La curiosidad iba en aumento a medida que escuchábamos hablar por primera vez y con valentía sobre la clausura de la otrora pujante Planta Industrializadora de Productos Vegetales de Llera, mejor conocida como Planta de Cítricos, misma que fue creada para hacer del municipio la región más importante y prospera de Tamaulipas.
La voz cantante de la plática la llevaba una persona que en sus mejores años había trabajado como obrero en la bien recordada factoría cuyos artículos industrializados eran subastados en Europa y Estados Unidos de Norteamérica como aceites propios para la perfumería, alimentos y medicamentos.
Pero un mal día la orden llegó de muy arriba: Hay que cerrar la planta de cítricos de Llera.
Y así se hizo.
Nadie dijo nada, simple y sencillamente se clausuró.
A partir de esa orden el precio del limón agrio se desplomó en la región y las huertas citrícolas poco a poco fueron desapareciendo de la región.
La costosa maquinaria se dijo que se la habían llevado para un estado colindante con el Pacífico.
No fue cierto, pues la maquinaria ahí está donde mismo, según versión del señor Francisco Leos, antiguo empleado de la planta.
De igual forma el edificio ahí está también.
Aunque debo comentarles que todo eso de la desaparición fue una real y soberana mentira pues se trataba de hacernos creer que unos empresarios del estado de Nuevo León habían comprado la planta.
No fue cierto, pues todo obedecía a un maquiavélico plan del entonces presidente de México Carlos Salinas de Gortari, quien buscaba mejorar y proteger los intereses de la familia presidencial a la que pertenecía.
Fue en esta forma como CSG pagaba a Llera haberlo escondido en conocida huerta limonera cuando el gobierno federal lo buscaba para meterlo a la cárcel acusado de agitación durante los acontecimientos estudiantiles de 1968.
Es más, en los años que hoy recordamos Carlos Salinas de Gortari repartía propaganda subversiva en Tamaulipas y su centro de operaciones era Llera.
Pues bien, de todo lo anterior tuvimos conocimientos de estos hechos hace una semana y después de confirmarlos decidimos abordar el tema aunque reconozco nos falta más información y la poca que tuvimos fue gracias a una informal conversación habida con un amigo cuando me encontraba en la sala de la presidencia municipal y que le tocó vivirlos en su cruda realidad.
En fin, lo anterior ha despertado nuestra curiosidad y en consecuencia vamos por más información.
Creo sería interesante conocerla.
Saber qué fue lo que realmente ocurrió en el final de las décadas de los sesenta-setenta del siglo pasado.
El caso es que de una u otra forma los hechos que hoy recordamos de una u otra manera tuvieron que ver con el cierre de la planta de cítricos y la retirada del Banco de Crédito Rural de Llera.
El sueño citrícola de Marte R. Gómez, Rubén Morales y Francisco Nicodemo también se vino abajo.
Hoy no tenemos planta, tampoco un banco rural y menos un emporio citrícola, pero eso sí una buena cantidad de buenos recuerdos.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.