ROMA, Italia.- Por segunda vez en día y medio, el Papa se volvió a referir a la muerte y al horror que conllevan los crímenes de un radicalismo religioso cruel y ciego, según dijo en una misa al aire libre, celebrada tras los ataques ayer en Bruselas.
«Dirijo nuevamente un llamamiento a todas las personas de buena voluntad para que se unan a la unánime condena de estos crueles hechos que están causando muertes, terror y horror», afirmó el Papa, desde la plaza de San Pedro en un día ventoso y gris.
«A todos les pido de perseverar en la oración y de pedir al Señor en esta Semana Santa de confortar los corazones afligidos y de convertir el corazón de estas personas cegadas por el fundamentalismo cruel», agregó.
Manteniendo el duro tono de su mensaje de ayer, el pontífice condenó así los autores de los atentados en Bruselas, que han provocado un número aún indeterminado de víctimas mortales, y han sido reivindicados en las redes sociales por el grupo Estado Islámico.
«Me enteré con corazón adolorido de los atentados ocurridos en Bruselas y que han causado numerosas víctimas y heridos. Mi oración y cercanía para la amada población belga, todos los familiares de las víctimas y todos los heridos», precisó.
Además, en una clara toma de posición, el Papa hizo saber que no cambiará su programa de actos por la Semana Santa y no cancelará ninguna de las actividades de los próximos cuatro días, a pesar de que casi todos los países europeos subieron sus niveles de alerta.
Esta decisión no es inusual para el antaño cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien, incluso en sus desplazamientos en el extranjero, se niega a usar chaleco antibalas e ir en coches blindados y cerrados.
Entre las actividades previstas para la Semana Santa del Papa está el rito del Jueves Santo, el cual incluirá una ceremonia en el que Francisco le lavará los pies a 12 refugiados.
Este será otro gesto muy simbólico en momentos en los que muchas fuerzas xenófobas ganan terreno en el Viejo Continente y en Estados Unidos, donde el precandidato republicano Donald Trump clama abiertamente contra varios colectivos.
No obstante, en toda la plaza de San Pedro, los controles de seguridad de la policía italiana y de los Carabinieri (policía militar) se habían visiblemente intensificado.
