En medio de un debate interesante pero estéril, ayer Eduardo Medina Mora fue nombrado como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La propuesta del presidente fue aprobada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), que sienten como suyo a uno de los exprocuradores más cuestionados de los últimos tiempos.
La discusión se hizo más ruidosa gracias a una iniciativa de un grupo de académicos que a través del portal “Change” reunieron más de 50 mil firmas (originalmente buscaban 20 mil) de mexicanos en contra del desembarco del exfiscal en la SCJN.
En el documento detallaron varias razones:
1) Su “activismo desde la Procuraduría General de la República (PGR)”. Los investigadores explican que esa institución promovió 236 actos de inconstitucionalidad, todos salvo uno, contra resoluciones de los congresos locales.
La más recordada fue su lucha casi personal contra la legislación del Distrito Federal para la despenalización del aborto.
2) El “michoacanazo”, urdido durante su gestión en la PGR, en el que fueron detenidos 38 funcionarios del gobierno de aquel estado y, como se recordará, terminó en estruendo fracaso.
3) También en su paso por la PGR ocurrió la violación a los derechos humanos de Jacinta, Teresa y Alberta, tres mujeres otomíes acusadas en 2006 de secuestrar a seis policías federales. Sólo después de la presión de organizaciones no gubernamentales, y a la salida de Medina Mora del cargo, pudieron recuperar su libertad.
Otros periodistas y legisladores que se oponían a su nombramiento recordaron también su participación (aunque sea por omisión) en el operativo estadounidense “Rápido y furioso”, que inundó de armas el territorio mexicano.
También la orden para “descongelar” las cuentas por más de 73 millones de dólares pertenecientes a Raúl Salinas de Gortari.
En términos generales, los senadores de izquierda que ayer votaron en contra de Medina Mora argumentaron que resulta muy poco recomendable que alguien que sirvió al Poder Ejecutivo en instituciones clave en materia de seguridad como el Cisen y la PGR, se siente ahora en el órgano de justicia más importante del país.
Pero los votos del PRI (impulsados por línea presidencial) y del PAN (por haber servido en una administración azul) fueron suficientes.
El resultado que ya se pronosticaba desde que su nombre apareció en la terna, muestra que la capacidad de negociación política del presidente no se ha visto mermada a pesar de la crisis; su relación con la oposición sigue siendo la misma: con muy poco, los tiene en la palma de la mano. Medina Mora llega a la SCJN porque él así lo dispuso.
Por otro lado, evidencia que la ciudadanía organizada todavía tiene un largo camino por recorrer para pesar a la hora de las decisiones importantes.