Los 13 candidatos priístas de Tamaulipas (por mayoría y “pluris”) se reunieron ayer con el gobernador Egidio Torre Cantú en la Ciudad de México.
El encuentro privado se dio antes de la toma de protesta que se formalizó en el evento con el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) festejó su 86 aniversario.
Ahí estuvieron todos, los que tienen casi seguro su lugar en San Lázaro y los que fueron acomodados en las listas como relleno.
Entre los presentes no hubo quién no coincidiera en que se enfrentan a uno de los periodos electorales más importantes en la historia de su instituto político en Tamaulipas.
El diagnóstico que tienen es elocuente. Son dos o tres distritos los que podrían considerarse en manos del PRI, hay dos que lucen como territorios casi imposibles de conquistar, y en el resto se pronostican resultados tan cerrados, que apostar cualquier cosa significaría un gran riesgo.
En ese escenario, además de Baltazar Hinojosa Ochoa, por la vía de la representación proporcional también arribaría a la Cámara de Diputados, Montserrat Arcos, la maderense, cuya nominación causó sorpresa y hasta indignación en algunos círculos de aquel municipio, empezando, claro está por el grupo petrolero más fiel a Esdras Romero.
Falta un mes exacto para que inicien las campañas y pareciera que en el PRI hay conciencia de lo compleja que será la competencia.
Matamoros es quizá el ejemplo más claro de ello. Salvo en las declaraciones de rigor y los “hashtags” de Twitter, son contados los priístas que se atreven a asegurar que van a ganar la elección del 7 de junio.
Si bien la designación de Balta como plurinominal les ha “inyectado” ánimos (porque el ex alcalde se arremangaría la camisa para venir a hacer “talacha”), los comentarios más recurrentes apuntan a la dificultad de que Chuchín saque la mínima ventaja.
Como quiera que sea, se están preparando para hacer un papel digno.
El domingo por la mañana, por ejemplo, tomarán protesta y entregarán nombramientos a la estructura territorial, un evento que servirá para medir el pulso de la militancia priísta, que todavía no termina de aceptar el relevo de Jesús de la Garza Díaz del Guante por Daniel Sampayo Sánchez.
Además, ayer se confirmó que Abelardo Martínez Escamilla coordinará la campaña priísta, por lo que ya renunció como delegado del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes.
Vienen, pues, días de definiciones que ayudarán a dimensionar las verdaderas posibilidades de éxito de Chuchín y Ramiro.
En torno a la fórmula panista, por ejemplo, hay un mar de dudas sobre el diseño de su campaña. Porque sería un grave error suponer que el peso político del candidato y de la estructura municipal harán todo el trabajo.
Nadar de muertito no es una estrategia viable en la próxima contienda. Eso significaría la confirmación de una derrota anunciada para el PRI, y la posibilidad de llevarse una sorpresa para el Partido Acción Nacional.
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