CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El albergue «La Peregrina» ubicado en la calle Ayacahuite número 129 en el Fraccionamiento Las Flores, se ha convertido en el hogar de cientos de personas que llegan a Victoria en busca de atención médica.
Curar los malestares de salud muchas veces desgasta los bolsillos y hay mujeres como Leticia, que sin ésta ayuda, se encontraría totalmente desamparada.
El albergue «La Peregrina» es una obra social de la congregación cristiana «Árboles de Justicia», nació en el año 2003.
Con el tiempo han logrado una organización interna y mejores instalaciones para las personas que requieren de un cómodo espacio para descansar y tolerar tratamientos con efectos secundarios cómo los que ocasiona una radiación o quimioterapia.
Leticia es madre de una niña de 14 años, son originarias de Altamira. Llegaron a la capital tamaulipeca tras un diagnóstico de linfoma (cáncer en el sistema linfático) en el cuerpo de su hija.
«Mi mamá es la que se encarga de llevarla al doctor, yo trabajo, tengo otros dos hijos más. Ella me ayuda, y un día la niña se le desmayó totalmente y luego de los estudios nos dijeron eso. Es cáncer».
La señora Leticia es jefa de familia. No conocía Victoria, pero llegó decidida a permanecer hasta en una banqueta si era necesario mientras su hija recibía el tratamiento.
«Yo no sabía de que se trataba esto. No sabía si la iban a internar. Y si eso ocurría yo pensaba que no íbamos a tener dinero para el hospedaje, así que imaginaba que tal vez yo le iba a esperar día y noche afuera del hospital. En realidad mi apuro era ella».
Solicitó esperar en el albergue del Hospital Infantil, pero descubrió que este espacio es sólo para los familiares de pacientes hospitalizados en ese sanatorio.
Y el tratamiento de su pequeña se realizaría en el Hospital de Alta Especialidad.
«La misma Trabajadora Social me dijo que existía «La Peregrina» y al llegar con mis documentos les explique que necesitaba quedarme 10 días, y aquí estoy, ya con estar aquí es mucho».
Su hija tiene un espacio donde descansar luego de las radiaciones, el único requisito para su madre es hacer el aseo tal y como lo haría en su casa de manera habitual.
Si hay más habitantes las tareas domésticas se dividen.
«Está casa se mantiene de las ofrendas que realiza un grupo de personas que pertenecemos a la congregación «Árboles de Justicia», hay otros hermanos que nos proporcionan material de aseo, limpieza o ropa y alimentos no perecederos. A los pacientes y sus familiares no se les pide nada más que hacer el
aseo de su espacio», dice Yolanda Piña, encargada del lugar.
La casa cuenta con cinco habitaciones, con un par de literas cada una, las recámaras y los baños son independientes, aire húmedo y boiler en tiempo de frío.
Quienes deseen apoyar ésta labor, pueden hacerlo a través de alimentos no perecederos, ropa en buenas condiciones y artículos de limpieza.
«La Peregrina» ha sanado hasta los corazones angustiados de quienes llegan a Victoria para recuperar la salud de algún familiar, su estancia en esta casa es sencillamente un alivio.