31 marzo, 2025

31 marzo, 2025

Mucho dinero…y muy pocos empleos

La paradoja económica en el sur, es que con miles de millones de dólares en inversión, no existe un volumen elevado de ocupaciones ni éstas son las mejor pagadas.

ALTAMIRA, Tamaulipas.- La inversión de la iniciativa privada, tan sólo en Altamira, asciende en los últimos años a más de 34 mil millones de pesos. Ese capital significa más de 40 empresas instaladas  y alrededor de 30 mil plazas laborales, pero esta generación de empleo no ha sido suficiente para mitigar la enorme demanda en ese rubro en la región y mucho menos en Tamaulipas.

La paradoja económica de este sector, es que a pesar de ser empresas de capital extranjero de clase mundial y con miles de millones de dólares en inversión, no son las que tienen los empleos mejor pagados ni generan un volumen elevado de espacios de trabajo.

Y este también, es el panorama laboral al que se encamina el esperado “boom” industrial en la industria petroquímica en el
Sur en los años venideros.

Por ejemplo, en Altamira, Tampico y Ciudad Madero en lo relativo a las remuneraciones promedio que se generan, el municipio que tiene más alta paga es Madero, con alrededor de 117 mil pesos anuales por trabajador. En segundo lugar está Altamira con 65 mil pesos al año, mientras el tercero es Tampico, el cual es el que menores ingresos genera, con  61 mil pesos anuales, explicó  Jorge Alberto Pérez Cruz, doctor en Economía.

Una explicación resulta un revés a la presunta realidad económica que se maneja, como expone el propio Pérez Cruz:

Tampico, Madero y Altamira tienen una vocación productiva totalmente  distinta  y así son los efectos que podría tener en inversión, empleo y crecimiento.

Por ejemplo, Tampico es uno de los municipios que ha tenido una fuerte especialización en actividades comerciales y de servicio; tiene ingresos del  26%  por su  principal actividad que es el comercio al por menor, en tanto la segunda actividad básica se refiere al alojamiento. “Porque tiene esa vocación de servicio y comercio”, dijo.

“Básicamente Madero  tiene una vocación más industrial, combinada con el comercio. Madero tiene un 30% de las actividades dedicadas a manufactura y 20% al comercio, mientras en Altamira, evidentemente una ciudad más industrializada,  su proporción de toda la actividad en ese terreno es apenas del 30% y muy de cerca le sigue el comercio con un 23%”, señala.

Mencionó que es sumamente importante, porque permite definir la relevancia  del desempeño económico que pudieran tener esos municipios, analizar que lo primero que se observa es cuál tipo de actividad se tiene y por qué el sector industrial, bajo ciertas condiciones,  es más productivo que el sector primario y el terciario.

“Esa condición, que hace que el sector secundario sea más productivo que los otros, básicamente está integrado a actividades locales. Lo que vemos es que los sectores con menores salarios se dedican al sector terciario y primario; en el caso de Tampico es la característica, por eso es el que tiene menos industria porque su principal actividad en torno a la industria es transporte y por eso tiene una menor escala de salarios”, explica.

También eso lleva a ver que la inversión  en los tres municipios es totalmente distinta. El que percibe más inversiones  es Altamira, en donde este año se tuvieron proyectadas inversiones de aproximadamente mil millones de dólares, mientras que en Tampico, que fue segundo lugar, sólo se manejaron 450 millones de pesos y en Madero fue aún menor, con alrededor de 200 millones de pesos en inversión privada.

En el caso de Madero, el principal proyecto de inversión es el HEB que no se ha estrenado y que es de alrededor de 150 millones de pesos.

“Estamos viendo  que se está invirtiendo más en Altamira y en Tampico y muy poco en Madero. ¡Y resulta que este municipio es el que tiene los salarios más altos..!

Agrega el economista: “La pregunta sería que está pasando. Lo que sucede es que Madero influye el nivel de salarios por la industria petrolera, que al ser pública genera cierta estabilidad y poca flexibilidad en la movilidad en los salarios, porque el mismo gobierno está presionado para mantener cierto nivel de sueldos”.

Es algo, advierte, que no se observa en Altamira, porque aunque es igual de industrial, está basada en la petroquímica y los empresarios privados sí están teniendo una tendencia hacia la baja en cuanto al nivel de salarios que están proporcionando.

Reveló que en un estudio  que elaboró desde 1980 hasta 2010, se observa que se ha sufrido una pérdida en el nivel del ingreso del sector petroquímico en Altamira, de un 45%. De 1980 a 1999 si creció el salario, pero de ahí se ha venido desacelerando y uno de los factores que influyó es el debilitamiento de los sindicatos, que cada vez tienen menor posibilidad de incidir, porque ante la presencia de tanto desempleo carecen de poder de negociación.

“Al final de cuentas si un trabajador no acepta el empleo, hay muchos más que sí lo quieran y eso ha impedido que los salarios crezcan, generando una permanente disminución del salario”, subraya.

En el caso de Madero que tiene un sector más  industrial pero que es público, se mantiene  porque hay poca flexibilidad que los pueda mover el Estado. En Altamira no sucedió así y en Tampico el mismo sector empresarial está presionando para que los salarios sean bajos.

“Estamos hablando de que es un sector terciario y desde el punto de vista económico éste no genera crecimiento económico. Lo que se piensa es que Tampico tendría que modificar su forma de invertir. Me refiero a que parece que el  hecho de invertir mil millones fuera lo relevante y no nos fijamos en qué se está invirtiendo y en cuáles actividades”.

Agregó que invertir mil millones no es igual  a que se destinen a una industria, que va a generar altos niveles productivos para la zona, que a poner un centro comercial que no va a generar crecimiento porque no produce nada propio y además no comercializa los bienes locales, sino productos foráneos que no tienen  impacto positivo en la región.

Agregado a lo anterior, el nivel de salarios es mínimo en los municipios, porque la política pública no puede ser basada en inversión genérica; se tiene que ver cuáles son las potencialidades y que tenga un contenido de alto valor agregado, dijo Pérez Cruz.

Por su parte, Angélica González López, colaboradora y economista, mencionó que son inversiones que no son productivas porque no generan encadenamientos que desarrollen localmente a la zona. Entonces hay una baja de salarios y no genera un empuje para que el salario aumente.

Por ejemplo, agregó que Tampico está impulsando un centro comercial y Madero un HEB. Basan las expectativas de crecimiento en ese tipo de inversiones, aunque lo que sería una buena inversión desde el ámbito público, es tener en claro las potencialidades y observar que si es una zona con alto contenido de productos pesqueros, tendrían que orientar actividades que sean no solamente como  producto natural, sino elaborado.

“Eso llevaría a que se consuman etiquetas y latas, plásticos y también otro tipo de productos que están directamente vinculados a la elaboración de mercado enlatado”, apunta.

El doctor Jorge Alberto Pérez señaló que si se va impulsar a un cine, que va a generar  empleos de mil a mil 500 pesos a la semana, a eso no se le considera riqueza, ya que lo atractivo sería que el papel o la caja de cartón o las palomitas de maíz se compraran en esta zona, indicó.

Explica: “por sí misma, ese tipo de inversión no genera riqueza porque nosotros no lo producimos, hay que tener muy claro que la inversión  tiene que ser fundamentada en actividades que se arraiguen y a proyectos que puedan hacer uso de los productos locales”.

Declaró que hay un desconocimiento común a nivel municipal  sobre la visión de ofrecer propuestas y privilegiar su potencial productivo y ver en qué se puede invertir. Incluso se pueden generar incentivos, por ejemplo no cobrar predial a cambio de becas a trabajadores para traer actividades que generen riqueza local y  no sólo fuentes de empleo; por ello encadenar localmente es fundamental, y tener en claro las potencialidades que se tienen  en la zona.

Indicó que a la vista las principales actividades son pesca y hay mucho insumo de botellas de pet. Y en vez de traer una empresa que produzca  algo con ello, se manda para otros lados.

“No se logra porque el mismo gobierno  no genera la política para hacer vinculante a esos sectores,  simplemente nos basamos en la idea de que se van a enterar de manera natural, y no, hay que generar incentivos para motivarlos”.

CRECIMIENTO
REAL DEL SALARIO

En 1981 se tenía un ingreso real de 7,103 mensuales. Ese fue el último año estable, luego se cae el ingreso y fue hasta 1997 cuando se volvió a tener ese ingreso de 1981, dijo el economista.

Actualmente el nivel per cápita es 8,519 pesos; han pasado 16 años en los cuales el nivel de salarios ha aumentado en 1,400 pesos en el país.

“Eso nos habla de un lento crecimiento, es un 20%, mientras que el costo de la vida ha sido más alto, por eso la población manifiesta cierto nivel de pobreza y más integrantes de la familia tienen que incorporarse a trabajar, laborar  jornadas más largas o buscar otro empleo. Es lo que está detrás de eso, son las consecuencias”.

Mencionó que en el 2013 la economía creció 1.07%, y la población  aumentó 1.22%, pero que  la gente no preste atención a estos datos es muy grave,  ya que  la economía crece por debajo de lo que aumenta la población, lo que significa que ahora hay un poco más de ingreso que se reparte en más gente.

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