Bowman es una de las escritoras más interesantes de Tamaulipas. Y he dicho de nuestro estado porque Rebecca Bowman se formó en México donde adquirió la licenciatura de letras hispánicas en la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México. Casada con un mexicano y cuerudo hasta las cachas, Jorge Abugaber llegó a vivir a Victoria por los años de 1978.
Aquí nacieron dos de sus hijos, más tarde convertidos en estudiantes de excelencia egresados de Harvard University en los Estados Unidos. Pero Rebecca es una escritora de grandes merecimientos; con un servidor fuimos los primeros creadores tamaulipecos que obtuvimos una distinción nacional por CONACULTA dentro de los proyectos culturales fronterizos, ella en literatura y yo en la plástica, en 1962. Rebeca Bowmas es ganadora del premio Juan B. Tijerina y otros lauros a nivel nacional e internacional.
Ha publicado obras de teatro, poesía y ensayo, y recientemente un escrito operístico, tanto en español como en inglés. Profesora de letras en San Marcos
University, en Texas. Participa en congresos de letras con colegas hispanos y norteamericanos, y es una de las figuras más importantes ponderada por la crítica literaria internacional.
Siendo más tamaulipeca que la chocha, la Bowman ha sido olvidada por las letras de Tamaulipas, no siendo incluida en el panorama de la literatura de
Tamaulipas de Orlando Ortiz, bajo el argumento según me confesó Lucy, la encargada del promoción literaria del ITCA, “porque no es tamaulipeca”. Cosa que no concuerdo pues es más tamaulipeca que los paracaidistas y efímeros escritores que no tiene la marca de agua Janambre.
Ahora que se inicia el llamado Festival de la Palabra, reflexiono sobre estos eventos que marginan a personas del calibre de Rebecca Bowman, que está muy, pero muy por encima de la capacidad de fuego intelectual de muchos que apenas redondean una creación literaria.
Realmente Rebecca Bowman, es una pieza clave en el desarrollo del “boom” literario de nuestro estado.