29 marzo, 2025

29 marzo, 2025

Austeridad, solidaridad y cumplimiento de la ley

Columna Invitada

Los diferentes órdenes de gobierno y poderes del Estado han declarado y comprometido acciones para corregir sus gastos por el impacto que han tenido los procesos de disminución de ingresos públicos, tales como: La caída de los precios del petróleo; la elección de Trump; la “fuga” de capitales; la devaluación; el “gasolinazo” y; para rematar, los escandalosos fraudes de la corrupción oficial en Pemex y en los gobiernos estatales salientes.

La paciencia y resistencia de la gente tiene su límite y han tenido que ocurrir movilizaciones sociales generalizadas y saqueos para que los gobiernos tomaran medidas concretas para enfrentar la crisis actual y la tormenta que viene con las declaraciones amenazantes y groseras de Donald Trump.

El primer gobierno local que marcó con claridad la respuesta con plan de austeridad y anticorrupción fue el de Corral en Chihuahua, después el presidente Peña  actuó en consecuencia y la semana pasada el gobernador García Cabeza de Vaca hizo lo propio, con el valor agregado de ofrecer un Plan de apoyo a la población más afectada por “la contingencia”,  utilizando los recursos que se ahorren con el Plan de Austeridad, además suscribe acuerdos con el Poder Legislativo, el Poder Judicial y los Ayuntamientos, comprometiendo medidas de disciplina para el uso “eficiente, transparente y eficaz de los recursos públicos bajo los principios de austeridad y racionalidad”. Con ese plan se espera ahorrar apenas 680 millones de pesos de los 46 mil millones que tiene el presupuesto anual autorizado por los diputados locales.

El ahorro anunciado representa el 1.5 % del presupuesto total. La pregunta obligada es ¿Qué no será posible que se ahorren por lo menos un 10%, – 4 o 5 mil millones-, para que se pueda ofrecer realmente un impacto en la satisfacción de los requerimientos básicos de la población afectada. ¿Qué no podrán diseñar acciones que marquen realmente un cambio y un beneficio más duradero?, dar despensas o comidas, acceso al seguro popular, apoyos a los productores del campo, subsidios a tenencias son refritos de programas pasados, clientelares y asistencialistas. La sociedad necesita el cambio, por eso votó y no se le está dando un cambio real, solo son palabras y colores. Que no sirve, ni será suficiente.

Han pasado más de 140 días de gobierno y… ¿qué ha sucedido de lo que se ofreció?, ¿Dónde está la transparencia, donde están las cuentas públicas?,
Siguen siendo cuentas secretas, los ciudadanos no podemos consultar en línea lo que se hace con el recurso público; ¿Dónde están los resultados de los nuevos concursos de obra y de adquisiciones?, ¿dónde está la disminución de las compras a precios inflados? Se supone que ajustando a los precios de mercado, sin moches, ni comisiones el gobierno podría ahorrar realmente un 10% en sus costos de obras e insumos. ¿Dónde está la disminución de aviadores y sobresueldos sin justificación en las nóminas secretas del gobierno? ¿Por qué no han publicado los sueldos íntegros de los servidores públicos de todos los niveles, como señala la Constitución,? ¿Dónde está la evaluación comprometida –en el decálogo de FJGCV-  de los servidores públicos de los mandos superiores? ¿Por qué tienen temor a publicar su triple declaración “3 de 3”? o será el caso de que no todos puedan demostrar el origen lícito de sus fortunas.

Mientras que el gobierno no pueda probar que es capaz de gobernar con transparencia y que puede cumplir lo que prometió a los tamaulipecos, hasta ahora es un discurso hueco, que probablemente lo redactan desde otro lugar, porque lo que sucede en la vida cotidiana de la población… es otra cosa.

Se supone que la demagogia y la simulación era patente del pasado, pero parece que aquí no ha cambiado nada, la violencia y el crimen no cesa, incluso sus indicadores muestran aumentos, cada vez es más frecuente escuchar que los abusos continúan, que no disminuyen los eventos de relumbrón y los gastos superfluos van a la alza, al igual que la “inversión” en publicidad y proyección vanidosa de los funcionarios con vocación política, usando los recursos de las dependencias para promocionarse en lo personal en todos los medios, mientras que los constructores hablan de que no hay obra pública, que siguen “los moches” y las cifras oficiales muestran que el subempleo y desempleo crece, el costo de la vida está a la alza y sin control, y el problema de fondo es el incumplimiento de la ley, ni siquiera por ser el “Centenario de la Constitución”.

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panchojhm@gmail.com

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