Una vez más Correcaminos pagó con la misma moneda que viene pagando desde hace 21 años de manera constante a su afición, con una eliminación que abona directamente al desánimo de aquellos que aún osan asistir al estadio a sabiendas que muy probablemente puedan ser decepcionados y de paso, acudan a un recinto que hace mucho dejó de proveer emociones y buen fútbol.
Ni más ni menos raza, ustedes lo pudieron atestiguar seguramente por televisión y algunos más, intrépidos y fieles a una causa que pese a todo, aún no la ven perdida, pues su equipo, si bien no tenía de otra más que pelear con uñas y dientes terminó haciéndolo, demostrando que contra la estadística y las hegemonías muy poco hay por hacer, sobre todo cuando los procedimientos no se modifican ni tantito.
Inclusive, creo que hasta se empeoran.
Y me refiero a esto debido a que en una señal que denota falta de concentración y por ende profesionalismo, el técnico Pepe Treviño se enfrascó en un debate poco productivo y trasnochado, pues eran casi las doce de la noche y por si fuera poco, fiel a su estilo, obstinado y terco.
El periodista Roberto Aguilar compartió a su vez una fotografía de Guillermo Rodríguez donde se veía la plantilla de jugadores sentados en la pequeña grada del CEFOR cabizbajos, apaleados, tristes y de espalda a la lente, de frente al equipo, el presidente Manolo Corcuera.
La imagen denotaba un equipo rendido, desangelado, ya sin nada que pelear, esto previo al choque de vuelta.
Los comentarios iban en ese sentido, Pepe al ver la carnicería quiso entrar al quite para defender su punto sobre las críticas que señalaban que Correcaminos no había tenido ni oportunidad de gol en el juego de ida frente a los Rayos.
Una de las cosas que destaco, es que Pepe pidió que no juzgaran a su equipo por un solo partido; pobre, si lo hiciéramos por todo el torneo le iba peor.
Ahora bien, el sábado, después de quedar eliminado tras el empate a uno, destacó que su equipo mostró entrega y garra, que además las formas de juego fueron a la altura de la circunstancia y que por ende, el torneo fue bueno.
¿Pues no que no juzgáramos por un solo partido, Pepe?.
El espacio se acaba y muchos temas quedan sueltos, me queda claro que el técnico no es totalmente el culpable de este enésimo fracaso, y tristemente termino diciendo lo de cada seis meses: ¿cómo quieres resultados distintos si sigues haciendo lo mismo?.
Manolo Campo cumple nueve años como director deportivo o como le quieran llamar al puesto donde cobra y negocia muy bien; hay un presidente con muy buenas intenciones pero sin la experiencia ni la idea para liderar un consejo y sin el tiempo para enfocarse de lleno a la responsabilidad. A ello súmele el fútbol mezquino y el corto plantel que armaron; ¿a qué le tiras cuando sueñas Correcaminos?.