CIUDAD DE MÉXICO.- Turquía tuvo en un día dos gobiernos. El primero el del primer ministro Recep Tayyip Erdogan y el de una parte del ejército que se mantenía en la lucha por el control de la capital, Ankara.
Una fracción de la milicia tomó el control de la televisión nacional y secuestró al jefe del Estado Mayor.
El mandatario turco se encontraba fuera de la capital y desde su teléfono llamó a la ciudadanía para que saliera a las calles a defender al país y su gobierno.
La milicia golpista había levantado un toque de queda y en diversos puntos de la ciudad y de Estambul, la milicia abrió fuego en contra de la población.
Los aeropuertos se encontraban cerrados al público.
Los golpistas acusaban al gobierno turco de ser una dictadura y de traicionar al país. Intentaron instalar un Consejo por la paz.
La población enfrentaba a la fracción rebelde y diezmaban a los golpistas.