Hace unos días, el delegado del PRI en Tamaulipas, Fernando de las Fuentes, aseguró que en la reforma electoral se puso como tope el 50 por ciento de las candidaturas a las mujeres porque si no lo hacían corrían el riesgo de que las mujeres se quedaran con todos los puestos.
En las próximas semanas se empezará a desgranar la mazorca para conocer los nombres de los candidatos y candidatas a los puestos de elección popular en Tamaulipas.
Aunque para la gubernatura no hay equidad de género, las alcaldías sí tendrán que repartirse en partes iguales.
El problema es que en muchos de los municipios no se ha trabajado precisamente en impulsar los cuadros femeninos y tendrán que formarlos al vapor.
Tan al vapor serán que dicen que en el caso del PRI ya se andan manejando los nombres de las esposas de algunos alcaldes, que finalmente serán quienes sigan gobernando en caso de que sus cónyuges convenzan a los electores.
Los municipios “grandes” son otra historia pues ahí se trata de buscar a los candidatos que aseguren el triunfo en las elecciones, por lo que ahí se trabaja con hombres y mujeres para que puedan tener de donde escoger.
Y lo mismo el PRI que el PAN están trabajando en eso pues no quieren perder ningún espacio y por el contrario quieren incrementar el territorio por gobernar.
Pero tanto es el deseo por ganar que no se ponen límites, que incluso el fuego amigo se les ha salido de control.
Casos hay varios pero el más reciente es el del senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca cuando esta semana en una revista de circulación nacional se publicó de la presunta utilización de recursos de la delincuencia organizada en su campaña a la alcaldía a la ciudad de Reynosa.
Este es sólo uno de los casos que en los próximos días podrían multiplicarse.
Así las cosas, y como se están viendo los escenarios este proceso electoral se llevará entre mujeres y traiciones.
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