MÉXICO, D.F.- El fin de semana festivo en Estados Unidos por el 4 de Julio dejó 10 muertos, entre ellos un niño de 7 años de edad, y más de 50 heridos.
El niño fue alcanzado por una bala mientras veía un espectáculo de fuegos artificiales en el área de Humboldt Park junto a su padre, según publicó NBC Chicago.
Amari Brown, el niño, y su padre, estaban en la vereda cuando una balacera se generó a su alrededor.
El pequeño recibió un balazo en el pecho y al parecer murió en el acto. Otra mujer también fue alcanzada por las balas y trasladada a un hospital cercano.
Otra de las víctimas, de acuerdo con la filial de NBC, fue un adolescente de 17 años.
El joven identificado como Vonzell Banks, estudiante de la secundaria Dunbar, probablemente no era el objetivo previsto, dijo la Policía.
Banks y un hombre de 19 años de edad, se encontraban fuera del parque el viernes cuando un vehículo se acercó a ellos y alguien abrió fuego.
El muchacho recibió un disparo en el pie derecho, fue llevado al Centro Médico de la Universidad de Chicago, donde su condición se estabilizó.
Otras víctimas fatales fueron un hombre que murió en el vecindario de Albany Park y otro en South Shore, ambos de 26 años.
El primer homicidio del fin de semana sucedió la noche del jueves en el barrio de La Villita (Little Village).
Un hombre de 20 años de edad, estaba en una bicicleta cuando alguien corrió hacia él y comenzó a dispararle en repetidas ocasiones.
La víctima fue transportada al Hospital Mount Sinai, donde fue declarado muerto.
Otro hombre, de 46 años, murió en un tiroteo en el barrio de South Side de Washington Heights el viernes temprano por la mañana, añadió la Policía.
El hombre y una mujer de 43 años de edad, estaban caminando en un callejón en South Ashland cuando alguien en un coche que pasaba disparó contra ellos, matando al hombre e hiriendo a la mujer.
A pesar de los múltiples casos, el número de incidentes fue menor que en el mismo periodo de 2014.
El año pasado, 16 personas murieron y más de 80 resultaron heridas, según publicó el Chicago Tribune.
El Superintendente de la Policía de Chicago, Garry McCarthy, insistió al medio local que estos hechos muestran la necesidad de una ley efectiva que ponga a los portadores de armas en la cárcel por un tiempo mayor.
McCarthy insistió en que las leyes en Illinois por delitos de armas son demasiado indulgentes.
“Si se piensa que poner más policías en la calle hará una diferencia, entonces hay que ver que durante este fin de semana pusimos a un tercio de nuestros efectivos en la calle”, dijo McCarthy.
“Eso no va a detener la violencia hasta que los criminales rindan cuentas y se haga algo para detener el flujo de estas armas en nuestra ciudad” concluyó.