Un serio problema en las economías regionales es la debilidad estructural de los municipios para hacer frente a las necesidades de inversión en materia infraestructura que pudiera elevar su capacidad para atraer y retener inversiones.
Numerosos estudios han demostrado que los municipios en nuestro país requieren en gran medida de las transferencias intergubernamentales para llevar a cabo sus funciones competenciales, o incluso para financiar sus necesidades básicas de operación.
Y uno de sus problemas principales es el excesivo endeudamiento que les limita aún más sus márgenes de maniobra.
Al respecto, en el Congreso de la Unión se discute una iniciativa de reforma constitucional para controlar la deuda de estados y municipios en la que se contemplan atribuciones para supervisar y, en su caso, objetar, el endeudamiento que adquieran los gobiernos subnacionales.
Hipocresía pura.
Es probable que todo termine en una comisión de esas inútiles que sólo harán ruido pero que no contarán con las atribuciones para revertir esta problemática. Sobre todo porque el sistema de competencias en México define bien las atribuciones de cada nivel de gobierno, y en esas atribuciones el Senado no tiene mayor injerencia.
Aún así es como querer castigar a un enfermo de diabetes por gastar en medicamentos, en lugar de prevenir y acotar las causas que originaron la enfermedad.
Claro que hay un serio problema.
En menos de 10 años, la deuda de los municipios de Tamaulipas se ha elevado en un 678% por ciento según cifras de la Secretaría de Hacienda.
El último reporte del Registro de Obligaciones y Empréstitos de Entidades y Municipios y los Indicadores de Deuda Subnacional y Afectación de Participaciones de la dependencia reportan que en 2005, la deuda municipal en la entidad era de 315.9 millones de pesos mientras que en 2014, el monto original vigente contratado es de 2 mil 453 millones de los cuales los municipios han pagado 802 millones.
Nuevo Laredo tiene el 80 por ciento de la deuda municipal en Tamaulipas y es el caso que mejor ejemplifica montos elevados de deuda, dependencia financiera contundente y de manera especial, una falta de concordancia con la solución de los problemas que se suponía iba a resolver ese endeudamiento.
Este municipio se ubica dentro de los 20 en el país (de los más de 2 mil 500) que concentran la mayor deuda municipal.
Ocho son los municipios endeudados con la banca de desarrollo y la banca comercial y son Altamira, Ciudad Madero, González, Nuevo Laredo, Ocampo, Reynosa, Tula y Victoria. Ocho también son los organismos de Agua Potable con grandes pasivos, las Comapas de la zona conurbada del sur, Mante, Altamira, Reynosa, Río Bravo, Nuevo Laredo, Matamoros y Victoria deben mucho dinero.
De hecho, estas Comapas deben 341 millones de pesos, casi el 14 por ciento del total de la deuda municipal mientras que los 8 municipios deben 1 mil 837 millones de pesos.
El Instituto Mexicano de la Competitividad reveló que mientras los municipios generan 2.9% de los ingresos totales del país, se gastan 8.3%.
Pero en Tamaulipas el problema es mucho mayor.
Según el IMCO, a nivel nacional el porcentaje de ingresos propios de un municipio promedio es de 21%. En Tamaulipas, hay municipios como Xicoténcatl en donde los ingresos propios apenas son el 3% del total.
¿Por qué ocurre esto?, porque los municipios no tienen incentivos para hacerse ellos mismos de sus propios recursos. El endeudamiento es una expresión de tal debilidad.
De acuerdo con el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, Inafed, los principales ingresos que intervienen en la administración financiera municipal se pueden clasificar en dos grandes rubros, según su origen: los ingresos propios, que abarcan los impuestos, derechos, productos, aprovechamientos y contribuciones de mejora que recauda directamente la tesorería municipal; y las transferencias intergubernamentales, que son los recursos transferidos por la Federación o el Estado en el marco de un acuerdo de coordinación fiscal; estos últimos pueden ser de libre ejecución, como es el caso de las participaciones en los ingresos federales, o condicionados en su gasto, como es el caso de las aportaciones federales.
No en vano y como consecuencia de un bajo esfuerzo recaudatorio, políticas fiscales discrecionales, desórdenes administrativos e insuficiencia tecnológica, los 43 municipios de Tamaulipas dejaron de cobrar de manera eficiente el impuesto predial en los últimos años por lo que el rezago en esta contribución superó en 2014 los 570 millones de pesos.
En el lapso, los ciudadanos han pagado el costo de la baja recaudación municipal porque la mayoría de las ciudades carece de servicios públicos de calidad como consecuencia precisamente de la debilidad financiera de los ayuntamientos.
Hay que reconocer que existen notables esfuerzos en algunas de las actuales administraciones municipales sí, pero los problemas son estructurales y requieren de algo más que pronunciamientos. Si los legisladores sólo quieren golpear políticamente a los alcaldes porque recurren a la deuda como consecuencia de una debilidad estructural en el sistema de competencias de nuestro país, están en su derecho, pero así no resolverán el grave problema de dependencia financiera que agobia a nuestras regiones. Lo demás será hipocresía pura.
(www.adanmoctezuma.mx)