CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Las nuevas generaciones podrán reaccionar de forma inmediata al escuchar la palabra ‘gordita’, pensando ipso facto en Ciudad Victoria.
Y si bien es el platillo más socorrido en la capital tamaulipeca y sus alrededores, se convirtió prácticamente en el emblema culinario de nuestra tierra gracias a la popularidad y proyección que recibió por medio de Doña Tota.
“Claro que siguen siendo de Victoria, por supuesto que los procesos cambiaron, gracias a Dios y a la gente hemos crecido como empresa, se produce en mayor volumen, pero el sazón y la mano sigue siendo victorense”, atajó el heredero del trono de la industria de la gordita más grande del mundo, Adrián Martínez de León.
“El Güero Tota” nació en el hogar que adoptó a la auténtica Doña Tota, aunque él no alcanzó a conocerla, fue en su casa y su familia quien vio en sus
últimos días al singular personaje que tenía una particular forma de ser, pero sobre todo un sazón inigualable en sus guisos que rellenaban las gordas
de maíz, mismas que provocaban una larga fila de varones listos para almorzar o comer, por el rumbo del 6 Berriozábal, en Ciudad Victoria.
“Pues decían que doña Tota casi siempre andaba de mal humor, a lo mejor por eso las señoras ahora también andan enojadas”, dice en son de broma “El Güero”, quien entre risas sale al paso de los comentarios que en ocasiones señalan a las “totas”, de no siempre tener un gesto amable en el rostro; “la verdad que hay de todo, pero siempre nos preocupamos porque el cliente coma bien, rico y a gusto, con un trato respetuoso y es por eso que la gente nos prefiere”, afirma.
Ingrediente de la sociedad fue benéfica
Cuando Gorditas Doña Tota nació como empresa formalmente establecida, la familia Martínez tal vez nunca se imaginó las latitudes que al paso del tiempo tomaría.
Pero fue hasta 2012 cuando Fomento Económico Mexicano (FEMSA), cerró uno de los contratos más sonados en la historia del comercio para Ciudad Victoria, en donde conformó sociedad con los empresarios cuerudos para iniciar una aventura que a la fecha ha consolidado la marca no sólo en nuestro país sino más allá de nuestras fronteras.
Con una sociedad 80-20, donde la familia Martínez de León es franquicitaria de los 19 establecimientos de Ciudad Victoria y 22 en el estado de Texas, actualmente la empresa da pasos sólidos no únicamente para afianzarse, sino para expandirse a grado tal que hoy trabajan en proyectos con una visión de largo alcance.
“No hemos crecido tanto en sucursales hasta el momento, pero vamos creciendo con pasos seguros, consolidando la marca y con planes que se han ido planteando llegando a lugares a donde nunca nos hubiéramos imaginado, todo pensando en dejar a Ciudad Victoria y nuestra gastronomía muy alto”, expresa Adrián Martínez.
Tan sólo en Tamaulipas hay 40 establecimientos de Doña Tota, para un total de 222 en todo México y algunas ciudades de Estados Unidos.
Refiere que la reacción inmediata de la gente de Victoria, era de pérdida de algo que sentían propio, pero al paso del tiempo encontraron el equilibrio para demostrar que el sabor y la esencia, sigue siendo cien por ciento cueruda.
“En principio sí resentimos un impacto, pero la gente se dio cuenta que manteníamos sabor y calidad y realmente no nos afectó como posiblemente pensaría la gente, estamos muy contentos con esta sociedad, trabajando en posibles planes de expansión y crecimiento gracias a nuestros socios, pero sobre todo gracias a que la gente de Victoria nos sigue prefiriendo, eso nos da mucho gusto, eso nos inspira, nos motiva y nos da herramientas para seguir en el mismo rumbo”, afirmó.
…Empresa en constante crecimiento
Lo que inició en un establecimiento que saciaba el apetito de camioneros que transitaban por Victoria con rumbo a Monterrey, se convirtió después en toda una tradición local.
El personaje en que se había convertido Doña Tota, Carlota Murillo, quien entre otros rasgos característicos se le conocía por no venderle a las mujeres, ya que les decía que ellas debían regresar a su casa a hacer de comer y que se daba recesos en la jornada laboral para echarse unos tragos de tequila en su humilde fonda, fue el inicio de la franquicia comercial más próspera de Ciudad Victoria.
“Para 1978 establecimos nuestra primer sucursal y en 1986 la segunda, fue uno de los primeros pasos importantes de esta empresa”, expresa “El Güero”.
Otro de los éxitos fue la apertura de una sucursal en Monterrey, a unos pasos del Tec, donde los estudiantes victorenses abarrotaban el sitio y popularizaban entre los locales y foráneos, un platillo que les hacía recordar su hogar.
Fue en 1995, con la llegada de Soriana a Ciudad Victoria, cuando inicia la primer relación que hace florecer esta empresa.
“Cuando se inaugura Plaza Palmas en Victoria nos dimos cuenta que podíamos competir con las marcas de comida rápida, pasando de un modelo de fonda a fast food, hicimos una muy buena relación con la gente de Soriana que empezaba a expandirse y logramos un acuerdo que en cada sucursal que abrieran nos consideraran con un local y así nos fuimos dando a conocer todavía más”, rememora Martínez.
Ya para 1997 la expansión de Doña Tota era todo un hecho, a grado tal que hoy se cuentan por más de 200 y siempre con el objetivo de crecer, pero más aún, sin perder el sazón cien por ciento victorense.
“Nosotros nos sentimos muy orgullosos que cuando se hable de gorditas se hable de Doña Tota, pero sobre todo que se hable de Ciudad Victoria porque todo lo que hemos logrado ha sido gracias a nuestra gente, ellos son nuestra principal motivación de seguir adelante y así nos mantendremos”, finalizó.
…De una fondita a un gran emporio
19
establecimientos tiene en Victoria la Familia Martínez de León
22
en el estado de Texas
80-20
es la sociedad que estableció con FEMSA
En lo general
40 establecimientos tiene Doña Tota en Tamaulipas
222 en todo México y ciudades de Estados Unidos.
Así nació la leyenda
En 1952 doña Carlota Murillo comenzó a vender las gorditas de guisos enchilados para traileros, en la carretera México–Nuevo Laredo fondista que se inauguró en 1936, años cuando la ciudad tenía mucho auge a la ciudad.
Fue entonces cuando se detonó la economía a todo lo largo y ancho de la avenida conocida en la capital tamaulipeca como la calle 8.
Doña Tota, era una mujer “rellenita” que tenía una casilla paradójicamente de la Coca Cola cuando instaló su negocio justamente en el 8 Berriozábal, enfrente de la Agencia Chrysler.
El café de doña Tota complementaba todo el desayuno, con café hervido bien caliente y bien cargado para recibir a los traileros.
Sus guisos eran de huevo, chicharrón y nopales, quienes degustaron esos deliciosos desayunos no compran las actuales gorditas que internacionalizaron a Tamaulipas.
Pasado el tiempo, ella se casó, nunca tuvo familia . Se platica en Victoria que su receta la heredó a una mujer que trabajó a su lado, a quien estimó y heredó su negocio.
Estuvo casada con “El Tigre”, quien al paso de los años tuvo también su negocio y que aún conserva la originalidad de sus recetas con picante.
Sabores y personajes en la ‘cocina’ de Victoria
La venta de gorditas, flautas y taquitos ha sido la base por años de la tradición gastronómica victorense, el sazón hace la diferencia por lo que existen varios negocios que a pesar de haber crecido, triunfan por mantener su sabor original.
En un paseo por la historia, sobresalen los personajes que marcaron época en la gastronomía local, como María de la Luz Morado viuda de Jiménez, llegó a Victoria al perder a su marido en la revolución de 1910 comenzó a vender sus taquitos para pagar los gastos de familia.
Ella es la primera tía de Victoria. Su peculiar sabor ha durado hasta nuestros días con los taquitos “De la Tía” que se ofrece en el restaurante del 7 Aldama.
Otra mujer que ganó fama por sus enchiladas es Doña María de Jesús Delgadillo Santana, en el mercado Argüelles, la tradición se mantiene gracias a sus hijos y bisnietos.
Y más recientemente, en 1987, aparecieron las gorditas de “El Tigre” , con don Ismael García al frente del negocio que ha ganado por su cuenta una gran clientela, porque conserva la receta original de las gorditas de Doña Tota, por lo que su negocio decidió ponerle “El Tigre de doña Tota”.