La sobre-publicitación que se dio al incidente vial que involucra en calidad de testigo al secretario del ayuntamiento de Madero, Juan Torres Sáenz, puso sobre aviso a las autoridades municipales, demostró que existen funcionarios públicos del propio ayuntamiento, expertos en el oficio de la intriga y la insidia, interesados en provocar y sacarle raja a los problemas.
¿Quiénes son los maquinadores?
No se tiene idea, pero si no se investiga a fondo el asunto y se toman medidas para poner un alto inmediato a quienes ordenaron darle vuelo en los medios al tema este va crecer y a salirse de control, si no lo hacen o lo hacen de manera tardía podría incluso convertirse en una bola de
nieve que repercutiría negativamente en el proyecto de reelección.
Cuando las maniobras son orquestadas desde fuera por los adversarios políticos, se enfrentan como tales, sin embargo, cuando los autores son infiltrados o enemigos disfrazados de amigos y el enemigo está en casa, desactivarlo a veces resulta complicado y riesgoso, sobre todo si los responsables del fuego amigo son elementos que saben demasiado y conocen los puntos vulnerables del gobierno municipal.
Los verdaderos asesores políticos del presidente deben de poner a trabajar en serio al “cisensito” del municipio y desactivar el problema, antes de que vaya a hacer crisis y a causar daños irreversibles, para eso les pagan y, según se sabe, parece que les pagan y muy bien.
Mientras son peras o son manzanas, la atención de los militantes, muy particularmente de los de reciente ingreso, de MORENA de Tampico, Madero y Altamira, como para los del resto de Tamaulipas y demás Estados de la República, está centrada en el Congreso Nacional, la llamada feria del hueso, previsto para el 20 de noviembre, en el que se dará el visto bueno a los candidatos a senadores, diputados federales y alcaldes de la nueva organización de izquierda.
La mala noticia para los neo-morenistas es que únicamente aquellos advenedizos y arribistas que llegaron al Movimiento Regeneración Nacional con el propósito de conseguir alguna candidatura, que, además de capaces, honestos y preparados, posean una buena imagen, podrían lograr la postulación como abanderados externos.
El resto, que son casi todos, tendrán que esperar.
Para que sepan a lo que le van tirando y no se hagan falsas ilusiones, que mejor pongan los pies en la tierra y, los que aún están a tiempo, regresen de donde vinieron o, si realmente están determinados a hacer carrera en la agrupación política creada por Andrés Manuel López Obrador, se formen en la fila y hagan los méritos necesarios para llegado el momento disputen la nominación a algún cargo de elección popular.
Sería un suicidio que AMLO palomeara a políticos integrantes de la llamada “mafia del poder” y los incluyera en la lista de contendientes.
La buena noticia de la semana, por otra parte, fue el cese de cuatro jueces decretado por la judicatura estatal, unos porque no aprobaron las evaluación, otros porque se apartaron de la legalidad o no resultan aptos para el cargo.
Desde la óptica popular, no obstante, la medida, aunque plausible, se quedó demasiado corta porque coincide en que la mayoría por no decir que todos de los impartidores de la justicia del Estado venden las resoluciones al mejor postor y la “limpia” del gobierno debería de ser más amplia y drástica.
Hablando de otras cosas, ¿será cierto que, más que la mala administración, han sido las aportaciones millonarias a las campañas electorales del PRI y la sobre contratación de empleados recomendados del tricolor, las que empujaron a la quiebra a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Tampico y la zona Conurbada, la COMAPA?
Todo mundo piensa que sí y también que esa es una de las causas por las que la potabilizadora carece de presupuesto para renovar la obsoleta red de tubería, reducir las fugas del líquido y prestar un servicio más eficiente a la población.
Conclusión: la grave corrupción que priva en el manejo de los recursos públicos es lo que tiene al país y a los mexicanos en la ruina.
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