Este comentario iba a publicarlo hace unos días, pero lo pospuse, con la esperanza de ver por ahí, en el escenario mediático de Tamaulipas, o del país, alguna nota o comentario en defensa del aporreado dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés.
Para mi sorpresa, ni en nuestra entidad, como tampoco a lo largo y ancho de la república, he visto que alguien asuma la reivindicación de la sucia y desgatada imagen de «Ricky Ricón». El único que ha salido para tratar de capear el temporal, ha sido el mismo agraviado, lo cual, desde luego pareciera contraproducente, pues cada vez que Anayita se asoma, le tunden más fuerte todavía.
La situación del dirigente panista y aspirante a la presidencia, es preocupante, por no decir que, de plano muy grave, fronteriza con lo fatal, políticamente hablando. Hasta ayer, el Universal se lo seguía acabando, acumulando datos en torno a las corruptelas de su familia política, misma que registró un boom en materia de enriquecimiento y acumulación de empresas, especialmente en el tema de los bienes raíces, esto en la ciudad de Querétaro.
Pues bien, le decía que a Ricardo Anaya nadie lo defiende en ninguna parte, y esto me parece muy delicado, sobre todo cuando hablamos del máximo dirigente nacional del PAN, el partido, que para muchos está llamado a disputar seriamente la presidencia de la república en unos meses más.
Resulta de lo más extraño que ni uno solo de los gobiernos estatales, a los cuales, en teoría, Anaya apoyó para que triunfaran el año pasado, hoy le tiendan la mano, o ya siquiera gasten algún presupuesto destinado a lavarle la cara a su Presidente.
Pareciera extraño, pero no lo es, pues los gobiernos estatales tienen también sus propios problemas, y prefieren no ponerse a las patadas contra un enemigo tan formidable, como lo es el gobierno federal, identificado según el mismo Anaya, como el causante de sus males. Primero culpó al PRI, tratando de darle vueltas al asunto, pero últimamente ha tenido que ser un poco más concreto.
Aunque Ricardito todavía no se atreve a decir que el autor intelectual de su golpiza política es el mismo presidente Enrique Peña Nieto. ¿Por qué? Resulta obvio que lo están bajando de su posicionamiento, y lo están anulando, en su bandera anti corrupción. Después de esta paliza mediática, dudo mucho que la gente de este país, la que participa en las redes sociales y ve o lee las noticias, vaya a creerle a Anaya, su cantaleta moralista que hasta ahora le
había funcionado.
Por cierto, acerca de este mensaje, ya circula en los espacios virtuales, una cruel parodia perfectamente editada, que les comparto, en esta columna, aunque sea en su versión escrita:
En una pantalla, con fondo azul, aparece Ricardo Anaya, con su típico acento fresa, exclamando: “Si tomamos el dinero del PAN y se lo damos a mi suegro, nos evitamos los problemas. Entre contratos y casas, mi suegro Donino ya triplicó su fortuna. Tiene ya casi 20 empresas nuevas y 33 propiedades, todo esto en el corto tiempo que tengo trabajando en el PAN. Robar es fácil, desviar recursos también, y que nadie nos diga que no se puede, claro que se puede, a poco no”.
Lo peor de todo es que, ante las coléricas reacciones de Anaya, furibundo por el balconeo de que está siendo objeto, y sobre todo angustiado porque se le está cayendo su teatrito anti corrupción, no han sido los priístas, los que han salido a cuestionarlo, sino los mismos correligionarios de su partido, especialmente personajes como el poderoso Roberto Gil Zuarth, Ernesto Cordero y otros del equipo calderonista, mismos que han advertido que, se trata de algo personal, que Anaya debe resolver, y no tiene porque andar metiendo al partido.
La que está aprovechando a las mil maravillas estas andanadas contra Anaya, es su competidora interna por la Presidencia, Margarita Zavala, se habla de que dicha dama, está preparando su regreso, y trae un gran equipo en materia de medios y asesores. Coincidentemente, Rafael Moreno Valle, también está siendo acusado de espionaje. ¿Será acaso que, desde Los Pinos, se está buscando limpiarle el camino a Margarita en el PAN, para después pedirle que se sume a la candidatura de José Antonio Meade Kuribeña? ¿O será también que, ya se dieron cuenta que la única que puede hacerle frente al Peje, es la señora
Zavala?
Por lo pronto, la imagen inteligente, sobria, ágil y joven de Ricardo Anaya, se ha transformado en una personalidad cínica, corrupta y totalmente descalificada, como aspirante a la presidencia. Upsss.
POSDATA: Ayer concluyó la novela macabra de la española Pilar Garrido. Según la Procuraduría local, fue su propio esposo Jorge Fernández, el que habría consumado el asesinato, definido técnicamente como uxoricidio. ¿Cuál fue el móvil?
