Resulta inevitable que la política se regionalice. Como si se tratara de un partido de futbol, los militantes y simpatizantes suelen defender a sus paisanos cuando se trata de confrontarlos con los de otras regiones.
Así, en el Norte de Tamaulipas recorre las mesas de café la idea de que el próximo gobernador debe ser un oriundo de la frontera. “Ya nos toca”, insisten.
Es la misma percepción que tienen desde hace años en el sur de Tamaulipas, sólo que ahí la caballada está flaca. Tanto así que los priistas dueños del capital jaibo, por ejemplo, están apostando por un candidato de El Mante, y los panistas por uno fronterizo.
Aquí en cambio, quienes quieren un gobernador norteño aseguran que hay material humano suficiente para que nadie les arrebate esa posibilidad.
Entre los priistas, las simpatías se dividen en dos: los que ya están operando con maquinaria pesada para que Baltazar Hinojosa sea el candidato, y quienes le ven más madera a Édgar Melhem, el candidato por el Distrito 3.
En Matamoros desde luego son mayoría quienes impulsan al ex alcalde y cuasi diputado plurinominal, pero también hay un grupo que le pone sus fichas al ex delegado federal de Sedesol.
Y en el PAN quedan pocas dudas de que su candidato será un fronterizo, la duda en todo caso sería de qué municipio.
Si Cabeza de Vaca obtendrá su objetivo, o la estafeta recae en alguno de los alcaldes de Nuevo Laredo o Matamoros.
Los panistas de otros municipios de la entidad están convencidos de que así será y se agrupan detrás de cualquiera de esas tres opciones.
No hay muchas más posibilidades en la baraja. El otro de los candidatos que luce fuerte y con aspiraciones es Alejandro Guevara Cobos de El Mante, y por Victoria todavía levantan la mano Miguel González Salum y Alejandro Etienne.
El caso del alcalde victorense es paradigmático.
En más de una ocasión ha buscado incursionar en la frontera con su proyecto político. Ya han sido varias las reuniones sostenidas con empresarios y priistas de la región, pero los resultados han sido pobres, por no decir nulos.
La razón es contundente: los fronterizos no están dispuestos a apoyar a nadie que no sea oriundo de la región.
Videgaray y el dólar
No se necesita ser economista para notar la conducta errante de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en muchas de las crisis que ha tenido que capotear durante los últimos meses.
Un día Luis Videgaray asegura que el desplome de los precios del petróleo no afectará en mayor medida a las finanzas mexicanas, y al poco tiempo, antes de que el agua llegue al cuello, ordena un recorte al gasto público.
Eso por no hablar de sus pronósticos alegres sobre el crecimiento.
El último ejemplo: su insistencia en que la caída del peso frente al dólar era un problema menor y de carácter pasajero.
Ayer, luego de un alza sostenida durante meses, tuvo que instaurar subastas diarias para que la moneda estadounidense no rompa la histórica barrera de los 16 pesos.
La percepción que queda al final es que el responsable de las finanzas mexicanas va siempre un paso atrás de las circunstancias.
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