Los números que tiene en sus manos Paloma Guillén Vicente, candidata del PRI a la diputación federal por el Octavo Distrito, con cabecera en Tampico, indican que el triunfo en las urnas prácticamente se encuentra en su bolsa.
Así es: cuando faltan 10 días de campaña electoral, la percepción de una victoria tricolor en Jaibolandia se extiende a lo largo de un distrito que comprende, además, poco más de una docena de seccionales de Ciudad Madero.
¿Cuáles son los factores que se han conjuntado para pronosticar que la candidata priista a la diputación federal se enfila hacia el triunfo democrático?
Para comenzar, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, ex subsecretaria de Migración, Población y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, comprobó, en los hechos, que es una mujer con notable arraigo en Tampico.
Contrario a lo que muchos seudo analistas escribieron y comentaron en su momento (‘motivados’ por ciertos grupos de poder que se oponían a la llegada de la dama a la competencia electoral), Paloma demostró que es una mujer ampliamente conocida en su tierra, producto de un arraigo familiar cimentado a base de trabajo, esfuerzo y -ojo- mucho estudio.
Pobre argumento en contra de la aspirante tricolor fue aquél forjado en que su carrera política la había realizado fuera de tierras jaibas, un enfoque típicamente ultraconservador que ignora los beneficios y los puntos positivos de salir del terruño para destacar profesionalmente en el escenario nacional y, con el tiempo, con mayor fuerza, preparación y conocimiento regresar a Tampico… y a Tamaulipas.
Tras su elección como candidata del PRI a la diputación federal por el Distrito Ocho, el vuelo de Paloma Guillén comenzó con una serie de acuerdos y amarres elementales, pero claves y estratégicos para sellar la unidad interna.
La buena relación, que se forjó en aquella fórmula electoral que integraron en busca de la diputación local por el distrito local de la zona sur porteña en 1998, con Gustavo Torres Salinas, primer priista de la ciudad, fue fundamental.
Por más que algunos se empeñaron en ‘dinamitar’ el vínculo con una serie de rumores cínicos y mentirosos que tenían la franca intención de que el priismo perdiera la elección del 7 de junio, la amistad entre Mercedes del Carmen Guillén Vicente y Gustavo Torres Salinas resistió todo tipo de versiones descabelladas.
Otro respaldo clave para la candidata priista fue la significativa presencia de la ex alcaldesa tampiqueña Magdalena Peraza Guerra, cuya popularidad registra altos índices de acuerdo con diversos sondeos de opinión pública.
Muchos panistas apostaban todavía a un desacuerdo de la estimada profesora con las filas del priismo a fin de que su grupo provocara una desestabilización en el tricolor rumbo a la elección por la diputación federal. Sin embargo, ‘La Maestra’ siempre -se reitera, siempre- se la jugó con el proyecto de Paloma… desde antes de que llegara a Jaibolandia con la bendición del más alto nivel.
Y un factor más que ha resultado clave para que la campaña de Mercedes del Carmen Guillén Vicente vaya viento en popa rumbo al decisivo 7 de junio, fue que encontró un partido en movimiento.
Así es: el comité del PRI en Tampico registra, por su trabajo efectivo con la estructura y, sobre todo, con la sociedad civil, niveles de aceptación pocas veces visto, en especial en tiempos complejos para el tricolor a nivel nacional.
Sin duda, la labor emprendida por Sergio Villarreal Brictson, presidente, y por Mónica Villarreal Anaya, secretaria general, rinde resultados positivos, los que se deben traducir en un triunfo electoral claro y contundente el primer domingo de junio.
Por supuesto, la dirigencia tricolor local deberá tener especial cuidado en los números alegres que les presenten en los días previos de los comicios, ya que es común que se manejen docenas de miles de ‘promovidos’, una táctica que ya debería ser cosa del pasado, pero que ciertas agrupaciones del priismo manejan con el objetivo de mantener cotos de poder al interior… pero ese es otro tema.
Lo importante es que la candidata priista proyecta una confianza especial, en buena medida porque sabe que los números arrojados por algunos sondeos la ubican con una ventaja clara sobre su más cercana adversaria en la carrera por alcanzar la diputación federal del Octavo Distrito.
Ayer por la tarde, Paloma Guillén encabezó la brigada priista que se instaló en el crucero de la Avenida Hidalgo y la calle Marqués de Guadalupe, en la entrada a la Herradura, frente a Wal Mart. La aspirante tricolor estuvo muy sonriente, pidiendo el voto a los automovilistas, que atentos la escucharon.
Por cierto, en entrevista, confirmó que se realizarán ‘cierres regionales’ de campaña, es decir, la actividad proselitista tricolor cerrará en las zonas en que se encuentra dividida la ciudad, con el objetivo de alcanzar un mayor impacto.
LA MARCHA DE LA VICTORIA
Esdras Romero Vega volvió a demostrar ayer por la mañana que se encamina a la victoria en el Séptimo Distrito.
Al frente de la ‘Caminata del Triunfo’, el candidato del PRI a la diputación federal por el Distrito Siete dejó en claro la capacidad de convocatoria de su campaña con una marcha en Altamira que partió del Parque de la Laguna del Champayán y que llegó a la plaza principal de la ciudad.
Alrededor de 8 mil personas se congregaron y confirmaron que el Revolucionario Institucional luce fuerte para ganar la diputación federal que comprende los municipios de Madero, Altamira y Aldama.
Esdras Romero estuvo acompañado de su suplente, Esteban de la Portilla, hijo de los ex alcaldes Genaro de la Portilla y Romana Flores Rivera. Además, el candidato priista subió al escenario junto con su hija, Karen Romero.
La maquinaria priista va por toda la zona sur. Eso está más que claro. Ya veremos qué pasa en la frontera.