CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- No es un día común, es un día de partido infantil en la Unidad Deportiva IPSSET de la categoría UATITOS, “¡Pase!, ¡dale!, ¡corre!, ¡tira!”, son gritos que regularmente se escuchan en el deporte más popular de México y tal vez del mundo, hoy no es la excepción.
Son gritos que tal vez Aldo Bertin Olvera Salazar, no perciba a la perfección, pues es un niño que juega para el equipo de Pachuca SUTSPET de Ciudad Victoria, pero él tiene algo en particular; desde su nacimiento padeció el problema de sordera, aunque es algo que no la ha impedido a lograr cosas que él ha querido.
Siempre acompañado de su papá, José Olvera Hernández y con su hermano Alan Fabrizio quienes son cuates de nacimiento; llega al campo ya listo, sus espinilleras puestas y enfundado con la camisa de Pachuca y sobre todo con una sonrisa de oreja a oreja, pues va a practicar el deporte que tanto ama junto a sus compañeros: Fútbol.
Nunca se separa de su hermano, va a saludar y a ponerse a la orden de su profesor, Luis Mario ‘Chiquis’ Coronado, reciben la orden de ponerse a calentar y lo hacen; Aldo, a pesar de tener un aparato especial, batalla para entender algunas palabras, por lo que con señas su hermano y entrenador le explican más a detalle que harán.
Tras varios minutos están listos para el duelo, a Aldo le toca estar en la banca, pero eso no le quita la emoción, está junto a sus demás compañeros esperan una oportunidad para ingresar.
Mira atento como su equipo gana y hasta grita a sus compañeros “dale” para animarlos a seguir con el buen encuentro, llega el silbatazo final del primer tiempo y él sabe una cosa: ya le toca estar en el rectángulo de las emociones.
Reciben las indicaciones de Mario Coronado, comienza a calentar y está listo, después de minutos, para el inicio el encuentro; mira como dan la patada inicial y comienza con los movimientos que su posición le obligan a hacer.
Grita “Eh”, para pedir la pelota, hace señas, sus compañeros confían en él y le dan el balón cuando existe la posibilidad, cosa diferente a hace algunos años en sus inicios, cuando no recibía casi ningún balón al punto que llegaba a enojarse y salir del campo a abrazar a su padre porque no le daban la esférica.
Justo en la actualidad, su padre no falla a ningún encuentro e incluso su madre María Salazar de la Serna, quienes lo apoyan, su papá es quien más se mete en el fútbol, pues además de Aldo y Alan también el hijo mayor juega por lo que la intensidad y emoción con la que vive este deporte es mucha.
Aldo continúa en el terreno de juego y lo hace bien, recibe indicaciones con un toque especial de ‘Chiquis’ quien además de los gritos, también ha sabido usar mucho las señas para dar más a detalle las explicaciones a Aldo.
Sus compañeros al igual que él disfrutan cada minuto, ríen, meten intensidad y juegan con todo para ganar; Pachuca hizo un juego redondo, el silbatazo final suena, él ve como sus compañeros salen tranquilamente caminando, por lo que es la señal que todo acabó, otro juego más a su cuenta.
Ahora se dirige con su hermano y demás jugadores del equipo, los saluda, tal vez aún recuerda cuando batalló para adaptarse a sus compañeros al ser social con ellos y observa como con perseverancia, apoyo y confianza todo ha cambiado para bien.
Otro duelo más donde le tocó estar, tal vez no le tocó anotar, pero seguirá con trabajos y demás para ser el mejor, como su ídolo, Cristiano Ronaldo a quien espera verlo como campeón de la Champions League.
El momento de partir ha llegado, ‘Chiquis’ Coroonado da indicaciones para el día siguiente; Aldo y Alan son encontrados en el camino por su
padre y se retiran de la Unidad Deportiva IPSSET para dirigirse a su casa mirar atentos los programas deportivos como lo hacen regularmente.
Antes de ello, Oé! Expreso le solicita una plática, no acostumbrado a ello, primero con pena hace señas de negación, posteriormente poco a
poco agarró confianza y con ayuda de su papá y hermano, comienza a decir varias palabras.
Entre ellas “al Real Madrid”, esto al preguntarle a que equipo le apoyaba en el fútbol, mientras que al cuestionarle que quién le había inculcado lo del fútbol, no dice nada pero apunta con una sonrisa y una risa nerviosa a su padre.
“Él un día junto a su hermano me dijeron que los metiera, yo no lo negué, veían a su hermano mayor y quisieron, ya jugaban pero no en un equipo y así comenzaron”, menciona el padre.
Posterior a ello, Aldo, obliga a su hermano a que conteste por él las preguntas que le hacen, cosa que su hermano se niega y ‘pelean’, una última pregunta es aceptada por Aldo, “¿Cuál es tu sueño?”, con un poco de señas don José, papá de Aldo le explica “Jugar profesional, ¿no?”, le reafirma la pregunta a lo que el niño contenta con un contundente sí.
Finalmente se le agradece el tiempo, su hermano y su papá le explican que saldrán en el periódico, aunque aún sorprendido contesta que “gracias” y finalizó con un “sí” al preguntarle si lo va a leer, se va a casa a descansar, un día más de fútbol y el siguiente como todos, disfrutará los momentos con la famosa número cinco.
Tal vez el problemas auditivos que tiene Aldo Olvera le impidieron en su momento hacer muchas cosas o hacerle las cosas difíciles, pero ahora ha sabido llevar ese tema el cual lo ha hecho más fuerte de lo que ya era y sin duda le ayudará no sólo en el fútbol, sino en otros temas personales a seguir adelante con trabajo y perseverancia.
El fútbol le ha cambiado la vida, sin duda, pues le ha apoyado a adaptarse con los demás niños a divertirse y tener día a día una sonrisa y motivo por el cual agradecer a sus padres por todo el apoyo brindado y que seguramente le brindarán.
Él junto a su hermano Alan Fabrizio, esperan acabar sus estudios, actualmente están en la escuela Ford 74 y cursan el cuarto grado, buenas
notas son las que tienen pues es una condición para seguir en el fútbol.
Esperan llegar a ser unos profesionales, estudiar carreras, superarse. Pero sin duda también seguirán en la busca de tratar se poder jugar profesionalmente fútbol, ser como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, los ídolos de este par de pequeños.
La otra cara
Además de fútbol, Aldo también busca otras disciplinas para sobresalir, el dar pases y meter goles no son lo único, también es un buen patinador, “por la casa hay una zona de eso y él lo hace como si nada”, cuenta el padre José Olvera.
Además también “es muy bueno dibujando tiene dibujos”, comentó.
El papá además se dio el tiempo decir unas palabras, pues dice que para él es un orgullo sus hijos, “todos mis hijos me tienen feliz”, mientras que agregó que “sí me siento muy contento de toda la evolución sobre todo de Alan, que batalló para adaptarse pero ahora ya escuche y entiende todo, ante yo tenía que dirigirlo”, recuerda.