WASHINGTON, D.C.- Katherine Archuleta, directora de la Oficina de Administración de Personal del Gobierno federal de Estados Unidos (OPM, por sus siglas inglés), presentó su dimisión.
Esto a raíz de que piratas cibernéticos robaron números de Seguro Social de más de 21 millones de personas y otra información delicada cuando entraron clandestinamente a sistemas de cómputo bajo cuidado de Archuleta.
Antecedentes judiciales, así como informaciones sobre el estado de salud y las finanzas, son algunos de los elementos que se sustrajeron.
«Esta mañana presenté mi renuncia al Presidente, que la aceptó», indicó en un comunicado Archuleta.
Añadió que tomaba esta decisión para permitir que la agencia supere sus desafíos actuales.
Un alto funcionario de la Casa Blanca confirmó que el Presidente Barack Obama había aceptado su dimisión.
«(Obama) Agradeció a Archuleta sus años de entregado servicio», añadió el funcionario.
Miembros del Congreso de ambos partidos habían exigido la renuncia de Archuleta.
Tras la renuncia de Archuleta, primera latina en ocupar dicho cargo, tomará el relevo el subdirector de la OPM, Bet Cobert, hasta que se designe un sustituto permanente.
Cuando Archuleta asumió el puesto, en noviembre de 2013, la Casa Blanca destacó que se trataba de la primera latina en ocuparlo, después de haber trabajado durante dos años como jefa de gabinete de la entonces Secretaria de Trabajo, Hilda Solís, y como asesora de Federico Peña cuando éste ocupó la Secretaría de Energía.
«Katherine comparte la visión del Presidente Obama de que haya diversidad e inclusión en la fuerza laboral del Gobierno federal», destacó entonces la Casa Blanca.
Según la administración estadounidense, el ciberataque se trata de un incidente distinto pero relacionado con otro caso de pirateo que afectó a datos de 4 millones de funcionarios federales a principios de junio.
Muchos medios de comunicación estadounidenses apuntaron entonces hacia China, que denunció que estas alegaciones eran irresponsables y sin fundamento.
La Casa Blanca siempre rechazó expresarse sobre este tema.
«El hecho de que no demos ninguna información públicamente no quiere decir que no tomemos medidas», explicó el jueves Michael Daniel, coordinador de ciberseguridad del Consejo de Seguridad Nacional (NSC).
El pirateo informático envenena desde hace tiempo las relaciones diplomáticas entre Washington y Beijing.
A finales de junio, en una reunión celebrada en Washington con altos responsables chinos, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se declaró profundamente preocupado por las cuestiones de ciberseguridad, e hizo mención expresa a los daños causados a empresas de la Unión Americana.