MATAMOROS, Tamaulipas.- De asuntos meramente gremial y de categorización, los enfermeros de varias entidades optaron optaron por manifestarse a nivel nacional, sobre todo en sectores de la enfermería incrustados en el Servicio Nacional de Salud, pero al ver satisfecha relativamente su demanda, de no tocar los escalafones con criterios de profesionalización, los trabajadores de la salud, que se muestran aún inconformes, se han enfocado en otras situaciones que son parte de la problemática de la salud en México. De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una atención médica de calidad requiere 60 enfermeras y enfermeros por cada 10 mil habitantes.
No es el caso de México, donde “si acaso” hay 19 por 10 mil habitantes en los servicios de salud que, además, laboran en condiciones precarias: sin insumos suficientes para atender a los pacientes y sin el reconocimiento de su formación profesional.
Este es el principal argumento de protestas y movilizaciones que desde octubre pasado realizan trabajadores de diversas instituciones del sector salud, y que mañana, en el marco del Día de la Enfermera, se estarán dando expresiones en diferentes partes del país.
Antecedentes
De acuerdo con la versión de Raúl Jiménez Guillén, articulista especializado de un diario nacional, señala que la emisión de la convocatoria para la promoción por profesionalización del personal de enfermería, trabajo social y terapia física y rehabilitación en la Secretaría de Salud provoca la emergencia de un movimiento de protesta por la pretensión de desaparecer varias de las ramas profesionales reconocidas sindicalmente para integrarlas en una sola.
Inicialmente los trabajadores de la Secretaría de Salud del país son convocados para participar en el Programa de Promoción por Profesionalización para el Ejercicio Fiscal 2014, con el objeto de “reconocer el esfuerzo de los trabajadores en la obtención de un título de licenciatura y/o posgrado, mediante la promoción a un nivel salarial superior al que ocupen en la categoría correspondiente.”
El proceso queda sujeto a lineamientos en los que se establece que el 10 de septiembre se inicia con la recepción de documentos y se cierra el 15 de octubre. Los requisitos para ser considerado candidato al proceso de profesionalización, el trabajador deberá cumplir con los siguientes: a) ser trabajador definitivo de base; b) ostentar código de la rama de enfermería, trabajo social o terapista por lo menos durante los últimos dos años, anteriores al año de la emisión de la convocatoria; c) realizar las funciones inherentes al código que ostentan de acuerdo con el catálogo sectorial de puestos de la rama médica, paramédica y afín, vigente a la fecha de la convocatoria; d) haber ingresado a la institución al menos dos años previos al año de la emisión de la convocatoria; e) haber obtenido título y cédula profesional a nivel licenciatura y/o título y cédula profesional a nivel especialidad, maestría o doctorado, según corresponda, expedidas al menos un año después al año de ingreso a la institución; f) no haber sido sujeto de promoción por profesionalización en años anteriores, salvo en el caso de quienes aspiren a una promoción en la modalidad de acreditación de estudios de posgrado (especialidad, maestría o doctorado).
Movilización logra Modificaciones
La movilización de enfermeras, trabajadoras sociales y terapistas logra modificar esta propuesta y mediante el oficio No. DGRH–DG/5417/2014, DGCES–DG/02950/2014, el 2 de diciembre se informa que “al llevar a cabo la aplicación del programa, quedaron fuera un número importante de casos, en virtud de que algunos códigos no fueron considerados en la emisión de la convocatoria. Con el propósito de resolver esta situación, se presentó una propuesta de modificación a los lineamientos antes citados ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP), la cual fue aprobada el día de ayer.”
Dentro de las modificaciones más relevantes, destacan las siguientes: se da la apertura de todos los códigos de la rama de enfermería para aspirar al puesto de enfermera general titulada C. Se incorpora la posibilidad de promoción al código de enfermera especialista C por acreditación de estudios de especialidad, maestría o doctorado, incluyendo los casos en que el trabajador haya recibido la promoción por la obtención de la licenciatura.
Se incorpora la posibilidad de promoción del código de supervisora profesional en trabajo social en área médica C por acreditación de estudios de posgrado, incluyendo los casos en que el trabajador haya recibido la promoción por la obtención de licenciatura.
Se considera la inclusión del puesto de terapista profesional en rehabilitación M02109 y se mantienen los requisitos de que el trabajador deberá haber ingresado a la institución al menos dos años antes de la emisión de la convocatoria, ostentando un código de la rama de enfermería, trabajo social o terapista físico.
¿Qué ganaron?
Esto mismo se preguntó Gustavo Leal, columnista de un diario nacional, quien también se responde: “El 2 de diciembre, SSA–SHCP anunciaron (oficio 307–A–2758) una nueva convocatoria que destaca: apertura de todos los códigos de la rama para aspirar al puesto de enfermera general titulada C (11 659 pesos, tabulador de SS, 2014, zona II); incorporación de la posibilidad de promoción al código de enfermera especialista C (12 893 pesos); incorporación de la posibilidad de promoción al código de supervisora profesional en trabajo social en área médica C (11 452 pesos) e inclusión del puesto de terapia profesional en rehabilitación (11 659 pesos), manteniendo, para todos los casos, la limitante de contar con base y disponer, al menos, de dos años de antigüedad.”
Este proceso provoca la identificación de diferencias en las tres ramas laborales– sindicales registradas. En enfermería se reconocen tres niveles: auxiliar, general y especialista, lo mismo ocurre en trabajo social con las denominaciones: trabajadora social, técnico y profesional y en el caso de los terapistas sólo registran dos niveles: profesional y especializado.
La mayor diferenciación se produce a partir de la llamada profesionalización que es determinada por la escolarización y no por la actividad profesional–laboral.
Para la práctica de la enfermería, en 2013 el Diario Oficial de la Federación publica la Norma Oficial Mexicana NOM–019–SSA3–2013, para la práctica de enfermería en el Sistema Nacional de Salud, en donde se reconocen dos grupos: los no profesionales y los profesionales, entre los primeros se encuentran: auxiliar de enfermería, técnico en enfermería, profesional técnico de enfermería y técnico especializado en enfermería; en tanto que los profesionales ubican el grado académico como subordinado: enfermera(o) general, enfermera(o) especialista, enfermera(o) con maestría, enfermera(o) con doctorado.
Es de llamar la atención que mientras al no profesional se anticipa la escolarización: auxiliar, técnico o técnico profesional en enfermería; en los profesionales primero es la función y después el grado académico: enfermero(a) con: licenciatura, especialidad, maestría o doctorado.
A lo anterior se suma el hecho, aparentemente sin relación, de que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos desapareció en 2013 las categorías de auxiliar de enfermería y técnico de enfermería de las ocupaciones profesionales del tabulador de salarios mínimos, lo que contribuye a la idea de que ésta deja de ser una “ocupación” y las libera del yugo del salario mínimo.
Tal vez por ello Blanca Isela Flores Herrera, jefa de enfermeras del hospital No. 13 del IMSS en Matamoros, señaló que sus dirigentes “son muy inteligentes y hasta ahora no ha habido necesidad de confrontarse con el Sistema Nacional de Salud”.
“Los trabajadores del IMSS no nos vemos afectados en forma particular por estas reformas pues los aspectos de profesionalización los maneja directamente la Secretaria de Educación Pública y en el aspecto laboral se rige con las reglas escalafonarias del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social”.