31 marzo, 2025

31 marzo, 2025

Revolución 5.0

columna invitada

Todo indica que en la próxima semana el caso de Ayotzinapa tomará un giro inesperado, del que pudieran surgir sorpresas que sigan llevando al desgaste público del círculo rojo sin distinción de partidos políticos. Es por ello que la Presidencia de la República se verá obligada a tomar las decisiones con cálculo de precisión, con escenarios bien prospectados para salir adelante de esta crisis social precedida por una crisis de imagen pública que ha trastocado a nivel internacional.

¿Qué es lo que tiene en vilo al círculo rojo mexicano? Empezó por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pasó a las desmedidas manifestaciones con violencia y ahora cuando observan la multiplicación de las espontáneas voces que están surgiendo en todo el país es cuando la  zozobra los arropa. Conversando con una ex diputada federal del VII Distrito con cabecera en Tampico identificaba este momento como la tercera revolución mexicana, incluso me comentaba que más que ser cíclico era hasta sintomático; ella refería que primero fue la revolución independista de 1810, posteriormente provino la revolución de 1910 y que ahora el debilitamiento institucional había gestado en 2010 una tercera revolución en México.

El desaparecido periodista –por lo menos temporalmente- Pedro Ferriz De Con insistía con vehemencia sobre la ‘revolución del intelecto’, incitando que sucediera en el colectivo ciudadano como una forma de revolución no armamentista que moviera conciencias hacia un nuevo estadio social. Sin calidad moral o no, denostado o no, víctima del sistema de cosas o no, desde donde se encuentre ese pensador y comunicador de abolengo, seguramente ya habrá identificado que está sucediendo justo una especie de revolución intelectual.

La opinión pública mexicana tendrá identificada una revolución con todos los simbolismos que fue legado por las carismáticas imágenes de los caudillos Pancho Villa y Emiliano Zapata, quizás algunos segmentos de la población relacionen una revolución con iconografías actualizadas con la mediatización de las revoluciones en el medio oriente. Ciertamente en este momento no hay caudillos a caballos, ni adelitas rieleras y mucho menos drones con visión satelital, pero sí es claro que ya hay una revolución en ciernes. No en esas formas preconcebidas, pero sí en las nuevas formas comunicacionales.

Hace algunos años un diputado local del IV Distrito con cabecera en Mante, actual diputado federal, me comentaba que las redes sociales era únicamente el Facebook y que eran pocos mexicanos los que tenían acceso al Internet. Hace unas semanas el mismo personaje me mostraba en su teléfono inteligente (Smartphone) todas las aplicaciones (APPS) que tenía para sus empresas, puntualizando que su público estaba en esos nodos de Internet y ya no tanto en el tiempo aire de sus estaciones de radio. ¿Cambiaron los gustos del público o cambió el diputado?

Justo ahí es donde se está dando la revolución, en el Quinto Poder. Julian Assange puso en evidencia a través de WikiLeaks que la sociedad había cambiado desde la aparición de la red de redes. El anonimato propicia la transmisión de múltiples posibilidades de mensajes, pero también de ideas. Nuestro coterráneo tamaulipeco el otrora Subcomandante Marcos no hubiera tenido el mismo impacto en México y en el mundo sin la existencia de Internet, así fue como el oriundo de Tampico pudo financiar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con dinero promovido en el mundo virtual.

Así como Marcos movió consciencias por Internet para sumar recursos a su causa, hoy la sociedad mexicana está siendo movida en el mundo virtual hacia una causa que tomó forma del mundo real como Ayotzinapa. Es por eso que no debería extrañar que muchos mexicanos se estén sumando a esa causa.

No hay motivo de espanto y ni de estupor. El mexicano ha despertado, poco en el mundo real pero sí mucho en el mundo virtual. No es malo este fenómeno, sino es un asunto de comprender las nuevas conductas sociales para tratar de dialogar rumbo a un entendimiento bajo los nuevos esquemas. El cuarto poder está siendo desplazado por el –nuevo- quinto poder, la revolución empezó probablemente antes de 2010 pero es un hecho aun cuando la misma web apenas acaba de cruzar al umbral al 3.0 o web inteligente. Es por ello que el círculo rojo debería –y también los medios- voltear a observar, entender, comprender y razonar para responder a la revolución 5.0 que se está dando –apenas- en México. ¿Usted qué opina?

www.daviddorantes.mx

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