A lo largo de mi andar por la vida, he conocido múltiples historias de éxitos sobre personajes que se forjaron en el esfuerzo, la dedicación, la responsabilidad y en muchos casos, hasta en el sacrificio.
Son perfiles personales que merecen no sólo el reconocimiento generalizado, sino también el respeto social. Como asienta la sabia voz popular, se lo han ganado.
Pero aún en ese contexto, no todos los finales de esas acciones han tenido o tienen un buen saldo, como debiera ser siempre en función del trabajo realizado.
Esta es una de esas historias.
El personaje tuvo una cuna modesta en Padilla, un municipio rural cercano a Victoria. Con esfuerzo encomiable, logró titularse como Abogado en la UAT y obtuvo una Maestría en Derecho Penal, área en la que se convirtió en uno de los mejores profesionales del Derecho.
Su carrera en el ámbito privado pronto se trasladó al público, en donde hizo carrera en la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, Prácticamente ha recorrido todas las áreas de la misma y en la gran mayoría cumplió con creces en sus encomiendas, hasta obtener la silla más alta de su estructura. Hasta aquí parece cumplirse el final feliz que debería disfrutar.
Pero algo pasó. Algo cambió radicalmente en esa historia.
Los cercanos a él opinan que el pasado lo alcanzó. Una etapa sombría de la cual el personaje no quiere acordarse, no lo soltó y hoy vive una amarga paradoja: Quienes en su momento lo apoyaron a través de diversos medios, incluido el religioso, para salir de ese bache físico y emocional, son los mismos que en el presente lo están hundiendo.
Todo la preparación profesional, toda la ética jurídica, todo el sentido de la justicia y todos los logros y honores conquistados por méritos propios, los está perdiendo por el efecto de maledicencias, revanchas absurdas, manipulaciones y chismorreos pueblerinos, que en forma cotidiana recibe y que en forma por demás lamentable, el personaje toma como verdades absolutas.
¿Es este el final que eligió el personaje para su carrera profesional y su imagen personal?
No lo creo, pero hacia afuera de su área de trabajo la percepción general parece ser lo contrario. Las realidades a medias y las mentiras completas dominan su entorno y –esto es lo más grave– influyen en la toma de decisiones de una de las dependencias que mayor importancia tiene para la buena marcha del Estado.
Ojalá que tenga tiempo o se lo de él mismo, para reflexionar sobre el daño que esa actitud le está causando. Y sobre todo, que le está provocando al ámbito bajo su responsabilidad. Algún día tendrá que rendir cuentas.
Y como balance, es válida una reflexión:
A los parientes no se les puede escoger, a los amigos sí, pero con ninguno de ellos se está obligado a darles trabajo…
Twitter: @LABERINTOS_HOY