El 8 de marzo de 1975, durante la 1er Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en la Cd. de México, se acordó celebrar el Día Internacional de la Mujer y el tema central propuesto por la ONU éste año será: “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030.” Esta celebración ocurre en un contexto de globalización total de la Era de la información y del conocimiento, la automatización de todos los procesos industriales, de servicios y del comercio, coexistiendo con el aumento en la informalidad laboral y la desigualdad social, además de la emergencia de grandes corrientes migratorias y de crisis humanitarias derivadas de guerras civiles, del cambio climático, de la hambruna en el hemisferio sur y el derroche de recursos naturales y sociales en el norte.
En Tamaulipas vivimos de manera acentuada todas estas condiciones y desgraciadamente las mujeres se llevan la peor parte de las consecuencias de los
procesos mundiales que pasan por nuestro territorio, En Tamaulipas las mujeres son un poco más de la mitad de la población total del estado, la cual asciende a 3.6 millones de personas, forman la mitad de la población escolarizada e inclusive estamos viviendo el tiempo en que las mujeres aportan la mayor parte de los egresados de la educación superior, pero sobre todo, en ellas recae una buena parte del cuidado de la familia, los servicios educativos y de salud, además de ser quienes más sufren del ambiente de inseguridad, violencia y miedo en que viven muchas de nuestras comunidades, y al mismo tiempo son protagonistas fundamentales de la industria de exportación radicada en Tamaulipas.
Por todo eso y por su creciente peso político, el Plan Estatal de Desarrollo 2017-22 habrá de tenerlas presentes en sus proyectos y acciones que se
comprometan, tendrán que considerar muy en serio los requerimientos y demandas sociales actuales de las mujeres, por encima del discurso halagador,
de la fiesta y los regalos en su día internacional.
Observemos su situación laboral, por partir de algo que nos condiciona y muchas veces determina lo que somos y podemos ser. En Tamaulipas, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, las mujeres son el sector que más rápido ha crecido su participación en la población económicamente activa, pasando del 35% del año 2000 a un 40% en la actualidad, lo cual representa un gran salto, además de que una de cada cuatro empleadores es mujer.
Los factores que motivaron el crecimiento de la participación de la mujer han sido principalmente: la necesidad de trabajar para aportar al sustento familiar ante la caída del ingreso real; la creciente escolaridad de las mujeres; la capacidad de controlar su fertilidad, acortando la etapa de la maternidad y; por último, pero no menos importante, ha sido la migración de los hombres.
Las mujeres se han incorporado a la economía en condiciones desventajosas, por abajo de lo indicado por las leyes que otorgan igualdad de derechos laborales, por ejemplo, en el caso de Tamaulipas hay más de 53 mil trabajadores que no reciben ingresos por su trabajo y el 62% de ellos son mujeres, una especie de esclavitud; y de los 186,251 trabajadores que ganan menos de un (s.m.) salario mínimo el 63.5 % son mujeres; por el contrario de los 530,025 trabajadores que ganan de 2 a 5 s.m. sólo el 29.3% son mujeres y de los 88,487 con ingresos de 5 a 10 s.m. sólo el 33% son mujeres y el 17% de los que ganan más de 10 salarios mínimos son mujeres. O sea que las mujeres en pleno 2017 son las que menos ganan. De acuerdo con la Encuesta de INEGI y la Secretaría del Trabajo, el ingreso promedio de los hombres es de $6,204 al mes y el de las mujeres $4,788, lo que representa que los hombres en promedio ganamos un 30% más que las mujeres.
La desigualdad de ingresos y oportunidades laborales en los mejores puestos de trabajo es una muestra, habrá que revisar también la observación de “Cumplir y hacer cumplir la Constitución” en otros asuntos como: las condiciones de trabajo, riesgos, acosos, discriminación por maternidad, accidentes… etc. Esperando que las instituciones locales y federales con obligaciones legales y recursos para proteger los derechos de las mujeres no ignoren que están faltando al juramento de ley, les recordamos a las mujeres, en su día, que no basta que la mitad sean candidatas a legisladoras, o a presidentes municipales, y que tengamos Instituto Tamaulipeco de la Mujer y DIF´S, así como Secretarias de Estado en Finanzas, Obras Públicas, Salud, Turismo y en la misma Secretaría del Trabajo. Lo imprescindible es que se le haga justicia a la mujer común y trabajadora, que se realicen programas efectivos con enfoque de género y que se honre el Estado de Derecho, en este rubro tan importante, porque las leyes son para cumplirlas, no para adornar la República.
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