CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En México, a los estados del noreste, incluido Tamaulipas, les sale muy caro combatir la pobreza.
Los hechos lo confirman. Mientras que a las entidades del sur el gobierno Federal los premia por permanecer pobres, les subsidian su presupuesto y les destinan mayores apoyos directos en programas sociales, a nuestro estado y a Nuevo León, como ejemplos cercanos, solamente les devuelven como aportaciones y participaciones una fracción de lo que cobran de impuestos.
En el caso específico de Tamaulipas, las cifras muestran esta clara inequidad financiera.
Nuestro estado es el tercero del país donde más impuestos federales se recaudan, pero en contraparte y ya de vuelta en gasto federal, solamente recibe 26 centavos de cada peso que recibe de contribuciones, en tanto hay entidades que reciben de 7 a 11 pesos por cada peso recaudado, debido a que han sido ineficaces para combatir la pobreza y la marginación.
No sólo las bajas asignaciones presupuestales de la Federación son un problema para Tamaulipas, sino también debe soportar la carga de habitantes de otras latitudes incapaces de resolver su atraso, que vienen a incrementar en nuestras ciudades la demanda de servicios y asistencia social.
En Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo y Matamoros, las colonias de pobres son en su mayor parte habitadas por familias emigrantes del sur y el sureste del país (incluido Veracruz) que huyen de la pobreza en busca de un empleo menos mal remunerado.
Los estados expulsores como Chiapas, Guerrero, Veracruz y Oaxaca, están en el grupo de las 10 entidades con mayor desigualdad en el país, con niveles del Coeficiente de Gini similares a los de algunos países centroamericanos o del extremo sur de África.
El coeficiente de Gini es una medida que se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, en donde cero es la perfecta igualdad y 1 la completa desigualdad.
De esas principales cinco entidades expulsoras, solamente en Veracruz, que no tiene subsidio presupuestal pues recibe menos de 50 centavos de cada peso que recauda, es la única donde desde 1990 se ha dado un combate constante a la pobreza extrema.
Los números son la mejor prueba de esa desigualdad. De 1990 a 2010 la pobreza alimentaria en Chiapas (único período comparativo que ofrece el CONEVAL) se incrementó, 2.4 puntos porcentuales, al mismo tiempo en que sus ingresos federales pasaban de ser dos por ciento menores que los de Tamaulipas, a ser 31 por ciento mayores que los de esta entidad.
El CONEVAL o Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, muestran que Tamaulipas pasó del lugar 24 al 18 entre los estados con más pobreza de este tipo y logró disminuir el número de personas que padecen pobreza alimentaria y pobreza de capacidades.
La pobreza alimentaria, conforme a la definición de la CONEVAL, es la incapacidad de una persona para obtener una canasta básica con sus ingresos, mientras que la pobreza de capacidades es insuficiencia de ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria y al mismo tiempo realizar todos los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más para estos fines.
La pobreza de patrimonio, según CONEVAL, es la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, al tiempo de realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios.
LOS POBRES RICOS Y LOS RICOS POBRES
El federalismo fiscal como se aplica en México, señala que si un estado no genera los impuestos necesarios para cubrir su gasto público, la Federación le entregará un subsidio, vía participaciones que son porcentajes de lo cobrado o aportaciones que son entregas presupuestadas y discrecionales, sacadas de los impuestos que cobran otras entidades.
Las fórmulas que utiliza el llamado Pacto Fiscal en la Ley de Coordinación Fiscal (Llamada Ramo 28) para adjudicar las llamadas participaciones, o la parte a la que tiene derecho cada entidad de los impuestos que genera, incluye en la fórmula un componente de pobreza, que le quita ingresos a la entidades que como Tamaulipas cobran bien y muchos impuestos y subsidia o los adjudica a las que no cobran suficientes impuestos.
En la práctica, esto significa que a un estado rico en recaudación de impuestos federales, como Tamaulipas, el segundo en el país en recaudación de IVA y el tercero en México respecto al total de impuestos generados en su territorio, debe darle a la Federación las dos terceras partes, pues sus ingresos federales presupuestales solamente serán el 26 por ciento de lo cobrado.
Así pues los estados pobres que expulsan población hacia el norte del país, tienen un plus por no generar impuestos y no cobrar debidamente la pobreza y, el resultado es que en cifras absolutas y per cápita, es que resultan más ricos que los ricos fiscalmente y estos reciben un gasto de la misma naturaleza empobrecido.
A MÁS HIJOS, MÁS DINERO
Desde hace décadas, esa justicia fiscal premia muchas entidades como Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Tabasco por no generar susficientes impuestos y, especialmente a Chiapas, Guerrero y Oaxaca, entidades que de facto reciben un premio por no combatir bien la pobreza, la falta de educación y salud en sus entidades.
Otras aún pobres, pero que debido a un incremento en su actividad económica han mejorado su generación fiscal, mientras más avanzan menos participación de su ingreso fiscal real, reciben vía participaciones, como Michoacán que inversamente proporcional al incremento de la actividad económica en Lázaro Cárdenas, va perdiendo participaciones y aportaciones.
En Chiapas, Oaxaca y Guerrero los índices de fertilidad o la cantidad de hijos por mujer es de las más altas en la nación, pero a la hora de leer su crecimiento demográfico resulta que su población crece menos que la de estados como Tamaulipas, donde la fertilidad de las mujeres hace un lustro que llegó a niveles cercanos a uno o el equilibrio.
Las tres entidades del sur sureste del país, expulsan anualmente hacia otras entidades o hacia el exterior una parte de la población, lo mismo ocurre en las regiones deprimidas de Veracruz y por ello hay una colonia veracruzana muy nutrida en Reynosa, Tamaulipas.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda, Salud, el Presupuesto Federal y los cifras del CONEVAL, el hecho de ser estados expulsores de población, no combatir debidamente la pobreza y ser las entidades más opacas en su manejo presupuestal, lo único que le genera a los estados con más pobreza, son más ingresos fiscales y mayores apoyos directos de la Federación mediante participaciones y programas sociales.
LOS HIJOS “ADOPTADOS”
En el último siglo Chiapas, Oaxaca y Guerrero se cuentan entre los estados que tanto en números absolutos como proporcionalmente a su población, tienen más nacimientos cada año.
En 2013 hubo 164 mil nacimientos en Chiapas (Más que en Veracruz que tiene mayor población) 102 mil en Guerrero, 93 mil en Oaxaca que actualmente tiene una población similar a Tamaulipas, entidad donde se registraron 60 mil nacimientos.
Solamente en los últimos tres años completos, en Chiapas los nacimientos representan el 10 por ciento de la población que tenía al terminar el 2010, pero esa explosiva fertilidad no se refleja totalmente en su crecimiento poblacional.
En el otro extremo, Tamaulipas con bajos índices de fertilidad resulta ser un estado con crecimiento demográfico explosivo, debido a la migración que recibe.
Mientras en los 16 años, entre 1998 y 2013, el crecimiento demográfico de Chiapas acumula un 31 por ciento, pese a que con la tasa neta de nacimientos debería haber multiplicado su población por 2.5 o crecer 250 por ciento.
En ese mismo lapso, Tamaulipas con una tasa de nacimientos que lo pondría en un crecimiento de no más del 20 por ciento en 16 años, incremento su población un 33 por ciento, lo que significa que la migración desde el sur sureste y desde el Golfo Sur, presionan demográficamente las finanzas de la entidad.
La fertilidad en otros estados pobres, explulsores de población y con subsidios para sus ingresos fiscales, es similar a la de Chiapas, pero en el caso de Guerrero, Oaxaca y Michoacán la expulsión les otorga un crecimiento poblacional bajo de 10 por ciento para Guerrero, 11 por ciento para Oaxaca y 10 por ciento para Michoacán en los 16 años de referencia.
FEDERACIÓN
“LES HACE LA TAREA”
El trato disparejo para estados como Tamaulipas, frente a los históricamente pobres, tiene otros rostros oscuros, como el hecho de que a nuestro estado se le exigen logros evidentes en acciones sociales y a los del sureste el gobierno federal “les hace la tarea”.
En esas entidades con presupuesto fiscal subsidiado, no son los gobiernos sino la Federación, la que con apoyos directos de programas como Oportunidades, Programa de Apoyo Alimentario, Pensiones para Adultos Mayores, combaten la pobreza extrema.
En Chiapas el 60 por ciento de los habitantes reciben apoyos alimentarios ó 3.7 millones de los 5.2 millones de habitantes, son beneficiarios de algún programa social, mientras en Oaxaca es el 64 por ciento los que reciben apoyos de programas federales.
En Guerrero son dos millones 300 mil habitantes de los tres millones 523 los que reciben apoyos alimentarios federales, lo que es igual a más de seis de cada 10 habitantes
Comparado con estas cifras en Tamaulipas solamente uno de cada cuatro habitantes recibe apoyos de programas sociales y la cifra sube a uno de cada tres si se cuentan los programas sociales estatales.
Porcentualmente hablando la pobreza extrema en los últimos 20 años ha evolucionado positivamente menos en las entidades que son fiscalmente subsidiadas, sin embargo, pese a su ineficacia combatiendo la pobreza y promoviendo una paternidad responsable, la Federación ha seguido aumentando los ingresos fiscales de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, respecto a su recaudación fiscal.
En 1998 Chiapas recibía de participaciones y aportaciones 7.6 veces más o el 759 por ciento de su recaudación fiscal federal; para 2013 lo proporción subió a 10.4 veces, o bien, el mil 45 (1,045) por ciento.
En el caso de Guerrero recibía en 1998 5.8 veces más participaciones y aportaciones que los impuestos cobrados en su territorio, para 2013 la proporción creció a casi 11 veces o la Federación le envió como participaciones y aportaciones 10 pesos con 84 centavos por cada peso de impuesto que se cobraron en esa entidad.
ENTREGAN UN PESO
Y RECIBEN HASTA SEIS
Aún así, Chiapas, Guerrero y Oaxaca no muestran una disminución real de la pobreza, a pesar de que los ingresos fiscales per cápita (sin contar el apoyo extra de programas sociales) han crecido tanto que son de los más altos del país.
Mientras Tamaulipas ha recibido en los últimos tres ejercicios menos de 26 centavos en participaciones y aportaciones federales por cada peso que se recauda en la entidad, en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, reciben entre 7.3 y 10.8 veces lo que recaudan.
En 1998 Chiapas Chiapas recibió 4.5 veces más de participaciones y aportaciones que los impuestos federales que generó, Guerrero 5.4 veces, Michoacán 4.2 veces. Oaxaca 6.0 veces y Tamaulipas solamente lel 22 por ciento, de lo que recaudó.
Mientras en esos años los gobiernos de Tamaulipas han gestionado un aumento al porcentaje de participación, en los estados del sur sureste no han tenido problemas para cobrar menos y recibir más.
Más explícito, mientras Chiapas recibió 4.50 pesos por cada peso recaudado, Guerrero 5.40 pesos, Michoacán 4.20 pesos y Oaxaca seis pesos, a Tamaulipas solamente le dieron 25 centavos por cada peso que recaudó y el resto se fueron a la Federación o a los estados del sur.
Al correr de los años la situación no solamente mejoró sino se hizo aún más injusta, pues mientras los estados del sur siguieron exportando gente hacia el norte, los estados del norte todavía les tuvieron que regalar más dinero.
En 1993, ya con Peña Nieto en el poder, a Chiapas le presupuestan 10.40 pesos por cada peso cobrado por impuestos federales, a Guerrero 10.85, a Michoacán 1.37 y a Tamaulipas 26 centavos.
Queda claro: el llamado Poder del Norte es prácticamente producto del esfuerzo propio y no tiene nada que ver con el apoyo federal.