CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Faltando quince minutos para las ocho de la mañana, la ciudad se alborota en las calles, los grandes se despertaron con café desde las cinco o seis de la mañana y los niños llevan en su estómago con frecuencia un yogurth, a menos que la abuela viva en casa para preparar huevos con jamón casi al despertar.
La primera obligación es llegar a la oficina, para salir a eso de las 10 u 11 de la mañana en busca del almuerzo, el salario no alcanza para mucho y con frecuencia las gorditas y los tacos son los más solicitados afuera de las oficinas gubernamentales.
No importa que con ello se arriesgue la salud con sobrepeso, dicen los informes de nutrición que cada gordita con guiso equivale a más de 450 calorías y agregarle las calorías del refresco, significa 140 calorías más, que se traducen en un almuerzo de casi 1500 calorías al día.
Y cómo rechazarlas, si las tortillas en manos de las señoras cayendo en el fuego se antojan para todo norteño que ha estado en contacto con las brasas, el fuego, la barbacoa y el chorizo con salsa.
Cerca de Palacio de Gobierno las enchiladas de la plaza son a diario el almuerzo de muchos que acuden a realizar algún trámite o los que salen de casa temprano, repartiendo niños y en ayunas.
Las flautas y taquitos de 5 pesos llegan en hieleras y están calientitas, aún para las once de la mañana.
También tienen flautas de chorizo con huevo y huevo verde que elaboran desde las cinco o seis de la mañana.
Los refrescos se venden poco, y ya predominan las aguas naturales de jamaica, limón o juego de naranja natural.
Para la comida, las opciones varían y cerca de gobierno hay establecimientos tipo buffet con tres guisos o tortas llenadoras como la que se anuncia en la venida 17, donde por sólo 35 pesos podrá saciar el hambre con la torta de chile relleno de queso.
Las quesadillas fritas y los tacos de cabeza…
En época de cuaresma también se opta por el coctel de camarón y las sopas de mariscos…
Para degustar estos platillos se tienen opciones y en realidad depende del establecimiento y las comodidades que éste ofrezca para regular los precios, pues existen gorditas de tradición en la ciudad que llegan a costar hasta 13 pesos y más de dos significan un costo superior a los 50 pesos.
Cuando la mayoría de los empleados perciben al menos 250 pesos diarios de salario y gastan hasta 40 pesos en transporte público, lo mejor sería optar por el lonche desde la casa.
“Pero es que ya estando aquí en la oficina se antoja algo, de hecho casi todos le compramos al señor de las frituras al menos dos veces a la semana. Yo por ejemplo desayuno en casa y traigo lonche, pero pasa el de los churritos y le compro o también como que si uno no quiere ir a almorzar luego ya no te invitan los compañeros, como que eres sangrona”, dice una mujer que se atreve a exteriorizar su pensamiento a cambio del anonimato.
“Yo de plano traigo lonche, pero se ríen de mí y me comienzan a decir que si estoy a dieta. No entienden que es mi gusto y un estilo de vida… sólo ven verduras y te dicen conejo”, agrega otra compañera en la misma oficina.