1.-El triunfo del candidato independiente a gobernador de Nuevo León sorprendió y ha sido materia editorial en buena parte del mundo-mundial. Hasta podríamos calificarlo de un fenómeno dirigido que el sistema necesitaba con urgencia para revalorar no solo el voto ciudadano, sino las instituciones en pleno. La democracia pues, que en México ha pasado a ser simple moneda de cambio entre los partidos que se disputan el cuestionado honor de seguir cabalgando sobre los restos de la “Revolución” de 1910 que ahora sabemos, solo fue una guerra de interés de latifundistas victimarios de mesiánicas figuras de alto impacto en la historia oficial con destinatario manipulador a la conciencia popular, adornada con historias fantásticas como el millón de muertos que finalmente no pasaron de ciento cincuenta mil, de acuerdo a especialistas e investigadores serios. Claro que “las adelitas” fueron el detalle tierno, humano y generoso que dio sentido a un movimiento, que las mayorías suponían reivindicatorio de la causa común que no era otra que el derecho a mejores condiciones de vida mayoritaria.
El asunto es que Jaime Rodríguez “el bronco” sacudió la modorra electoral en el vecino estado, dejando en el camino a una candidata tricolor que no salió de Los Pinos, sino fue producto de telarañas locales y errores de un sector del mando priista que hubo de asumir la vergüenza y pena de lo irreversible.
Pero, ¿realmente triunfó el voto popular?. En apariencia así es; sin embargo, hay que entender que “el bronco” es un hombre de instituciones y por lo tanto dispuesto a participar al lado del supremo gobierno sin excusa ni pretexto, caso contrario pondría en riesgo la imagen cincelada en base a la fraseología muy propia del norte que le ubica como un rebelde, que no lo es tanto porque empezó a recular en sus compromisos de campaña.
Las primeras evidencias así lo muestran, como es el caso de eliminar la tenencia vehicular que deberá esperar cuando menos tres años. Tal vez en ese tiempo la gente lo olvide.
Usted dirá que su alianza con el supremo gobierno es lo correcto en considerando que está en juego presente y futuro de su estado. “Es correcto pero no exacto”, diría el ranchero. Aquí entre nos, ya veremos que en el transcurso de su mandato “el bronco” dejará constancia de que no será el enemigo del PRI en las próximas elecciones presidenciales, antes al contrario, desde ahora se muestra como un buen compañero de viaje, aprovechando la moda impuesta a través de la palabra directa, brutal y hasta humillante que le hiciera famoso.
Está bien la citada alianza con el poder federal porque “el bronco” está del lado de las instituciones, ya lo dijimos, pero está mal en cuanto a que pareciera ser utilizado para atacar al verdadero adversario del PRI en el 018, es decir, a Andrés Manuel López Obrador, única opción posible que crece cual esperanza del futuro que nos alcanzó. Es fácil pedir que el líder moral de MORENA renuncie a los recursos que por ley corresponde a su partido, cuando el neo gobernador neolonés cuenta con abierto apoyo empresarial. Y aquí es donde saltan las sospechas, ¿para quién gobernará “el bronco”?. Por supuesto que para sus amigos los empresarios. Por otra parte, ni cómo negar que le bajó a las bravatas en sentido de que investigaría “hasta las últimas consecuencias” las presuntas irregularidades del gobernador priista Rodrigo Medina y su familia. Es un hecho entonces, que en Nuevo León no habrá hoguera política como exigen los votantes que lo llevaron al triunfo.
Quedamos en que el fenómeno “bronco” podría haber sido creado por el propio sistema tricolor, ávido de rescatar la credibilidad en la democracia y en segunda instancia para golpear al más peligroso adversario del tricolor en el 018. Es cosa de observar y reflexionar el comportamiento y las actitudes de Jaime Rodríguez.
2.-Mientras tanto, la figura de Manlio Fabio Beltrones toma dimensiones no imaginadas, lo cual no sucedió con otros y otras que ocuparon la dirigencia tricolor desde que Jesús Reyes Heroles asumió el mismo cargo, y de ello hace 43 años, en los tiempos de Luis Echeverría. Pero bueno, Reyes Heroles siempre fue otra cosa, no comparable de ninguna manera con la mediocridad vivida en el partido oficial durante la mayor parte de su historia.
¿Por qué el sonorense se proyecta de manera inusitada?. Tal vez porque algunos le ven cara de sucesor de Peña Nieto, a lo mejor porque significa el encumbramiento de la vieja clase política que suponíamos vivía sus últimos tiempos y de pronto adquiere vigor quinceañero. En este caso, el escribidor supone que ante la carencia de valores que den sentido al “modernismo” por el cual intenta transcurrir la república el poder supremo no tuvo más remedio que echar mano de Manlio Fabio. ¡Tan fregados andamos!, pero es la realidad que en lo político, social y económico no se le ven pies ni cabeza. Y ni modo que sea invento.
De manera que Manlio Fabio Beltrones se convirtió de estrella al punto de extinguirse en refulgente sol a quien hasta acreditan valor de gran estadista. ¡Haga usted el recabrón favor!.
SUCEDE QUE
Oiga, la Secretaría de Educación estatal enfrenta una demanda por plagio, que puede convertirse en un “escandalote” y todo porque ciertos funcionarios de la dependencia se aferran en desconocer derechos de autor a conocido educador que tuvo a bien confiar su trabajo e investigaciones relacionadas con planes de estudio a nivel primaria. El asunto es delicado. Ya abundaremos.
Y hasta la próxima.