20 abril, 2025

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Vivencias de un escolta: «Aquí pierdes tu vida por cuidar a otra persona»

"Cuando la seguridad, la protección y las armas te apasionan, sí, estás dispuesto a dar la vida por alguien más, sin saber que a largo plazo te quitas toda posibilidad de hacer vida propia", platica un escolta de seguridad

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- «Cuando la seguridad, la protección y las armas te apasionan, sí, estás dispuesto a dar la vida por alguien más, sin saber que a largo plazo te quitas toda posibilidad de hacer vida propia», platica un escolta de seguridad.

Con más de tres décadas dentro de la profesión de la protección personal, ha resguardado la vida de empresarios y funcionarios a nivel nacional y estatal.

Reseña que en esta actividad participan; policías ministeriales, judiciales; militares, marinos y policías federales, que salen con baja honrosa de las corporaciones para dedicarse a ser guardia personal o como comisionados.

En entrevista, uno de estos escoltas accedió a dialogar con Expreso, pero pidió anonimato por razones obvias, por lo que comparte momentos y vivencias.

«Claro, son muchos los riesgos que se corren por ser escolta de seguridad, por ello se requiere estar atento al entorno, definir protocolos, tanto de guardia -sea uno o más elementos- para cubrir a la persona protegida», dijo.

«Se necesita estar en formación y capacitación permanente, no sólo local o nacional sino hasta internacional dependiendo de la personas que solicitan el servicio, como cualquier oficial sujeto a evaluación de control y confianza»

¿Cómo es la vida de un guardia personal?
«Para empezar, no se tiene vida personal; si tienes familia, no los ves; estás a disposición del jefe, horarios compromisos, desde temprana hora y con horarios extensos, no hay vacaciones, y en el mejor de los casos un par de días».

¿Cómo tomaste la decisión de ser escolta?
«Yo formé parte de una corporación y luego me fui encaminando, para ser escolta a veces la buscas y en otras, simplemente te llaman para resguardar al comandante, al director o algún alto mando, después te especializas».

¿Te formaste para ello?
«Como todo elemento, cumples los requisitos; hace más de 30 años no eran tantos; hoy en día es más complicado permanecer como policía y más aún como escolta».

¿Se requieren tomar cursos o preparación especializada?
«He recibido cursos impartidos por gente de Israel, Colombia y Líbano, así como gente del país, por lo que es importante estar vigente.

¿Qué tipo de cursos y en qué consiste la preparación?
«Desde cómo se forma un convoy, si la persona a resguardar debe ir al frente, en medio o atrás y porqué; manejo de armas y estrategia para conducir, herramientas para desestabilizar o detener una unidad»

¿Cuánto gana un escolta?
«Depende de la formación que tenga, desde los 10 mil, 30 mil pesos mensuales o muchísimo más, todo depende de los riesgos y la persona a quien se deba proteger».

¿Valen la pena esas cantidades para dar la vida por alguien más?
«Toda profesión u oficio tiene riesgo, en mayor o menor medida, y para dedicarte a algo debe gustarte, prepararte, y qué te puedo decir, llevo una buena parte de mi vida dedicado a ello».

¿Alguna gente importante que hayas protegido?
«Empresarios a nivel nacional, artistas, políticos, y a sus familias, no puedo dar nombres»

¿Además de Tamaulipas, en qué otros estados has trabajado?
«Prácticamente en todo el país, en el Distrito Federal, Baja California, Sinaloa, Guadalajara, Tlaxcala, Michoacán, Guerrero, entre otras y ahora en Tamaulipas».

¿Es más complicado ser escolta en Tamaulipas que en otra entidad?
«Son situaciones muy diferentes y depende de la persona a la que se le presta el servicio, todos tienen sus características muy particulares, son diferentes situaciones».

¿Has sufrido algún atentado en Tamaulipas o en otra entidad?
«No, ninguno en Tamaulipas, en otros estados sí; afortunadamente hemos salido bien librados, la experiencia sin excederse en confianza es lo que nos permite seguir. Aunque no me gusta ahondar en ello».

¿ Y la familia, cada cuánto la ves?
«Pues no vi crecer a mis hijos, había ocasiones en que me tenía que ir hasta por un año a un estado y luego regresaba un corto tiempo y tenía que volver a salir, se rompe la relación porque no hay quién soporte esa vida».

«Y no puedes formalizar posteriormente alguna relación porque sabes qué es lo que va a suceder; no hay tiempo, no es como otro trabajo donde puedas planear salidas, vacaciones, es más, ni una ida al cine».

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