La frase fue expresada por Esdras Romero Vega, candidato del PRI a la diputación federal por el Séptimo Distrito, en el arranque de su actividad proselitista.
Textual, el aspirante tricolor dijo: ‘Altamira, Aldama y Madero necesitamos legisladores aliados en el Congreso, quienes puedan recibir los proyectos ejecutivos de los municipios’.
En un recorrido por la Plaza Galeana, el alcalde de Madero con licencia para competir en el proceso electoral expresó: ‘Legisladores aliados que tengan a la mano el acceso a importantes bolsas de recursos federales para impulsar proyectos productivos’.
El punto abordado por Esdras Romero Vega es por demás relevante e importante para el interés comunitario. Cada distrito necesita un diputado en el Congreso de San Lázaro que en verdad gestione beneficios a la economía regional, que trabaje a favor de los proyectos que alientan el desarrollo de una región.
A la hora de que un ciudadano deposita su voto en la urna, debe reflexionar sobre el sentido de su sufragio, una decisión que debe ir encaminada a la búsqueda del bienestar colectivo, más allá de los enojos y los rencores que transitan, por ejemplo, por las redes sociales.
Sucedió hace tres años en el Distrito Siete, que comprende los municipios de Madero, Altamira y Aldama. Los electores tomaron una sorpresiva decisión en las urnas: la panista Marcelina Orta Coronado ganó la diputación federal.
En aquella ocasión, muchos festejaron la caída del priismo. El argumento tenía más que ver con el reto y el golpeteo a la autoridad (‘el sistema’) que con la auténtica propuesta democrática que aspire a un verdadero cambio de fondo y forma.
Así fue y así le fue al Séptimo Distrito: Marcelina Orta Coronado, una virtual desconocida a la hora de ser candidata, se mantuvo en el anonimato en el Congreso de San Lázaro, perdida entre 500 diputados federales. Nunca se supo de una iniciativa suya, nunca se conoció que subiera a tribuna.
Todavía no se sabe qué hizo como diputada federal la panista Marcelina Orta Coronado. ¿Alguien recuerda alguna gestión a favor de Ciudad Madero, Altamira o, por lo menos, para su municipio nativo, Aldama?
La verdad es que la dama desapareció, se perdió, no hizo nada, estuvo ajena y distanciada de las peticiones, demandas y solicitudes de la población del Distrito Siete y de todo Tamaulipas. ¿Alguien la vio en una reunión con empresarios, grupos altruistas o asociaciones sindicales? ¿Sirvió de algo llevar a una curul a una persona sin el perfil idóneo para legislar y gestionar?
Si bien la todavía diputada federal presume una licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública (no se sabe dónde la obtuvo), la realidad es que Marcelina Orta Coronado no mostró capacidad política, ni ideas para mejorar el servicio público.
Por ello, es importante que los ciudadanos reflexionen el sentido del voto el domingo 7 de junio. La indignación no es suficiente. Se necesita la reflexión, el razonamiento.
Es cierto: se requieren legisladores aliados, diputados federales que no sólo regresen a su distrito para recibir gente en sus oficinas de gestoría, sino que impulsen los proyectos productivos de los diferentes sectores de la sociedad.
‘EL CHICHARRONES’ Y ‘EL TAQUERO’
Hay ‘raza’ de ‘la grilla’ sureña que, como la humedad, se cuela a todos lados.
En Ciudad Madero existen dos personajes que ya no saben qué hacer para sostenerse en ‘el candelero’ político: Leonardo ‘El Chicharrones’ Muñoz y Angel ‘El Taquero’ Maldonado.
Ambos fueron ‘asesores’ de Jaime Turrubiates Solís en la pasada administración municipal de la urbe petrolera, donde ‘orientaban’ al entonces alcalde, quien, por lo regular, nomás posaba como si los escuchara.
Resulta que ese ‘dueto’ ahora se dedica a ‘asesorar’ a Manuel Santillán Martínez, que se registró como candidato independiente a la diputación federal por el Distrito Siete.
En ‘El Café de la Maldad’ se rumora que Leonardo Muñoz y Angel Maldonado ya se frotan las manos con la llegada de la primera partida presupuestal del Instituto Nacional Electoral (INE) al candidato independiente, que debe tener mucho cuidado con este par de vivales.
‘El Chicharrones’ y ‘El Taquero’ hasta hace no mucho tiempo se la pasaban aventando incienso a Maximiliano García Appedole, al que ya traían ‘encuerdado’ con buscar la gubernatura de Tamaulipas -¡Ja, ja,ja, ja, ja!- (un pésimo chiste que se esfumó con la primera crítica seria y certera).
LA MEDALLA FRAY ANDRES DE OLMOS
El doctor Jorge Gerónimo González Guerra recibirá el próximo domingo, en el contexto del 192 aniversario de la repoblación de Tampico, la presea Fray Andrés de Olmos.
Nacido en tierras jaibas, es médico cirujano partero egresado de la Universidad de Nuevo León con especialidad en ginecología y obstetricia. Es académico de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y Jefe de Enseñanza del Hospital de la Beneficencia Española.
La decisión fue aprobada por unanimidad en la sesión de Cabildo del pasado miércoles, reunión encabezada por el alcalde porteño Gustavo Torres Salinas.