribidor imagina que estos viajantes tuvieron la oportunidad de estrenar el flamante TP-1 Dreamliner 787 con 300 plazas y dormitorios y otros accesorios, de tecnología última generación con un costo de 7 mil 500 millones de pesos que los generosos contribuyentes regalaron al supremo gobierno. Ni Obama, ni el ruso Putín, el chino Xi-Jinping y menos el Papa Francisco tienen un aparato de estas características. Y ni como negar que estos son de los hombres más poderoso de la tierra. Ha de disculpar, pero el orgullo nos embarga al presumir el Dreamliner 787 en la reunión más importante del mundo-mundial. Y deje, ¡la envidia de los mencionados!.
A propo, las críticas no cesan en relación con la mansión particular de la pareja presidencial cuyo costo asciende a 86 millones de pesos. Dicese que no corresponde a la crisis política que enfrenta el gobierno federal. ¿Será?.
SUCEDE QUE
En el enésimo fracaso del “Correcaminos” no se hagan bolas, lo que se requiere es el cambio total de directiva. Ya estuvo bien de engaños para la raza, ¿no?. (Ahí te buscan pancho Filizola)… Que el accidente que recién sufriera la maestra Magdalena Peraza podría reducir sus afanes de contender por una diputación federal. A lo mejor, puede ser, tal vez, quizá, igual y sí. Uno nunca sabe. Por cierto, el tiempo se agota y en el PRI, salvo “Betico” Valdez quien se atrevió a levantar la mano, no se ve ni por donde puedan surgir l@s candidat@s. Un profundo misterio rodea esta asunto que ya debiera ser del dominio público, (los tiempos no están para menos), sobre todo en cuanto a la participación de las mujeres. ¿Quiénes serán y de dónde vendrán?, es la interrogante que transita por caminos, brechas y veredas del estado. Pero, ¡ya me cansé!.
Y hasta la próxima