La voz de Ricardo Gamundi se escuchó fuerte y clara. Todos los priistas reunidos ayer en el salón Eufrates del Hotel Paradise, de Ciudad Victoria, voltearon a verlo.
‘El Negro’, con un mensaje sin rodeos, disparó con un tono que se alzó por encima del promedio de los anteriores participantes: ‘Quiero hablar de acuerdos, de acuerdos que nos llevemos de aquí’.
El ex presidente estatal del PRI y ex diputado local resumió en cuatro puntos el cónclave sostenido con miembros destacados del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido tricolor.
Primer punto: Acortar (bien pudo haber dicho abortar) la convocatoria para la renovación de la dirigencia del priismo en el estado. ‘En el PRI todo se puede, ¿no me digan que no?’, añadió el ex subsecretario de gobierno en el sexenio geñista. Las risas y los aplausos cayeron en cascada.
Segundo acuerdo planteado por Ricardo Gamundi (que sintetizó los planteamientos expresados por casi 20 priistas que tomaron la palabra ante los representantes del CEN del PRI): Revisar la conformación del Consejo Político Estatal del partido.
Duro y a la cabeza, sin darle vueltas: ‘Que votemos los priistas de corazón (en la renovación de la dirigencia tricolor tamaulipeca) y no los traidores que ya se fueron’.
Después de cuestionar el olvido del comité nacional desde 2012 y señalar que el ex presidente Felipe Calderón instrumentó una ‘persecución’ en contra de la clase política tamaulipeca, ‘El Negro’ expuso el cuarto acuerdo solicitado: ‘Reunión con el CEN para revisar el trabajo de los delegados federales, de cada uno de ellos’.
Ese fue el momento en que los aplausos se escucharon con más fuerza. Los priistas convocados a ‘la reunión de trabajo’ casi se ponen de pie. Era el instante de la catarsis que los priistas de Tamaulipas tanto necesitaban. Era la hora de ser escuchados.
Diva Gastelum, senadora y titular de la nueva Secretaría de Atención para Estados en Oposición, anotó cada uno de los comentarios. Nunca habló. Solo redactó. Observó y escuchó.
El que sí habló fue el experimentadísimo José Murat Casab, ex gobernador de Oaxaca. Durante casi veinte minutos ‘toreó’, ‘apapachó’ y animó a los militantes convocados. Con la voz de la experiencia, también reflexionó: ‘Nadie se da cuenta de lo que sucede, hasta que lo vives’.
Amigo personal de Enrique Ochoa Reza (el oaxaqueño es, tal vez, el político que más escucha el presidente nacional del PRI), el dirigente de la Fundación Colosio calificó el encuentro como ‘la reunión más alegre’. Agregó: ‘El desafío (de recuperar la plaza) lo tomamos con alegría’.
Pidió a los diputados locales priistas que hagan su tarea en el Congreso del Estado. Deben cuestionar. ‘Tienen que apretar en el Congreso Local’, comentó. ‘Nadie se los tiene qué decir’, subrayó. Alejandro Etienne, Mónica González García y Susana Hernández Flores nomás esbozaron una ligera sonrisa con dosis de nerviosismo. Sintieron el peso de las miradas de todos los asistentes.
Quien también sintió el peso de las miradas y, sobre todo, las burlas, fue Javier Villarreal. El ex alcalde de Ciudad Mante regresó al PRI con todo y maletas tras su fugaz incursión en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Por supuesto, ‘El Javo’ se justificó. Argumentó una filiación priista por herencia, portador de un ADN tricolor. Muchos se rieron y se escucharon los murmullos de los grillos en señal de reprobación. Pero el ex operador político en la fallida campaña de Baltazar Hinojosa ‘aguantó vara’ y hasta habló en primera persona: ‘Nadie, nadie en Tamaulipas sabe de una traición de ‘Javo’, por eso estoy aquí’.
La realidad es que Javier Villarreal se la está jugando con el proyecto de Oscar Luebbert en pos de la presidencia estatal del Revolucionario Institucional.
Por eso volvió, porque el cavacismo los une, los vincula. De seguro, el senador Manuel Cavazos Lerma, el señor del sombrero, conversó con él y lo convenció.
Una de las mujeres que no habló para justificarse, sino para poner las cartas sobre la mesa fue la ex candidata priista a la diputación local por el Distrito Trece, con cabecera en San Fernando, Juliana Garza Rincones.
Su petición fue directa: La convocatoria para elegir a un nuevo presidente estatal del partido ‘priva el derecho a que una mujer asuma la posición como dirigente’. Obvio, las damas militantes aplaudieron su punto de vista. También pidió la renovación del Consejo Político Estatal.
Enrique Cárdenas del Avellano, fiel a su estilo, cuestionó. Insistió sobre el tema de la convocatoria. El dos veces diputado federal quiere una nueva convocatoria.
Por su parte, Humberto Valdez Richaud no desaprovechó la oportunidad para quejarse de Aída Zulema Flores Peña. ‘El Betico’ enumeró la gente que le dejaron de pagar en el Movimiento Territorial y que tuvieron que dejar sus posiciones en la estructura.
Casi hasta el final, alguien solicitó que subieran al presidium dos diputados federales y un legislador local: Paloma Guillén Vicente y Edgar Melhem Salinas, así como Alejandro Etienne Llano. Por un descuido, no habían sido incluidos.
En una reunión calificada como ‘alegre’, también estuvo del CEN priista, el secretario de Organización, Carlos Iriarte, así como el senador y secretario general de la CNOP, Arturo Zamora Jimémez. Sólo se ausentó José María Tapia Franco, de Acción Electoral, ya que él estará mañana sábado, en el congreso estatal.
Así las cosas, Murat, afirman, le comentará todo lo que vio y escuchó en el PRI de Tamaulipas a Enrique Ochoa Reza. Absolutamente todo.